Santiago
de Chile
Domingo
04 de octubre de 2015
Mensaje: Jesús defiende el ayuno
Texto: Marcos 2:18-22
Introducción
Los fariseos vienen e interrogan directamente al Señor ¿Por qué los
discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan?
El Señor toma tres ejemplos de la vida práctica y da sus razones de por
qué sus discípulos no ayunan.
Hemos dicho que ayunar significa abstenerse de alimentos y que sus
propósitos eran en el AT:
1. Ayunar en tiempo de guerra o bajo amenaza de guerra.
2. Ayunar cuando seres queridos se enfermaban.
3. Ayunar por la muerte de un ser querido
4. Ayunar para buscar el perdón de Dios
5. Ayunar cuando se enfrentaba un peligro inminente.
6. Buscar la presencia y el gozo de Dios.
Además estaba instituido un gran día de ayuno: El Día de la Expiación
(Levítico 16:29-31), conocido como Yom Kippur, el día más santo para los
judíos, día de arrepentimiento y perdón, celebrado este año los días 23 y 24 de
Septiembre.
El Señor no ataca o reprende la práctica del ayuno, sino que lo coloca
en el lugar apropiado.
Los fariseos habían hecho del ayuno un asunto meramente ceremonial
carente de significado y ayunaban dos veces a la semana.
El Señor reprendió este tipo de práctica religiosa externa y pero
defendió el ayuno. En este pasaje usando parábolas da tres razones de por qué
sus discípulos no ayunaban
Parábola 1. La boda.
v.19 “Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar
mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no
pueden ayunar.”
Una boda es motivo de alegría y gozo, por lo que los amigos íntimos del
novio o esposo no tendrían motivos para ayunar, no era tiempo de duelo, sino de
alegría.
Jesús se compara al Esposo. Su presencia en este mundo era motivo de
alegría, no de duelo. Él es la alegría encarnada, el gozo hecho hombre.
v. 20 “Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces
en aquellos días ayunarán.”
La palabra “quitado” quiere decir “con fuerza, bruscamente”. El Señor
comienza a revelar ya su muerte, y dice que cuando él no esté, cuando la
alegría personalizada ya no esté, entonces sus discípulos tendrían que ayunar.
Parábola 2. Remiendo nuevo, Vestido
viejo.
v.21 “Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra
manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura.”
El Señor usa este segundo ejemplo, tomado de la vida diaria para
defender la práctica del ayuno. En este pasaje el Maestro no está comparando
los dos sistemas, ley-gracia como se suele pensar. Hay que recordar que la
respuesta surge de la pregunta acerca del ayuno, ese es el origen del asunto.
Comparemos la cita de Lucas 5:33-39, uno de los pasajes paralelos:
v.38. “Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo
otro se conservan.
v.39. Y ninguno que beba del añejo, quiere luego el nuevo; porque dice:
El añejo es mejor.”
Esta expresión de Lucas echa por tierra la interpretación que opone el
sistema judaico al la gracia. Nadie que conoce la gracia puede decir que el
sistema antiguo”el vino añejo” es mejor
Si parafraseamos la parábola del Señor quedaría más o menos así: “Como
a ninguno de ustedes se le ocurriría poner un parche nuevo en un vestido viejo,
sabiendo que cuando el remiendo se encoja romperá el vestido nuevo, así tampoco
a nadie se le ocurriría ayunar cuando yo estoy aquí”
Parábola 3. Vino nuevo, odres
viejos.
v.22. “Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino
nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el
vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.”
Este es el tercer ejemplo de la vida cotidiana en Israel que el Señor
toma para justificar el por qué sus discípulos no ayunaban
Conocedor de su propia cultura sabía que nadie iba a colocar vino
recién hecho en un cuero viejo porque el vino iba a fermentar e hinchar el
cuero. Como ese odre viejo ya había pasado por ese proceso anteriormente, el
cuero se reventaría y se perderían ambos, el vino y el odre. Todos sabían que
el vino nuevo se debía echar en un cuero nuevo.
Aplicación
El Señor no se opone al ayuno, sino a lo inapropiado de hacerlo cuando
no hay motivos para ello, sino solo hecho de cumplir una ceremonia o un ritual
y hacer de ello una fuente de orgullo espiritual.
1. El tiempo apropiado para ayunar es ahora cuando deseamos la
presencia del Señor en nuestra vida.
2. El tiempo apropiado para ayunar es cuando nos falta la alegría y el
gozo del Señor en la vida.
3. El tiempo apropiado para ayunar es cuando sentimos en nuestro
corazón la ausencia del esposo.
4. El tiempo apropiado para ayunar es cuando nos sentimos débiles
espiritualmente
¿Cómo ayunar?
1. Con discreción
2. Apartando un tiempo a solas para orar, leer la escritura y
reflexionar en ellas.
Conclusión
La clave para interpretar este pasaje está en la pregunta que los
fariseos hacen al Señor acerca del ayuno. Él responde con tres ejemplos:
1. Las bodas
2. El vino y los odres
3. El remiendo y el vestido.
Hermanos: Continuamos con la predicación sistemática del evangelio de Marcos
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