
Supuestos erróneosEstas preguntas acerca de Dios y el sufrimiento conllevan varios supuestos de los que no nos damos cuenta y que es bueno explicitar.
Primero, que al pensar en Dios inmediatamente pensamos en un Dios bueno, no un Dios que castiga o un Dios severo, sino un Dios que es toda bondad y cuya bondad no debería permitir el sufrimiento. Y esa es una gran verdad. No obstante este énfasis en la bondad de Dios excluye otros de sus atributos como la justicia o la santidad, su sabiduría o su incomprensibilidad, que también deberían formar parte de la vida del hombre y no solo enfatizar su bondad.
Un segundo supuesto en estas preguntas es creer que el sufrimiento es malo, que el sufrimiento no forma parte de la normalidad de la vida, que es un desperfecto, ¿Será la mirada del hombre actual? Muchas veces veo esta actitud en los atletas de alto rendimiento, quienes cuando sufren alguna lesión recurren a la mejor tecnología disponible para esta en condiciones lo antes posible. Su club o institución pierde mucho dinero por cada día que el atleta está lesionado. Lo correcto, lo apropiado, lo puro, debe ser una vida sin sufrimiento. Por lo tanto Dios debería corregir esta anomalía y proveer un mundo feliz para sus criaturas, aunque el responsable de los actos de sufrimientos no son causados por Dios sino por la intervención del hombre, y aunque este hombre siga viviendo su vida ajeno a las demandas de Dios, así que nos quejamos del mal o sufrimiento que nosotros mismos provocamos, la avaricia, la codicia, la violencia, las guerras y aun responsabilizamos a Dios.
¿Podemos conocer una naranja? Recuerdo haber leído sobre la incapacidad para observar una simple naranja de manera completa al mismo tiempo. No se puede realizar sin girar la naranja y al momento de ver el lado opuesto no visible, el lado que observábamos se oculta. Esto ilustra muy bien otro supuesto respecto a las preguntas relacionadas al mal. Suponemos que tenemos la capacidad para ver todo, pero la verdad es que nuestro conocimiento es limitado.
Es limitado desde la percepción, desde las emociones, desde los prejuicios, desde las expectativas. Nunca veremos la naranja completa al mismo tiempo.
Dios y la existencia del mal
Debemos hablar acerca de la existencia del mal, puesto que el sufrimiento es el resultado del mal, y no resulta fácil hacer una síntesis de un tema tan profundo como este en un solo capítulo, por lo que intentaré hacer casi un esbozo de un tema imposible de agotar incluso en un libro solo dedicado a este tema y cuanto menos en unas pocas páginas.
Desde la filosofía se habla de tres posibilidades acerca del mal de manera general
1. El panteísmo que afirma a Dios y niega el mal
2. El ateísmo que afirma el mal y niega a Dios
3. El teísmo que afirma tanto el mal como a Dios
El panteísmo es la doctrina filosófica que identifica el mundo, el universo, la naturaleza, con la divinidad y afirma que Dios existe, pero niega la existencia del mal. Cree en un Dios bueno y que todo es Dios, por lo que no existe la maldad, es el panteísmo religioso. Dios no es entendido como un ser trascendente, sino inmanente, el principio de todo lo que hay.
La Ciencia Cristiana afirma lo mismo, Mary Baker Eddy, su fundadora escribe “el mal es un error de (la) mente moral”81 y en un resumen de sus artículos de fe ella escribe: “Reconocemos el perdón del pecado por Dios en la destrucción del pecado y en la comprensión espiritual que echa fuera el mal como irreal. Pero la creencia en el pecado es castigada mientras dura la creencia.”82
El ateísmo niega la existencia de Dios y destaca la existencia del mal y coloca ambas posiciones como contradictorias. Si existe el mal entonces no puede existir Dios, relación que ha sido refutada hace ya varias décadas, pero que todavía se repite en algunos círculos.El teísmo afirma la existencia de Dios y del mal, lo que en apariencia es un gran escollo para creer en Dios, el Dios de la Biblia. ¿Si Dios es real por qué no termina con el mal y sus consecuencias en el mundo? El teísmo tiene varias respuestas a esta pregunta. Algunas más convincentes que otras.
La naturaleza del mal
Hablamos del mal y de su existencia ¿pero qué entendemos por mal? Suele ser algo confuso y lo que habitualmente respondemos a esta pregunta guarda relación con los hechos del mal, pero no con la esencia del mal.
Geisler83 responde sobre la esencia del mal con estas palabras:
“La respuesta se encuentra en lo que se entiende por "cosa" (sustancia). Ciertamente, un
cristiano debe admitir que Dios creó cada "cosa" o sustancia (una cosa en sí misma). Pero no
necesitamos estar de acuerdo en que hay "cosas" malvadas. ¿Cómo puede el mal ser real pero
no una cosa? Agustín encontró una respuesta satisfactoria y duradera: el mal es una
verdadera falta, privación o corrupción de algo bueno. Es decir, el mal no existe en sí mismo:
el mal existe solo en una cosa o sustancia, y todas las cosas que Dios hizo son buenas. En
resumen, tiene que haber algo bueno para que el mal exista como falta, corrupción o privación
de él”
Geisler da varios ejemplos para ilustrar esta idea del mal como falta, privación o corrupción, yo
solo tomé dos:
El mal es como pudrirse en un árbol. El mal es como la podredumbre en un árbol. Aquí
nuevamente, la podredumbre pura existe solo en otra cosa. Un árbol totalmente podrido no es
un árbol, ¡es tierra vegetal! La podredumbre existe en el árbol como una corrupción del mismo,
pero no existe en sí misma.
El mal es como una herida en un brazo. Es real tener una herida. Pero una herida no es una
"cosa". Por el contrario, las heridas solo existen en cosas buenas, como un brazo. La herida es
real, pregúntele a cualquiera que haya tenido una, pero la herida no existe en sí misma. Existe
solo en otra cosa como privación o corrupción de la misma. Por lo tanto, no existe un cuerpo
totalmente herido. Un cuerpo totalmente herido no es un cuerpo en absoluto.
El origen del mal
Este punto lo tomamos en el primer capítulo mostrando las opiniones más populares entre las
personas, aquí presento una explicación desde la filosofía y la teología.
Geisler84 plantea el problema de la siguiente forma:
Si Dios es absolutamente perfecto, y si todo lo que hizo es absolutamente perfecto,
entonces, ¿cómo surgió el mal? ¿Cómo puede el bien absoluto ser la fuente del
mal?
Esto, de hecho, es un gran misterio. El problema se puede resumir de la siguiente
manera:
1. Dios es absolutamente perfecto.
2. Dios no puede crear nada imperfecto.
3. Una criatura perfecta no puede hacer el mal.
4. Por lo tanto, el mal no puede surgir en un mundo así.
5. Pero el mal surgió en este mundo.
6. Por lo tanto, parece que la premisa 1 o 2 (o ambas) son falsas, es decir:
a. Dios no es absolutamente perfecto
b. Dios no creó criaturas perfectas, o
c. Ambas a. y b. son verdaderas.
¿Cómo responder a esto?
En el argumento anterior, las dos primeras premisas parecen sólidas:
1. Dios es absolutamente perfecto.
2. Dios no puede crear nada imperfecto.
Ciertamente, desde un punto de vista bíblico ortodoxo, no hay una base real para negar que
Dios es absolutamente perfecto. Tampoco hay ninguna base para negar que Dios deba hacer
criaturas perfectas. Sin embargo, hay que prestar atención a la tercera premisa:
“una criatura perfecta no puede hacer el mal.”
Desde una perspectiva cristiana, esto es falso. Dios creó un arcángel perfecto, llamado Lucifer;
que pecó y se convirtió en el diablo. ¿Cómo puede una criatura perfecta hacer el mal? La
respuesta es el libre albedrío. Consideremos:
1. Dios creó solo cosas buenas.
2. Una cosa buena que Dios creó fue el libre albedrío.
3. El libre albedrío hace posible el mal, ya que
a. Es el poder hacer lo contrario.
b. Hacer lo contrario del bien es malo.
4. Por lo tanto, una criatura libre perfecta puede hacer el mal.
Ciertamente Dios creó solo cosas buenas. El mal no puede venir directamente de la mano
del Creador.
Tampoco podemos negar que el libre albedrío (el poder de la libre elección) es algo bueno.
No hay nada malo en eso. Si lo hubiera, entonces sería malo para Dios tenerlo. Y sería malo
para los santos en el cielo tenerlo. Pero no lo es.
El hecho es que es bueno ser libre. Nadie marcha nunca contra la libertad, cantando:
“¡Abajo la libertad! De vuelta a la esclavitud! ¡Quiero hacer solo lo que el gobierno me dice
que haga!“ Incluso si alguien intentara hablar en contra de la libertad, estaría hablando por
ello, ya que cree que es bueno ser libre de expresar esa opinión. Que la libertad es buena es
literalmente innegable.
Pero si es bueno ser libre, entonces el mal es posible. Libertad significa el poder de elegir lo
contrario. Entonces, en este mundo actual, si uno es libre de hacer el bien, también es libre de
hacer el mal. Si uno es libre de amar, también es libre de odiar. Si somos libres de adorar a Dios,
entonces debemos ser libres de maldecir a Dios. La naturaleza misma de nuestra
libertad divinamente dada hace posible el mal. Cualquier supuesta "libertad" para no elegir el
mal en lugar del bien no es realmente libertad para una criatura moral.
Aparte de los santos en el cielo (que lo tienen relativamente), solo Dios tiene absolutamente
la libertad de no elegir el mal. La máxima libertad es la libertad del mal, no la libertad de hacer
el mal. Aquí en la tierra, mientras todavía estamos haciendo nuestra elección final sobre si
haremos nuestra voluntad o la voluntad de Dios, debemos tener elección; de lo contrario,
seríamos robots, títeres o autómatas.
Cruz, Siemens, Wiebe85 escriben: “La esencia del ser humano es la libertad (el libre albedrío), la
capacidad para poder elegir, para decir “sí” o “no”. Para poder amar, tenemos que ser libres
para odiar; ser libres para ser buenos implica también ser libres para ser malos.”
Las Teodiceas
Una Teodicea es un intento para responder a la pregunta ¿Por qué? Es una defensa de la
justicia de Dios. Algunas de las Teodiceas más conocidas y a las que se les ha dado mayor
importancia son:
La teodicea Ireneana. Un resumen de esta postura sería:86
1. Dificultades para conciliar la existencia de un Dios perfecto.
2. Justifica el mal como creación de Dios
3. Necesario para la maduración, de conocimiento, formador de carácter
4. Descansa en la premisa que Dios creó el mundo imperfecto para que crezca y se desarrolle.
5. El libre albedrío solo como opción de desarrollo.
6. Dios causa el mal y es artífice de los sufrimientos justificados por un bien mayor.
7. Dios no interviene porque todo lo que la humanidad vive está debidamente justificado.
Evaluación de la Teodicea
1. Esta teodicea se opone a la idea teológica bíblica de que Dios no tolera el mal
2. Justifica el mal con argumentos conformistas pero pone a Dios siendo perfectamente
compatible con el mal.
3. Anula el valor moral de Dios y aunque le da ‘sentido’ al mal, no concede victoria por sobre él.
4. Lo hace necesario para un bien mayor.
“Esta teodicea es mayormente desarrollada por John Hick y por otros estudiosos, concede
valor al concepto asegurando que la misma evolución es una señal de que Dios existe y ha
dejado a su creación en un largo proceso de maduración y desarrollo.
El mal en esta postura no necesita ser prevenido, porque quitarlo del mundo provoca que se
pierda el bien superior. Los actos más atroces quedan justificados y todo puede racionalizarse
como el robo, el asesinato o la violación, porque son permitidos como consecuencia para
aumentar el bien superior; la maduración del hombre convirtiéndolo en un hijo de Dios. La
teodicea Ireneana cae principalmente porque conduce a aceptar el dolor con la compatible
existencia de un Dios creador de él. Además esta posición no vindica el carácter de Dios sino
que lo culpa del mal que sufre el mundo.”87
La teodicea agustiniana
Un resumen de esta postura sería:
1. Dios no es el causante del mal.
2. Dios dotó a los seres creados de libre albedrío, con el propósito de hacerlos integrales y
completamente libres.
3. No los creó imperfectos, al contrario todo lo que salió de su mano era perfecto
4. El mal entró con el pecado, y con el pecado el sufrimiento.
5. Por medio de la tentación dada en Edén. Satanás un agente fuera del mundo implantó el
mal.
6. El riesgo que había al dotar de libre albedrío permitió la entrada del mal en el mundo.
7. Dios intervino predestinando al hombre, para salvación o perdición.
8. La libertad de la que gozaba su creación se perdió, por tanto el libre albedrío como tal,
después del momento en el que el hombre permitió la entrada del mal se anuló.
9. Dios devolvió esa libertad por medio de un plan de salvación ejecutado por Jesús que revive
al hombre con la libertad inyectada por Dios de forma soberana.
Evaluación
1. La postura de Agustín implica a Dios con el mal, porque Dios dotó de libertad al hombre
sabiendo las consecuencias.
2. Su teodicea no trata con el sufrimiento humano, aunque le da importancia en un término
escatológico, el hombre debe convivir con él porque así lo permitió Dios.
3. El concepto de predestinación de Agustín responsabiliza a Dios por conocer lo que pasará y
quita la libertad al hombre porque es Dios quien causa todo después de la caída.
4. Agustín no vindica el carácter de Dios ni defiende sus acciones, solo lo hace ejecutor de
predestinación para salvación.
5. En otras palabras la solución que le adjudica Agustín a Dios es elegir a algunos para que sin
importar las consecuencias del mal, puedan vivir y ser salvos, mientras otros no. 88
Ambas teodiceas presentan dificultades para responder a la pregunta ¿Por qué Dios permite el
mal? pero no es el objetivo de este texto abordar de manera crítica la postura teológica acerca
del origen dela mal, solo mostrar las dos posturas más importantes al respecto y la importancia
que esta cuestión ha tenido desde siempre.
Existen otras teodiceas que también son conocidas: la del mal como castigo, la ley natural, por
citar algunas.
Alvin Plantinga escribió: “Debo decir que la mayoría de los intentos de explicar por qué Dios
permite el mal —las teodiceas, como solemos llamarlas— me parecen tibios, superficiales y
frívolos.”
El libro de Job, donde se aborda el tema del sufrimiento, tampoco entrega una respuesta al por
qué. Al final del libro, donde uno esperaría una respuesta contundente de parte de Dios hacia
su hijo que sufre injustamente, solo en escuchamos en cambio el argumento ¿Estás tú
preparado para entender cómo funciona el universo? ¿Podrías entender los por qués de mi
actuar? La respuesta es obvia, no, eso entendió Job cuando responde “¿Quién es el que
oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas
demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te
preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto
me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza.”90
Nuestra capacidad cognitiva, a pesar del orgullo humano es limitada y jamás comprenderemos
los designios de Dios, es imposible para lo finito abordar lo infinito.
El argumento del mal.
El problema del mal o argumento del mal como se conoce es un argumento de larga data
acerca de la imposibilidad de la existencia de Dios a causa del mal. Si Dios existiera no habría
mal, y como existe el mal, entonces no hay Dios. Este argumento fue planteado por el filósofo
griego Epicuro en al año 300 a.C. y dice:
“¿Está Dios dispuesto a prevenir el mal, pero no puede?
Entonces, no es omnipotente.
¿Está dispuesto y no quiere?
Entonces, es malévolo.
¿Está dispuesto y quiere?
Entonces, ¿de dónde viene el mal?
¿No está dispuesto y tampoco quiere?
Entonces, ¿por qué llamarlo ‘Dios’?”
Esta declaración fue retomada muchos años después por el filósofo escocés, David Hume,
padre del empirismo, escepticismo y naturalismo, en su libro Diálogos sobre la religión natural.
Keller comentando acerca del problema del mal escribe: “…Taylor señala correctamente que a
pesar de las discusiones de los filósofos, el argumento del mal nunca fue popular hasta algún
tiempo después de la Ilustración. Las cosas cambiaron cuando el pensamiento occidental
empezó a ver a Dios como más remoto y a ver al mundo como algo completamente entendible
a través de la razón. Estas tendencias intelectuales se vieron reforzadas por cambios
tecnológicos que con el tiempo llevaron al desarrollo del “yo regulado”. Los seres humanos
adquirieron mucha más confianza en su propia capacidad para razonar y percibir.”
El argumento del mal contra Dios toma dos posturas.
La primera es conocida como el argumento lógico que busca demostrar con este argumento
que Dios no existe.
La segunda postura se conoce como argumento probatorio y propone que probablemente no
exista Dios)
El argumento lógico. De acuerdo con Keller 92, hasta los años 80, el argumento del mal contra
Dios era considerado entre los filósofos académicos como concluyente, una prueba de que el
Dios tradicional de la Biblia no podía existir. Afirmaban que la presencia del mal hacía que el
cristianismo no solo fuera menos creíble, sino lógicamente imposible.
El filósofo británico John Mackie, en su famoso artículo “El mal y la omnipotencia”, escribió: “Se
puede demostrar, no solo que las creencias religiosas carecen de apoyo racional, sino que son
totalmente irracionales, pues varias partes esenciales de la doctrina teológica son incoherentes
entre sí”.93
Sin embargo esta idea tan difundida comenzó a cambiar con la publicación de dos libros del
filósofo norteamericano Alvin Plantinga, uno llamado Dios, la libertad y el mal publicado en
1974 y el otro libro titulado La naturaleza de la necesidad publicado en el mismo año.94
La obra y argumentos de Plantinga y otros filósofos que siguieron su pensamiento fueron tan
efectivos que veinticinco años después se aceptó ampliamente que el argumento lógico en
contra de Dios no funcionaba.
“El filósofo William Alston escribió que “ahora (casi) todos reconocen que [la idea de que el
mal refuta la existencia de Dios] ha sido desacreditada”.95
Luego de esto los pensadores escépticos, seguidores del Problema del mal rearman sus
argumentos, adaptan el Problema del mal y comienzan a hablar del Argumento probatorio
contra la existencia de Dios. En esta reformulación, se hace una afirmación mucho más débil, el
sufrimiento no es una prueba, sino una evidencia que hace que la existencia de Dios sea menos
probable, aunque no imposible.96
Todo esto muestra que la afirmación tan común de que el sufrimiento y el mal simplemente
refutan la existencia de Dios ha sido casi completamente abandonada en los círculos
profesionales y académicos, “porque la carga de demostrar que no hay posibilidad alguna de la
coexistencia de Dios y… el mal es demasiado pesada para los ateos”.97
El propio Plantinga escribe: 98”Una pieza aceptada e impresionante de la ateología natural tiene
que ver con el llamado problema del mal. Muchos filósofos creen que la existencia del mal
constituye una dificultad para el teísta, y muchos creen que la existencia del mal (o al menos la
cantidad y los tipos de mal que encontramos) hace que la creencia en Dios sea irrazonable o
racionalmente inaceptable.”
En otra ocasión escribe “Hasta hace treinta o treinta y cinco años, el tipo de argumento favorito
del mal era la conclusión de que hay una inconsistencia lógica en lo que los cristianos
creen. Ellos creen que hay una persona como Dios (una persona que es omnipotente,
omnisciente y totalmente buena), y también que hay maldad en el mundo; no es lógicamente
posible (según la afirmación) que ambas creencias sean verdaderas. La afirmación era que la
existencia de Dios es lógicamente incompatible con la existencia del mal; dado que el teísta
está comprometido con ambos, la creencia teísta es claramente irracional.
En la actualidad, sin embargo, se admite ampliamente que no hay nada como la contradicción
directa o la falsedad necesaria en la afirmación conjunta de Dios y el mal; la existencia del mal
no es lógicamente incompatible (incluso en el sentido lógico amplio) con la existencia de un
Dios todopoderoso, omnisciente y perfectamente bueno.”