martes, 3 de julio de 2012

Aprendiendo a servir


Iglesia Bíblica Independiente
San Joaquín. Santiago Chile
Domingo 01/07/2012
Mensaje: Servicio Respaldado. El Bautismo de Jesús
Texto: Marcos 1:9-11

Introducción:
En esta mañana quiero continuar con una serie de mensajes basados en el evangelio de Marcos. El primer mensaje, si ustedes recuerdan fue sobre Juan el Bautista, su preparación, su predicación y su profecía.
Hoy nos centraremos solo en tres versos del capítulo1. Los versículos 9,10 y 11 y vamos a extraer de ellos la enseñanza que la Palabra de Dios nos deja a través del bautismo de Jesús. Solo tres versículos que serán de mucha bendición si los tomamos con espíritu de reverencia, de reflexión y obediencia.
Juan el Bautista bautizaba en el desierto, en Judea, su bautismo era para arrepentimiento, preparaba a las personas para recibir el mensaje de Cristo, aquel que bautizaría no con agua, sino con el Espíritu Santo y fuego. Era un bautismo que demostraba humildad y la disposición de la persona a abandonar el pecado, dice un autor. Mientras Juan hacia esto, a no mucha distancia geográfica, en el norte del país, en Galilea, en una ciudad pequeña llamada Nazaret, vivía Jesús, allí pasó toda su infancia y cumplidos los treinta años. Viaja hasta Judea, comienza aquí su ministerio público y lo hace con dos eventos, el primero, que veremos en esta mañana, su bautismo y el segundo la tentación.
¿Qué podemos nosotros, cristianos de hoy a prender de este hecho histórico, del bautismo del Señor, ocurrido hace tanto tiempo? ¿Hay alguna enseñanza que podamos atender y practicar que nos permita crecer espiritualmente y servir mejor? Mirado desde este punto de vista, del servicio, ¿Podemos aprender algo?
Muchos ministerios comienzan tan rápido como comienzan. Muchos cristianos quieren servir, pero al poco tiempo se desaniman, otros perseveran pero sin llevar fruto en un contexto donde esto es lo esperable, ¿Puede este pasaje responder algunas de estas cuestiones?
Espero que al terminar este mensaje nuestras respuestas sean todas afirmativas.
Veamos el texto:
9Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. 10Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. 11Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.
Veamos dos puntos de este pasaje y saquemos aplicaciones a nuestra vida.
I. LA SUMISIÓN DEL SEÑOR Y EL SERVICIO” Jesús vino a Galilea”v.9. Por lo que sabemos del Señor en los otros evangelios podemos asegurar que Jesús no vino cuando él lo decidió, sino que viajó cuando el Padre así se lo dijo. Esta es la primera huella de sumisión. Actuar en el tiempo que el Padre lo decida, esperar el tiempo del Señor. Pero, además vemos la sumisión del Señor en otros aspectos, resumidos en:
a. Humildad.
-Nazaret. Habita en Galilea, región rechazada por los judíos por su independencia del resto del país en cuanto al legalismo religioso. Galilea tenía contacto con otras culturas y por ello era despreciada por el resto de los judíos como “la Galilea de los gentiles”. Este fue el lugar que el Señor ¿decidió? Como lugar para vivir. Galilea también era vecina de Samaria, la considerada pagana por los judíos más ortodoxos y rechazada abiertamente. Nazaret, la ciudad de Jesús, era frecuentada por comerciantes de otros lugares, lo que a ojos de muchos “la contaminarían”. Algunos escritores piensan que Nazaret era una ciudad pequeña y pobre, otros que era una ciudad próspera y floreciente. No hay consenso acerca de ello, pero no gozaba de buena fama. Los fariseos al conocer el origen del Señor preguntaban “¿De Nazaret puede salir algo bueno? Nazaret significa en hebreo La Flor, así que sí salió algo bueno de Nazaret, la Rosa de Sarón, el Señor.
Así que la humildad en la sumisión del Señor al servicio la podemos ver en su ciudad de origen.
Su actitud. También la podemos ver en la actitud con que se presenta ante Juan. Como otro judío más viene a cumplir con lo que Dios estaba pidiendo, aunque sabemos no necesitaba pasar por esa experiencia, porque no había pecado en él. No lo hace presumiendo de su santidad o de su excelsa superioridad espiritual, sino que lo hace humildemente, como cualquier otro judío. Juan ante esta muestra de humildad se niega a bautizarlo, pero las palabras del Señor “Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia” lo convencen y con toda reverencia lo sumerge en el Jordán.
-El río Jordán también lo podemos tomar como una muestra de humildad y sumisión de parte del Señor. El río Jordán, que en hebreo significa “descendedor” en la opinión de algunos historiadores no era un río limpio. Se tiene la certeza que en tiempo del AT. No lo era al menos. Jesús, a diferencia de Naamán en el AT. No rehúsa sumergirse en el Jordán y “desciende” en su humildad hasta ser cubierto por sus sucias aguas.
b. Obediencia. Relacionado con lo anterior, con actitud humilde el Señor se sumerge en el Jordán en señal de sumisión, de obediencia. El inmaculado hijo de Dios sumergiéndose en las turbias aguas del río Jordán .
Existe consenso entre los escritores bíblicos acerca de las razones del Señor para cumplir con este acto. Se resumen en lo siguiente:
Aunque no era necesario, Jesús se bautizó por estas razones:
1. Para testificar de su consagración, a su misión divina de traer el mensaje de salvación a todas las naciones.
2. Para demostrar que Dios aprobaba y respaldaba su misión en esta tierra.
3. Para identificarse con nuestra condición humana y pecadora.
4. Para comenzar oficialmente su ministerio público.
5. Para darnos un ejemplo que hemos de imitar, aunque el bautismo de Juan es diferente del bautismo cristiano.
ILUSTRACIÓN
El día viernes que pasó vi con mis alumnos de cuarto básico una película para niños llamada Karate Kid. El argumento es el del ya conocido niño del que se abusa y desea aprender a pelear para vengarse y que en camino descubre el autocontrol y la madurez por medio de las artes marciales y que acaba con un gran combate final donde el héroe a duras penas vence a su contrincante. Pero en esta película para niños hay una escena muy divertida pero que nos enseña algo: el niño va donde el maestro para aprender kung fu y este lo tiene un buen tiempo haciendo varios movimientos, antes había visto en la casa el niño que este no obedecía a su madre y tiraba su chaqueta en el suelo en cualquier lugar, así que el ejercicio introductorio al Kung Fu era “pónte la chaqueta-sácate la chaqueta-cuelga la chaqueta-arroja la chaqueta. Hace esto mil veces hasta que aprende la obediencia y la sumisión al maestro Kung Fu. Sólo entonces está listo para continuar con la preparación para la gran pelea final.
APLICACIÓN
1. Antes del servicio viene la sumisión y esta se demuestra por medio de la humildad. Antes de servir a Dios y dar fruto debemos ser humildes y reconocer que nada podemos hacer por nosotros solos. Que el servicio eficaz es el que realiza Dios mismo por medio de nosotros.
2. Humildad es reconocer que no son nuestros recursos humanos naturales los que ayudarán a las personas, sino es la obra de Dios por medio de nosotros.
3. Obedecer a Dios es más importante que querer servirle solamente.
4. ¿Qué áreas de nuestra vida son las que no están sometidas a la obediencia a Dios y que podrían estorbar mi servicio a Dios?
5. ¿Queremos servir a Dios? Tal vez la primera lección es:
“Apaga la tele-acuéstate temprano-levántate temprano-ora”
“Apaga la tele-acuéstate temprano-levántate temprano-ora”
“Apaga la tele-acuéstate temprano-levántate temprano-ora”



II. EL SOSTÉN DEL SEÑOR EN EL SERVICIO. V10. El sostén y respaldo del servicio del Señor vino del cielo “vio abrirse los cielos” “y al Espíritu como paloma”.
La promesa del Señor de que una vez resucitado vendría el Espíritu Santo con poder sobre los discípulos es claramente ilustrado en este pasaje.
La obediencia trae como resultado el respaldo, el sostén de Dios en el servicio.
a. El Espíritu Santo. En este pasaje no se caracteriza al Espíritu Santo con lo extraordinario, con lo milagroso, con lo sobrenatural. El escritor dice que el Espíritu Santo descendía sobre Jesús como una paloma.
Las características de la paloma que la hace un apropiado símbolo del Espíritu son:
-su belleza
-su docilidad
-su limpieza
-que se asusta fácilmente
-es inofensiva
-es pacífica.
-siempre vuelve a su nido

Este símbolo nos habla acerca del carácter del que sirve. De la sencillez, de la delicadeza, del cuidado del siervo. El Señor mostró en reiteradas ocasiones estas características. Jesús de Nazaret, durante su ministerio público reflejó belleza, docilidad, limpieza, fragilidad, paz. Los evangelios dan testimonio de ello. Fueron muchas las personas sorprendidas y maravilladas con su persona y sus palabras. “Hija tu fe te ha hecho salva” le dijo a la mujer que padecía del flujo de sangre, solo por citar un ejemplo. La paloma que descendió sobre Jesús en su bautismo nunca se fue de él. Su docilidad y su delicadeza jamás la espantaron. Estuvo desde el principio de su ministerio público hasta su muerte resucitándolo. La obra de Jesús no provenía de sus buenas intenciones o de inclinaciones naturales humanas, sino que era la paloma santa la que dirigía todo. Se podría decir que en el cielo era el Padre quien planificaba las obras de Jesús, pero era la paloma santa quien las ejecutaba en la tierra y que Jesús jamás hubiera intentado hacer todo lo que hizo sin esta presencia santa en su vida, aunque Él mismo era poseedor de la misma santidad y del mismo poder. El Espíritu Santo viene como sostén, como respaldo del servicio del Señor en la Tierra. La paloma siempre vuelve a su nido. El Espíritu Santo que siempre habitó con y en Jesús vuelve a él, a su nido y lo capacita.

B. La voz del Padre. V.11 “Tú eres mi hijo amado; en ti tengo complacencia”. La NVI lo traduce así. “Estoy muy complacido contigo” En griego es igual estar complacido, agradado”.
Esta voz, la del Padre viene a respaldar también el servicio de Jesús. Si el Espíritu Santo confirma el carácter de Jesús para el servicio, la voz del Padre le otorga la seguridad, la confianza para el trabajo que Jesús iba a realizar. El Padre mira desde el cielo, ve a Jesús saliendo del agua y con una sonrisa santa de placer dice: “Jesús, tú eres mi hijo amado, estoy contento contigo”. Esto nos refiere a la preparación espiritual y modo de vivir, si se puede decir eso, del Señor hasta el momento del bautismo y nos muestra cual es la prioridad del Padre para quienes le sirven. Dios no sonríe con lo que hacemos, sino con lo que somos.
Esta misma voz vuelve a aparecer en el texto, en el capítulo 9 y verso 7 en el monte de la transfiguración. Se vuelven a repetir las palabras “Tú eres mi hijo amado” pero cambia la segunda parte y en lugar de orientar las palabras a la persona de Jesús, lo hace a su mensaje propiamente tal y el Padre dice “a él oíd”
APLICACIÓN
1. Este sostén o respaldo para hacer la obra de Dios es de vital importancia, ya sea para el cristiano que tiene un llamado general al servicio o para el cristiano consagrado con un llamado especial de Dios a su servicio. Esta importancia radica en el hecho que el servicio a Dios presenta muchas dificultades, el mismo Señor nos da ejemplo de ello: burlas, menosprecio, oposición, incomprensión.
2. Oír la voz de Dios es fundamental para quien quiera seguir al Señor. El entusiasmo humano y las buenas intenciones no bastan. Es necesario el testimonio interno del llamado del Señor.
3. Otra razón de la importancia de este respaldo son las luchas espirituales que el siervo de Dios presentará sin lugar a dudas y a las cuales solo hará frente confiando en este respaldo divino.
ILUSTRACIÓN
Se ha escrito de Teresa de Calcuta:”Pero Teresa de Calcuta tuvo dudas, incluso entonces. Luego reconocería que la incertidumbre la acompañó a lo largo de 50 años. En una carta remitida al reverendo Michael van der Peet tres meses antes de recibir el reconocimiento internacional, Teresa confesaba a su amigo: "Jesús tiene un fuerte amor por ti. Pero por mí? los silencios son demasiado. Miro y no veo. Escucho y no oigo. Te pido que reces por mí. Ruégale que me eche una mano".
“La madre Teresa, que dedicó su vida a los pobres de la ciudad india de Calcuta, escribió que "Mi sonrisa es una gran capa que esconde una multitud de penas". Porque siempre sonreía, la gente pensaba que "mi fe, mi esperanza y mi amor me desbordan, y que mi intimidad con Dios y la unión con su voluntad llenan mi corazón. Si supieran…", afirmaba la religiosa en 1958.
La misionera, que empezó trabajando en la India en 1948, dijo en otra carta: "Los condenados del Infierno sufren un castigo eterno porque experimentan con la pérdida de Dios". "En mi propia alma, siento un dolor terrible por esta pérdida. Siento que Dios no me quiere, que Dios no es Dios, y que él verdaderamente no existe".
La ausencia de Dios parece que empezó casi en el mismo momento en que ella empezó a cuidar de los pobres y los moribundos de Calcuta y nunca volvió a aparecer, exceptuando un periodo de cinco semanas en 1959.
Aunque en público llevaba una sonrisa perpetua, la Teresa que se ve reflejada en las cartas vivía en un hondo estado de dolor espiritual. En más de 40 de ellas, muchas nunca antes publicadas, la religiosa se queja de la "oscuridad", "sequía", "soledad" y "tortura" que estaba padeciendo.”
No estamos exentos de este tipo de lucha espiritual o de otros que vendrán. Tenemos que tener un respaldo, uno que venga del cielo. Una experiencia que marque nuestra vida y nos aliente en los momentos difíciles.
CONCLUSIÓN
Podemos leer este pasaje reconociendo su valor histórico como un acontecimiento real vivido por el señor al inicio de su ministerio, pero también podemos sacar algunas lecciones para nosotros y nuestro servicio a Dios en nuestros días.
Como hijos de Dios estamos sometidos a la voluntad de Dios en cuanto a su servicio y ¿contamos con el respaldo suyo para hacer lo que hacemos?
La sumisión, manifestada a través de la humildad y la obediencia y
El sostén divino manifestado en la obra del Espíritu Santo y en el testimonio interior de la voz de Dios será el motor que aliente nuestra vida de servicio hasta que el Señor venga.