Iglesia Bíblica
de Cristo-La Granja/Santiago
Fecha:
16/07/2023
Título. La
oración de Jabes
Texto: 1
Crónicas 4:9-10
Introducción
En la Biblia
hay muchos pasajes llamativos por su sencillez y profundidad al mismo tiempo.
Son pequeñas joyas incrustadas en la sólida roca que es la Palabra de Dios, que
al sacarlas revelan toda su belleza y encandilan nuestros corazones.
Uno de esos
pasajes es 1Crónicas 4: 9-10. La RVR 1960 lo traduce así:
9 Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre
llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor.
10 E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me
dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo,
y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.
Otras
versiones lo traducen de la siguiente manera:
La Biblia
del jubileo
9 Y Jabes
fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes (dolor),
diciendo: Por cuanto lo di a luz con dolor
10 E invocó
Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh si me dieras bendición, y ensancharas mi
término, y si tu mano fuera conmigo, y me libraras de mal, que no me dañe! E
hizo Dios que le viniera lo que pidió 11
Nueva
Traducción Viviente NTV
10 Él fue
quien oró al Dios de Israel diciendo: « ¡Ay, si tú me bendijeras y extendieras
mi territorio! ¡Te ruego que estés conmigo en todo lo que haga, y líbrame de
toda dificultad que me cause dolor!»; y Dios le concedió lo que pidió.
Reina Valera
1909
9 Y Jabes
fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por
cuanto le parí en dolor. 10 E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh si
me dieras bendición, y ensancharas mi término, y si tu mano fuera conmigo, y me
libraras de mal, que no me dañe! E hizo Dios que le viniese lo que pidió.
Como
introducción es importante conocer quién fue Jabes:
-era
descendiente de los ceneos, una tribu al parecer no judía, y nómades, pero que
con el tiempo se incorporaron a la tribu de Judá y se asentaron en Israel
"Y Heber ceneo, de los hijos de Hobb suegro de Moisés, se había apartado
de los ceneos, y había plantado sus tiendas en el Alle de Zaanaim, que está
junto a Cedes" (Jueces 4: 11)
El nombre de
Jabes proviene de la palabra "dolor", usada por su madre quien afirma
que le colocó ese nombre porque tuvo mucho dolor para darlo a luz.
Su nombre
aparece en una lista de descendencia y se destaca de manera especial y aislada
la oración que realizó y no vuelve a aparecer más en la Biblia.
Jabes hizo
una oración que de manera natural se divide en tres partes, que son las que
veremos en esta ocasión y sobre las cuales haremos algunas reflexiones y
sacaremos algunas aplicaciones.
I. “Oh si en verdad me bendijeras”
Esta es la
primera sección de la oración de Jabes. Algunos autores sugieren que Jabes no
era judío, pero creyó en el Dios de Israel ,lo que agrega gran valor a su
petición, porque se da cuenta que la verdadera bendición solo proviene de
Jehová.
Esta convicción
también estuvo presente en personas como Rahab y Rut, que no siendo israelitas
abrazan la fe en Dios e incluso llegan a formar parte de la descendencia del
Mesías.
Jabes busca
esta bendición de Dios y reconoce su importancia para la vida. Tal es la importancia
de la bendición de Dios que está presente en la oración que el mismo Señor
instruye para su pueblo la llamada bendición sacerdotal de …
Números
6:22-26
“22 Jehová
habló a Moisés, diciendo:
23 Habla a
Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel,
diciéndoles:
24 Jehová te
bendiga, y te guarde;
25 Jehová
haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
26 Jehová
alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
27 Y pondrán
mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.
La
Traducción en Lenguaje Actual traduce de este modo la bendición sacerdotal
“Diles a
Aarón y a sus hijos, que así deben bendecir a los israelitas:
24 “Que Dios
te bendiga
y siempre te
cuide;
25 que Dios
te mire con agrado
y te muestre
su bondad;
26 que Dios
te mire con agrado
y te llene
de paz”.
27 »Cuando
los sacerdotes pronuncien esta bendición, yo haré que se haga realidad».
De estas
palabras podemos inferir sin temor a equivocarnos que:
1. La
bendición viene de Dios
2. Dios
desea bendecir a sus hijos
3. La
bendición de Dios es fundamental para la vida de los hijos de Dios
Jabes supo
esta verdad, quizás la vio reflejada en la vida de los judíos que conocía, se
da cuenta que él no la tiene y la pide.
Pudo
comenzar su oración pidiendo muchas otras cosas, pero en su corazón reconoce
que esta bendición es la base para edificar una vida.
Pero, ¿Qué
es la bendición?
“Una
bendición es un acto –por medio de un discurso o gesto- por el cual una persona
transmite poder a otra…la dimensión más característica del poder para la vida
que se transmite en una bendición tiene que ver con la prosperidad, riqueza,
salud, fertilidad. Es decir, la bendición está relacionada por lo general
con la generatividad y la productividad. Estas garantizan un bienestar de
naturaleza material que perdura en las generaciones subsiguientes.”
(Brueggemann, Reverberations of Faith, 2002, 18-19).
Un resumen
de la bendición de Dios es que abarca todas las áreas de la vida:
Ø Lo material, el trabajo, la
productividad
Ø Lo espiritual, la salvación, la
presencia de Dios, la adoración
Ø Lo emocional, la paz, la alegría, el
amor, el cuidado, la salud
Ø Lo social, la familia, los amigos
Aplicación
La bendición
de Dios es clave en la vida de un cristiano. La bendición de Dios es la
satisfacción personal de sentirse “ bien-dicho” por parte de Dios, que Dios
“hable bien de nosotros”
1. La
primera bendición de Dios es Jesús, en él se manifestó toda la gracia, toda la
belleza de Dios.
2. Ser un
hijo de Dios es la segunda bendición
3. Otra
bendición es tener la Biblia y a través de ella conocer a Dios
4. Otra
bendición es la alegría y la paz
5. Otra
bendición es el trabajo, para suplir nuestras necesidades, ayudar a otros y dar
para la obra de Dios.
II. Ensancharas mi territorio”
Esta expresión
tiene un significado literal.
1. Jabes
pide a Dios que literalmente extienda su territorio, su lugar en la tierra
prometida. Pide a Dios tener mayor dominio en el lugar donde iba a vivir él y
su familia, hay que recordar el dato que su trasfondo era nómade, por lo que
tal vez está pidiendo ser establecido en un lugar.
En la
Escritura aparece esta misma expresión en:
Ex 34:24 24
Porque yo arrojaré a las naciones de tu presencia, y ensancharé tu
territorio; y ninguno codiciará tu tierra, cuando subas para presentarte
delante de Jehová tu Dios tres veces en el año.
Dt 12:20
Cuando Jehová tu Dios ensanchare tu territorio, como él te ha dicho, y
tú dijeres: Comeré carne, porque deseaste comerla, conforme a lo que deseaste
podrás comer.
Isa 54:2-3 Ensancha
el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas;
no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. 3 Porque te
extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará
naciones, y habitará las ciudades asoladas.
Jabes está
pidiendo a Dios, que agrande un lugar físico, que sería su habitación y el
lugar donde él y su familia desarrollarían sus vidas. De este territorio
fluiría el agua, los frutos, se podría criar animales, cultivar la tierra, hacer
negocios, etc.
Pero también
podemos, de manera legítima encontrar un segundo significado. Los exégetas no
dicen mucho sobre el significado secundario de esta expresión. Yo, con el paso
de los años he llegado a la conclusión que “extender el territorio” en un plano
espiritual significa “ampliar mi rango de influencia en las actividades que
realizo”.
Ser
productivo, cumplir los propósitos de Dios en lo que se hace. Saber que se hace
su voluntad en las actividades.
Debemos
pedir a Dios que “ensanche nuestro territorio” que nuestra influencia cristiana
crezca en:
1. Nuestros
hogares, lo que hoy es una gran batalla espiritual
2. En
nuestros trabajos
3. En
nuestros proyectos
4. En
nuestra propia historia (que limpie el pasado si es necesario y nos haga
instrumentos útiles para su gloria.
5. En
nuestro servicio cristiano (en el uso de los dones, en el compromiso con la
iglesia local)
Esta tercera
parte de la oración de Jabes apunta a la búsqueda de la presencia de Dios en la
vida, de manera especial como protección frente al mal, frente al sufrimiento.
“El vocablo
hebreo “ra’a”, traducido como “mal”, señala en conjunto a todo aquello que es
negativo y dañino. El concepto incluye la idea de pecado, pero va más allá en
el énfasis, pues es todo lo que rompe, daña o destruye.”
La palabra
algunas veces se refiere Satanás, el malo, al dolor, al sufrimiento.
Es
significativa esta tercera petición puesto que al parecer Jabes conocía de
cerca el sufrimiento. Recordemos que el nombre Jabes está relacionado con la
palabra dolor. Su madre lo tuvo con dolor, con sufrimiento y no sabemos bien
las circunstancias, pero el mal era algo conocido por Jabes.
De esta
tercera parte en la oración de Jabes podemos aprender muchas lecciones, quiero mencionar
solamente dos:
1. Muchas
veces Dios libra del sufrimiento para que este no dañe a sus hijos, se anticipa,
previene, responde oraciones, inclina corazones.
2. Dios
muchas veces protege a sus hijos en el sufrimiento para que no sean
dañados. Los protege mientras caminan “en el valle de sombra y de muerte”.
El mal puede
provenir de cualquiera situación que produzca sufrimiento:
Ø Enfermedades
Ø Muertes
Ø Conflictos familiares
Ø Pérdidas significativas
Ø Tragedias
Ø Traiciones
Ø Desilusiones
Ø Etc
El maestro
profetizó “En el mundo tendréis aflicciones”
Pablo habla
abiertamente de su sufrimiento
Pedro
escribe a los hermanos que sufren
y el
capítulo 11 de Hebreos hace un contraste entre aquellos
“33 que por
fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas
de leones,
34 apagaron
fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se
hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.
35 Las
mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron
atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.
Y los otros
que…
36 Otros
experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles.
37 Fueron
apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron
de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres,
angustiados, maltratados;
38 de los
cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por
las cuevas y por las cavernas de la tierra.
39 Y todos estos,
aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido;
40
proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos
perfeccionados aparte de nosotros.
Jesús
nuestro amado Maestro oró por sus hijos espirituales al Padre en Juan 17 pidiendo
que:
11 Y ya no
estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a
los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como
nosotros.
12 Cuando
estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me
diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de
perdición, para que la Escritura se cumpliese.
13 Pero
ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en
sí mismos.
14 Yo les he
dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo.
15 No ruego
que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
Jabes hizo
la misma petición a mediados del S. V antes de Cristo y el texto termina con
las palabras “Y Dios le concedió lo que pidió”.
Cuento sobre
el sufrimiento
“Una mujer
acudió a un hombre muy sabio de su país. Estaba desesperada de dolor. Su único
hijo, de 10 años, estaba enfermo y ningún médico daba con la solución a su mal.
Al llegar frente al sabio, le pidió el remedio para sanarlo. Era una situación
injusta. Sólo tenía un hijo, era muy joven y ella no se merecía tanto
sufrimiento.
El Sabio,
mirándola con ojos de amor le dijo: “para preparar el remedio que sanará a tu
hijo necesito varios ingredientes. Tú me tienes que traer uno de ellos: tres
pelos de la cabeza de una persona que nunca haya sufrido”. La mujer se marchó
muy contenta, por fin encontraba una solución. Se puso a buscar con enorme
rapidez. Al cabo de tres meses, volvió a casa del sabio. Su rostro y sus ojos
mostraban serenidad.
El sabio le
preguntó: “¿Me traes los tres pelos de la persona que no ha sufrido?”. La mujer
le contó que cuando salió de la casa del sabio buscó como loca en todo el país:
palacios, chozas, campos, ciudades… en todas partes donde preguntó encontró
personas que habían perdido un ser querido, personas que habían pasado por una
enfermedad seria, personas que estaban sin trabajo, personas que estaban solas
y no tenían nadie con quien hablar. Y conforme pasaban los días y veía que
todas esas personas, a pesar de su sufrimiento, seguían adelante, dibujando cada
día una sonrisa en su cara… poco a poco ella fue serenando su corazón y
aceptando su propio sufrimiento. Ahora se presentaba ante el sabio simplemente
para agradecerle la paz que había puesto en su corazón… y pidiéndole el remedio
para convivir con la enfermedad de su hijo“.
Todas las
personas sufren, la oración de Jabes fue que ese mal no le causara dolor.
Aplicación
1. El mal
siempre estará presente en nuestras vidas, debemos aprender a confiar en Dios y
orar que no nos duela.
2. Debemos
aprender que cuando el mal nos alcance Dios sigue estando presente
Conclusión
Tengamos un
corazón como el de Jabes, “más ilustres que el de sus hermanos” y hagamos esta
misma petición:
1. Señor
bendíceme
2. Extiende
mi territorio
3. Guárdame
del mal para que no me cause dolor.