sábado, 20 de septiembre de 2008

El manejo del dinero. Una fuente de conflicto matrimonial


El manejo del dinero. Una fuente de conflicto matrimonial
Juan E. Barrera

Este es otro paso de esta primera tarea y es muy importante decidir como se va a llevar acabo el manejo del dinero. Una de las razones de por qué las parejas se separan es el uso del dinero por lo que no deja de ser un tema vital en el nuevo matrimonio.
Hasta hace unas décadas el modelo tradicional era que el hombre llevaba el dinero a casa, y para muchos era quien debía también administrarlo. La esposa y los hijos debían contentarse con lo que este proveedor entregaba. Muchas mujeres, y es probable que hasta el día de hoy ocurra, ni siquiera sabían cuanto dinero ganaba su esposo. Si el trabajo de este hombre era bueno, entonces la familia disfrutaba de un buen pasar y cada uno recibía el dinero que se le daba. Si el trabajo de este proveedor no era bueno, entonces la familia debía conformarse con lo poco que se recibía.
En otros casos era la mujer la que administraba el dinero que ganaba el hombre y era ella quien llevaba el presupuesto familiar, quien distribuía el dinero de acuerdo a las necesidades familiares y muchas veces hacía “malabares” para estirar el presupuesto si este era escaso.
En esta forma de administrar el dinero los problemas se relacionan con: su mala administración o que el dinero en realidad no alcanzaba para cubrir todas las necesidades de la familia.
Hoy el panorama ha cambiado, los adolescentes comienzan a trabajar tempranamente y las mujeres también lo hacen y ambos manejan su propio dinero, lo que ocasiona algunos cambios. Esta es una tendencia cada vez mayor, pues, cada día son más las mujeres que hacen estudios universitarios y se insertan en el campo laboral ¡y lo hacen muy bien! Por lo que es mejor decidir al comienzo que tipo de matrimonio es el que se quiere tener respecto de las finanzas.

Mirowsky y Ross, (¿? citado en Davidoff, 1998), en un estudio para identificar los factores que moldean la naturaleza del matrimonio, los clasificaron en cuatro categorías.

Matrimonio tipo I: Las mujeres se quedan en la casa para cuidar y encargarse de los niños:
Las mujeres así lo quieren
Los hombres están de acuerdo
Ambos cónyuges se sienten satisfechos.
El hombre siente más poder y prestigio
Matrimonio tipo II: La mujer trabaja fuera del hogar pero solo circunstancialmente.
La mujer trabaja si la familia atraviesa una crisis económica
La mujer igual cumple con las labores de la casa y el cuidado de los niños
Existe un elevado nivel de angustia en la pareja.
Las mujeres no están contentas porque deben trabajar el doble
Los maridos se sienten fracasados por no ser capaz de sostener a la familia.
Matrimonio tipo III: La mujer trabaja y ambos cónyuges están de acuerdo.
Las funciones internas del hogar están en transición
Las esposas realizan la mayor parte del trabajo doméstico.
Los hombres disfrutan de beneficios económicos sin mucho costo y tienden a experimentar bienestar psicológico.
Las mujeres se sienten tensas pero no tanto como en el matrimonio tipo II
Matrimonio tipo IV: La mujer trabaja y ambos cónyuges están de acuerdo
Esposo y esposa comparten los deberes hogareños
El nivel de ansiedad es mínima para ambos cónyuges.

De acuerdo a Aylwin y Walker, (1996) hasta esa fecha la taza de participación de la mujer en la fuerza de trabajo en Chile alcanzaba el 34,3 %. Las mujeres entre los 24 y 44 años tenían una taza de participación cercana al 50% y las mujeres profesionales cercanas al 75%. “Esto demuestra”-dicen los autores citados, “a diferencia de lo que comúnmente se cree, las mujeres no se retiran del mercado laboral cuando tienen hijos, ya sea porque requieren de ese ingreso o porque el trabajo fuera del hogar es una fuente de autonomía y realización personal.”
Esta es una tendencia que crece en el país y va de la mano con el modelo económico que Chile ha adoptado y también el mundo entero. Esto obliga seriamente a las parejas, de manera especial las creyentes, a pensar o decidir desde el inicio que tipo de matrimonio es el que se desea tener para ser fiel a los principios divinos. No creo que sea prudente alentar a todas las mujeres a dejar sus casas y salir a trabajar, pero tampoco es prudente mirar la inserción de la mujer en el campo laboral como el provocador del desastre de la familia. Es la tendencia mundial y hay que aceptarlo como parte de lo normal, porque en realidad es lo normal desde hace muchos años para miles de parejas. En el caso de Chile, cada día resulta más difícil vivir de un solo salario.
En un estudio sobre Calidad de vida en Salud, publicado en el Diario La Tercera, (2006) elaborado por la administración de la presidenta Bachelet, un 72% de las mujeres encuestadas se declaró, angustiada, deprimida y sobre exigida, razón por la que las mujeres visitan más que los hombres al psiquiatra. Este número va a aumentar cuando la depresión entre al Plan Auge, el nuevo plan de salud del gobierno chileno. La relación de mujeres con los hombres en atenciones psiquiátricas es de tres a uno.
Si el modelo donde ambos trabajan es el que la pareja decide adaptar, entonces se debe poner atención especial en como se distribuyen las responsabilidades hogareñas en el matrimonio. Una de las quejas femeninas y que produce desencanto matrimonial es la falta de participación de los hombres en el trabajo doméstico.
Muchas veces escuchamos el refrán “La plata no hace la felicidad”, ¡Y eso lo dicen los que tienen mucha plata!, es verdad, no hace la felicidad, pero ayuda bastante. Vean las siguientes estadísticas e interpreten libremente:

Nivel de felicidad en el matrimonio, según nivel socioeconómico (en casados y convivientes)
Nivel de
Felicidad % Nivel socioeconómico
Alto Medio Bajo
Muy feliz 49,3 45,4 35,2
Bastante feliz 42,7 40,3 39,0
No muy feliz 7,9 10,9 23.2
Total 100 100 100
Fuente: Desuc-Copesa; “Estudio Nacional de Opinión Pública”,Noviembre de 1995

Nivel de felicidad en la relación de matrimonio o de pareja según sexo y estado civil
Muy feliz Bastante feliz No muy feliz Total
Hombre
46,3 41,6 8,8 100

Mujer 36,0 38,4 23,5 100

Casados 45,8 41,8 11,2 100
No casados con pareja
33.6 32,2 33,1 100
Fuente: Desuc-Copesa;”Estudio nacional de opinión pública”, noviembre de 1995

Preguntas para la reflexión

¿Es el dinero el único factor que influye en la felicidad?
¿La felicidad se relaciona con el tipo de red social que la persona tenga?
¿Cuál es el grupo más feliz y el menos feliz?
¿En el matrimonio quién es más feliz?
¿En qué grupo estás tú?
¿En cuál te gustaría estar en unos años más?

Más datos para reflexionar y conversar en pareja.

Una fotografía de la mujer chilena de 30 años
En Noviembre de 2006, el Centro de Estudios Estratégicos y Mediáticos de la Universidad UNIAC y la empresa Atento encuestaron 425 mujeres de entre 18y 45 años de los estratos socioeconómicos ABC1, C2, C3 de la ciudad de Santiago de Chile. Después de analizar los datos, los especialistas hablaron de un cambio radical en la mentalidad de las mujeres. Estos cambios están sintetizados en siete principales rasgos de las mujeres de alrededor de los 30 años.
1. Desean familias pequeñas El 48% de las encuestadas desea tener dos hijos y el 60% aduce como principal justificación la cuestión económica.
2. No tienen una vida de pareja rica. El 70% de las mujeres encuestadas por UNIAC tiene parejas y coincide que las cosas que cambiarían serían:

-Falta de tiempo para estar con la pareja
-La rutina
-La comunicación
-La calidad de su vida sexual
3. Tienen fuertes aspiraciones profesionales. El 72% de las encuestadas tiene como un proyecto principal estudiar y ascender profesionalmente. Solo el 27% dice que formar una familia o tener una pareja estable está dentro de sus proyectos.
4. Están presionadas económicamente. La explicación la da, una de las psicólogas participantes en la investigación, Teresa Valdés, “Si bien la presión económica afecta a la sociedad en su conjunto, se radicaliza en las mujeres de 30, porque está la expectativa de ser todo, de hacerlo todo y de tenerlo todo. Quieren viajar, tener casa, llevar a los niños a los mejores colegios. Y ya no existe la idea de que vendrá un señor que te va a mantener”
5. Están asustadas de perder el trabajo: Para el 50% de las encuestadas, este era el miedo mayor. Un 27,8 por ciento teme perder a su pareja y un 20 por ciento a no tener hijos.
6. Padecen una fuerte tensión entre la vida doméstica y la laboral: Conciliar trabajo y casa resultó ser la preocupación en todos los estratos sociales, pero de manera especial en el sector alto, donde un 43,9 confiesa la mayor tensión, contra el 28,3 por ciento en el C3 y también entre las mujeres en torno a los 30 años, 47 por ciento de las menciones.
7. Son individualistas: “Lo social ha perdido relevancia. Es un proceso cultural general, pero también, un proceso chileno, y afecta especialmente a esta generación de mujeres” Teresa Valdés. “Aportar a la familia y a la sociedad” fue la alternativa menos mencionadas por las mujeres. Diario El Mercurio, 2006)

Dados estos cambios es necesario referirnos a los roles bíblicos, conocidos por todos. Es mi opinión que deben ser flexibilizados, que en lo sustancial se deben llevar a cabo como la Palabra de Dios lo indica, pero que no hay una sola manera de cumplir con ellos. El modelo tradicional que correspondería al matrimonio tipo I, hombre trabajador-mujer dueña de casa, no es la única manera de cumplir con lo que Dios desea. En la actualidad hay muchos factores que no permiten el matrimonio tipo I como único. Factores culturales, sociales y sobre todo económicos. No todos los empleos del hombre permiten vivir con un solo salario. En chile son muy pocos. Al contrario entre las familias más pobres y sin educación formal, en Chile, la situación se da en que entre tres miembros trabajadores recién logran hacer el salario medio, lo que aún está por debajo del salario de un profesional o de una pareja de profesionales. Los arriendos son caros, es necesario movilizarse largas distancia para ir al lugar de trabajo. Los planes de privatización que forman parte del modelo económico, obliga a pagar por todo y los sueldos no suben al ritmo del alza del costo de la vida y el crédito se está convirtiendo en la forma habitual de compra. La educación no es gratuita y la mujer tiene mayor acceso a la enseñanza superior. Son muchos los padres que invierten varios millones de pesos en una carrera para su hija y lo obvio es que ella trabaje. Como decía un profesor en la universidad hoy es más difícil ser pobre que antes.
Creo que es posible ser fiel a los principios bíblicos con cualquiera de los modelos matrimoniales mencionados. Requiere hacer, claro está ajustes para que no sea la mujer la que acabe llevando más responsabilidad y trabajando el doble.
A la mujer se le pide ser ayuda idónea, aunque esta petición es de aplicación mutua, recíproca. ¿Cómo puede una mujer convertirse en ayuda idónea para su esposo, aunque su modelo familiar no sea el modelo tradicional?

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Los cuatro jinetes del apocalipsis o Como destruir un matrimonio en cuatro pasos.


Los cuatro jinetes del apocalipsis o Como destruir un matrimonio en cuatro pasos.
Juan E. Barrera
(Extracto de uno de los capítulos de mi libro, aún en manuscrito)
E
sta es la cuarta tarea del amor joven. La resolución de conflictos y de este tema se han escrito miles de libros y artículos. Creo que en su mayoría son todos buenos. En esta ocasión deseo centrar la atención solamente en dos tópicos que podrán ayudar: el de inteligencia emocional, a modo general y el de la escucha empática, ambos conceptos muy relacionados. La escucha empática forma parte de la inteligencia emocional.
El primer concepto fue desarrollado o sistematizado por Goleman, (1996), en un libro que fue todo un éxito editorial. La inteligencia emocional. En la opinión de los expertos, el libro no dice muchas cosas nuevas, pero tiene el gran mérito de sistematizar muchos conceptos, que de una u otra manera ya se sabían o se conocían. Por ejemplo, que en una persona el 20 por ciento de su rendimiento depende de su C. I y que el 80 por ciento restante responde a factores emocionales. Su manera de relacionarse, de como enfrentar las presiones, y del conocimiento de las emociones, etc. Para Goleman, la aplicación de la inteligencia emocional en el matrimonio disminuye abiertamente el riesgo de divorcio.

La inteligencia emocional es la que nos permite, entre otras cosas
Tomar conciencia de nuestras emociones
Comprender los sentimientos de los demás
Aprender a tolerar las presiones y frustraciones que enfrentamos en el trabajo
Ayudar en la capacidad de trabajar en equipo
Ayudar en la adopción de una actitud empática y social, lo que brindará más posibilidades de desarrollo personal. Revista Hacer Familia, (2000)
Son muchas las razones por las cuales una pareja se divorcia, pero hay una en especial, la disminución de la presión social para hacerlo. Separarse ya no es un estigma, las personas ya no se ven obligadas a permanecer unidas si ya no lo desean. La inserción de las mujeres en el campo laboral tampoco las obliga a permanecer casadas solo por una dependencia económica, al menos en ciertos niveles sociales, soportando por ello relaciones y situaciones que a veces no se pueden creer. Así que ¿Qué es lo que hace que las parejas permanezcan casadas? ¡Las fuerzas emocionales entre marido y esposa! Goleman, (1996)

Inteligencia emocional aplicada a la pareja

Las fuerzas emocionales entre marido y esposa
El mundo emocional de los hombres y las mujeres son distintos, por lo que en realidad en un matrimonio siempre existen dos matrimonios, el del hombre y el de la mujer.
Tres son los factores que influyen en las diferencias emocionales entre hombres y mujeres y que finalmente repercutirán en el matrimonio.
-Factores biológicos, en parte, pues aunque en lo grueso somos fisiológicamente iguales, al mismo tiempo hay muchas diferencias.
-La infancia, en este período hombres y mujeres son criados de manera distinta, se les enseña a las niñas a ser tiernas, más abiertas emocionalmente, se le enseña a no mostrar sentimientos de ira, de alguna manera se le prepara para el matrimonio y la maternidad. En los juegos de las niñas se les ve tomadas de la mano, juegan a cocinar, saltar la cuerda, se les regalan muñecas a las que cuidan, mudan y acurrucan.
A los hombres desde niño se les enseña a ser fuertes, lo más terrible para un niño es ser tratado de “marica”, debe mostrar que tiene fuerza, de hecho sus juegos son todos prácticamente competitivos. No debe llorar, se les acepta que sean discutidores y muestren su enojo con furia, gritos o puñetes, algo que para las niñas está prohibido.
En todos mis años como profesor de educación básica he podido observar estas y muchas otras conductas que diferencian muy bien el mundo de los hombres y de las mujeres. Estas diferencias, en la práctica educativa suelen ser muy divertidas, y a veces también dramáticas. Cuando se corrige a un niño por alguna falta se “amurra”, no responde, pone cara fea o responde de manera inapropiada. Ante la misma falta cometida, pero por una niña, al ser reprendida, baja la cabeza y responde de manera suave o hasta llora.
-Conductas aprendidas, aunque no es el único y más importante de los orígenes en las diferencias emocionales, no podemos negar que muchos patrones emocionales de género lo hemos aprendido, una vez más, en la niñez, de nuestros padres, o adultos significativos, también en la escuela y otros elementos socializadores.
Estas diferencias hacen que “las mujeres lleguen al matrimonio preparadas para jugar el papel de administradora emocional,” mientras que los hombres llegan “con mucha menos apreciación de la importancia de esta tarea para ayudar a que la relación sobreviva” (Goleman, 1996)
Ted Huston, de la universidad de Texas, citado por Goleman, quien ha estudiado las parejas en profundidad dice: “Para las esposas, la intimidad significa hablar de cosas profundamente, sobre todo hablar de la relación misma. Los hombres en general, no comprenden lo que las esposas quieren de ellos. Ellos dicen: ¡yo quiero hacer cosas con ella, y lo único que quiere ella es hablar!”
No deseo profundizar en las diferencias emocionales entre hombre y mujeres porque no es el tema, pero existe buena literatura al respecto si ustedes desean investigar más, vale la pena. Prácticamente todos los libros de Gray tratan sobre las diferencias, Los hombre son de Marte las mujeres son de Venus, Marte y Venus enamorados y otros. Estos libros han caído en desuso debido a la fuerte influencia de la enseñanza de género, pero sin embargo tienen muy buena información. Hace poco salió al mercado, en Chile, también un libro titulado ¡Viva la diferencia! que aborda el mismo tema de las diferencias. Me llama la atención que aquí en Chile, donde el tema de género está muy presente, casi como uno de los temas favoritos del gobierno de la Concertación se haya vuelto tan popular el libro de una psicóloga que trata acerca de las diferencias entre hombres y mujeres. Parece que este tema no pasa de moda.
Lo que sí deseo enfatizar es que esta falta de conocimiento acerca de las propias emociones, es decir, de inteligencia emocional afecta en el momento de enfrentar los conflictos.
Estas diferencias crean un abismo importante en la forma como los cónyuges enfrentan los conflictos, así que además del sexo, el dinero, los intereses distintos o la disciplina de los hijos lo que separa a las parejas también es el modo de abordar los conflictos.
Jhon Gottman, psicólogo norteamericano, profesor de psicología de la universidad de Whashinton, después de haber estudiado la forma de convivencia de más de 130 parejas occidentales llegó a la conclusión que son cuatro las actitudes o dinámicas que las parejas desarrollan. Diario El Mercurio,(2006) Santiago de Chile.
Esto hace la diferencia entre las parejas que se sienten satisfechas y las que se divorcian. A estas dinámicas de pareja el las llamó Los cuatro jinetes del Apocalipsis. Estas dinámicas son:
1. Criticismo
2. Defensividad
3. Desprecio
4. Indiferencia
Para Gottman,(¿?) cuando el matrimonio entra en una dinámica de crítica áspera es la primera señal de que ese matrimonio está en peligro.
La crítica áspera. Significa que uno o ambos cónyuges en lugar de solo quejarse frente a lo que le molesta o causó el conflicto lo hace atacando directamente al cónyuge, por ejemplo:

Queja: Esposa: “Gastoncito, hoy es sábado, pensé que esta tarde la íbamos a pasar juntos, pero tú vas a jugar fútbol con tus amigos, me siento molesta”
Ataque: “¡¡Gastón!! ¡Hoy es sábado, pensé que esta tarde la íbamos a pasar juntos, pero tú vas a jugar fútbol con tus amigos!, ¿Qué más podría esperar?
¡ siempre eres tan egoísta y desconsiderado, piensas solo en ti!”

La queja deja de ser queja y se torna crítica áspera cuando en la discusión, producto de la ira o de las muchas palabras se ataca directamente al cónyuge. “tú siempre”, “tú jamás”, “Tú nunca” Esto crea un impacto emocional importante y obliga al atacado a defenderse. En el ejemplo, el esposo podría decir algo como:

“Trabajo todos los días, me levanto temprano, no tengo otro tiempo para mí, y tú sin embargo piensas que soy egoísta, tú eres la egoísta, porque tú siempre…”.

Cuando se ha entrado en la dinámica de la crítica áspera basta un incidente menor para sacar a relucir todos los defectos del cónyuge, que en esos momentos siempre serán más que las virtudes, y si ese patrón de pensamiento se hace contínuo, dentro de poco tiempo costará mucho encontrar las cosas buenas del marido o de la esposa, por lo que ambos, cada vez que discutan se atacarán y se defenderán.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Los Trastornos Mentales. Un enfoque clínico pastoral


Los Trastornos Mentales. Un enfoque clínico pastoral
Juan E. Barrera
De las muchas cosas buenas que disfrutamos en gran parte del mundo, podemos mencionar los extraordinarios avances de la ciencia y de la tecnología. Aparentemente estas dos disciplinas nos han ayudado a vivir más y mejor. La expectativa de vida, en general ha subido en el mundo actual. A muchos les parece que es más fácil vivir hoy que hace un buen tiempo atrás. Disfrutamos de muchas comodidades, al menos una parte de este mundo actual. Sin embargo, y no se si hay una razón causal con las dos disciplinas mencionadas, la vida para muchas personas no resulta lo fácil y acogedora que debería ser. Son personas que por diversas razones deciden desconectarse de este mundo y vivir su propio mundo feliz, allá en lo profundo y misterioso de su psiquis. Son las personas con trastornos psicológicos. Obsesivos, depresivos crónicos, ansiosos, personas con duelos patológicos, madres que lloran sus hijos eternamente, hombres y mujeres presos de las más diversas adicciones, fóbicos , mujeres con trastornos alimentarios, trastornos de personalidad, trastornos bipolares, esquizofrenia y tantos otros.
El origen de los trastornos psicológicos es multifactorial. En la gran mayoría de los trastornos no está comprobado so origen genético, aunque si se habla de predisposiciones biológicas. Los factores ambientales también juegan un papel importante. La forma como las personas se relacionan, el tipo de familia, de pareja, las condiciones laborales y las condiciones psicosociales en general. También hay que agregar el factor psicológico, la capacidad cognitiva de la persona, su mundo emocional, su capacidad para adaptarse, de verse a si mismo, etc.
El tratamiento para los trastornos mentales
El tratamiento o abordaje de los trastornos mentales en la actualidad se hace con una mirada integral, multidisciplinaria en la que participan distintos actores, psiquiatras, psicólogos, terapeutas ocupacionales, asistentes sociales y otros.
Se usa la administración de fármacos para tratar los síntomas más urgentes en conjunto con la psicoterapia para tratar el origen y las manifestaciones que el trastorno presenta. Se espera que estas dos intervenciones, además del aporte de otros profesionales produzcan en el paciente un estado de mejoría emocional y pueda hacer su vida lo más normal posible.
La actitud de muchas personas hacia quienes padecen de un trastorno mental es de rechazo, burla, discriminación, miedo y desprecio. Ninguna familia quiere reconocer que entre ellos hay un “loco”. Lo ocultan, lo disimulan, lo disfrazan. Si una persona con algún evento psiquiátrico coloca eso en su currículo o en algún tipo de antecedente, tenga por seguro que será rechazado. El caso más extremo son aquellas personas recluidas en centros de atención psiquiátrica que viven en el total abandono y en el más doloroso de los anonimatos.
La actitud de la iglesia frente a las personas con trastornos mentales.
La actitud de la iglesia frente a estas personas asume, creo yo, por lo que leo, veo, y escucho, tres caminos.
El de la ignorancia. La iglesia prefiere hacer como que no ve. Camina junto con Jesús, pero no ve lo que El ve junto al camino. La iglesia no ve ciegos, mendigos, leprosos, enfermos. Es una iglesia en busca de la unción y la prosperidad, pero que ha olvidado el clamor del ciego Bartimeo ¡Señor Hijo de David ten misericordia de mi! Pareciera que el argumento es Si no veo no existe. ¿Serán las personas con trastornos mentales los leprosos del siglo XXI?
Por más que intentemos ignorar, disimular y mirar hacia otra dirección ellos están ahí, buscando la ayuda de Jesús, la misericordia de Jesús, el toque de Jesús.
Satanizar las enfermedades mentales. Corresponde a muchos grupos e iglesias que solo ven demonios. Las enfermedades mentales no existen para ellos, todo es obra del Diablo. Ven demonios en todas partes. Si un niño es asustado por un perro, entonces, dicen ellos, viene un demonio que le habla al oído a ese niño y le dice que de ahora en adelante siempre tendrá miedo. La depresión es un demonio, las fobias son demonios, la ansiedad es un demonio, la anorexia es un demonio, ¡Todo es obra de algún espíritu! Cuanto daño causa esta postura. La persona que padece el TM y su familia ya ha sufrido mucho como para que venga alguien y coloque otra carga, otro factor estresor sobre ellos. ¿Cómo se sentiría usted si tiene un hijo con un problema mental y viene un predicador y le dice que está poseído por un demonio? ¿No se asusta aún más? Luego de esa declaración viene otro sufrimiento más: la seguidilla de sesiones de gritos y ritos para sacar el espíritu.
Cada cierto tiempo se pone de moda algún libro, que con poca Biblia y muchas experiencias intenta convencer a sus lectores ávidos de cosas nuevas de la relación entre Satanás y las enfermedades mentales.
Otra postura de la iglesia consiste en atacar a la psiquiatría y psicología. De las tres posiciones, mi opinión es que esta es la más cruel, por las siguientes razones: el que ignora, no muestra interés ni se relaciona con personas con trastorno mental. Su daño consiste en hacer cuenta que estas personas no existen.
El que sataniza todo, aunque equivocado o exagerado en su postura, muestra interés y preocupación por estas personas. Le dedica su tiempo, su atención. El daño consiste en estigmatizar a quienes pretende ayudar sin dar una verdadera solución.
El tercer grupo, creo yo es la peor postura porque no ignora, sabe de estas personas, conoce el fenómeno, no hace nada por ellas y aún ataca a los que si hacen algo. Su preocupación no es pastoral, es argumentativa, es combativa. Lee y se preocupa, pero no para servir sino para argumentar.
Son grupos que rechazan las Ciencias Sociales y lo hacen etiquetándolas como humanistas o como satánicas. Claro está, para este grupo es una especie de satanismo más refinado, una especie de satanismo más intelectual. Son grupos cerrados, con poco vigor evangelístico y con un espíritu muy crítico. Representa a un sector de la iglesia que no hace nada, pero critica todo. A este grupo ha que recordar que Cristo es el Señor de todo y de todos y que no hay espacio en este mundo donde Cristo no sea dueño y tenga la última palabra. Si Jesús no es Señor de un psicólogo o de un sociólogo no es Señor de nada.
Que debería hacer la iglesia. La iglesia debería formar parte de ese equipo multidisciplinario que acompaña al paciente. Junto al psiquiatra y el psicólogo debería haber un pastor. No tiene que saber psiquiatría, no debe manejar la psicología. Debe tener una pastoral clara, un trabajo espiritual profundo de ayuda y soporte, para el enfermo y su familia.
Tal vez la falta de una pastoral hacia los trastornos mentales de deba a alguno de estos factores:
 Ignorancia en el tema
 Comodidad
 Temor
 Falta de personas capacitadas
 Repetición irreflexiva de un modelo de iglesia
 Menoscabo de la propia imagen pastoral
 Una postura teológica reduccionista
 Etc.
Todos estos factores son soslayables si existe el deseo y la voluntad de ayudar a estas personas. Si hay un corazón de pastor latiendo en el pecho de un hombre, este buscará la forma de superar cada uno de estos obstáculos.
Cuáles deberían ser los pilares de un pastoral hacia las personas con trastornos mentales. Me atrevo a mencionar los siguientes:
 La del amor incondicional
 La de la aceptación
 La de la paciencia
 La del perdón
 La de la sabiduría
 La de la misericordia.
Conclusiones
Frente al fenómeno de los trastornos mentales si la iglesia se siente incapaz, debe capacitarse, espiritualmente e intelectualmente. Buscar toda la buena información disponible. Si este trabajo le asusta, debe vencer sus miedos y hacer lo que tiene que hacer, acoger y abrazar a estas personas en el nombre de Jesús.
Lo que la iglesia no puede seguir haciendo es ignorar lo que pasa alrededor suyo. Es mejor no ser próspero, ni rico, ni ungido, ni ninguna otra cosa de las que se nos ofrece, pero escuchar de labios del señor “Bien buen siervo fiel, sobre has sido fiel, sobre mucho te pondré”.
¡Qué trabajo lindo es llorar con el que llora! Y abrazar al que se siente solo, pues todos hemos llorado alguna vez y hemos necesitado un abrazo. Un abrazo de un hermano, un abrazo de Dios.