lunes, 20 de junio de 2022

Una crisis de sentido

 

Una crisis de sentido


La importancia de la pregunta se refleja, por ejemplo, en que en Google las búsquedas relacionadas con el sentido de la vida ascienden a 1.500.000 consultas mensuales, lo que se traduce en unos 18 millones de búsquedas españolas como promedio, solo hasta el año el año 2011.[1]

La tendencia al nihilismo es otra evidencia de esta crisis en la cultura actual. La crisis valórica, el auge de la violencia, del lujo, de la entretención, el uso de drogas y de manera especial de la crisis de esperanza del mundo actual. Hasta los años 60 del siglo pasado había esperanza, de manera especial en América Latina, esperanza que se fue diluyendo en las décadas posteriores y que fue equiparándose a la desesperanza de otros lugares del mundo con sus consecuencias ya conocidas. Hinkelammert[2] escribe: “En los sectores populares la cultura de la desesperanza promueve la anomia, deshace las relaciones humanas, promueve el crimen. La misma droga es parte del fenómeno.”

“El nihilismo actual y su culto a la nada proviene de una fuerte crisis de valores religiosos o trascendentes, esenciales o fundamentales, significativos. Afrontamos una crisis humana del propio humanismo, en nombre de la ciencia y la tecnología positivas y positivistas, cuya afirmación de inmanencia radical resulta escandalosa filosóficamente. El actual positivismo reinante reduce lo alto a lo bajo y lo sublime a lo subliminal, la conciencia al cerebro y el amor romántico al sexo, el espíritu a la materia y el alma al cuerpo. Por supuesto, se trata de una reacción explicable a viejos idealismos o trascendentalismos, espiritualismos o ilusionismos. Pero también se trata de una revisión más realista de la realidad real y del mundo con sus mecanismos físicos y químicos.

Yo diría que el nihilismo actual es una reacción a la visión del mal en el mundo y de los males del hombre, de la contingencia y los límites de nuestra comprensión de la realidad, con una dosis de escepticismo tras tanta hecatombe, guerras y siniestros.

El nihilismo actual parece una mezcla de agnosticismo o no-saber, de imposibilismo o no-poder, y de indiferentismo o no-querer. Hay pues resignación y conciencia de la finitud, un descrédito de toda creencia o confianza, un nadismo, la nada desnuda, lo que comporta una obvia desesperanza. El propio cristianismo eclesiástico, la Iglesia, es testigo de semejante nihilismo dentro y fuera de sus fronteras; pero el tema no atañe solo a occidente sino al propio Oriente contagiado por el nihilismo occidental a través del capitalismo, el marxismo o una mezcla de ambos como en la China actual.”[3]

El suicidio muy probablemente sea otro síntoma de la crisis de sentido. El suicidio es el grito desesperado de la desesperanza, del dolor y sufrimiento que no tiene fin, del vacío de una vida de significado, es el fin de la alegría.

“Una persona se suicida en el mundo cada cuarenta segundos, lo que da un total de 800.000 fallecimientos al año, el doble que las víctimas de homicidio. En muchos casos se trata de un tema tabú y, por ende, un problema silenciado, pero su prevalencia es preocupante en términos de salud pública: es la decimoctava causa de muerte a nivel global. Sin embargo, la tasa de suicidios por cada 100.000 habitantes está lejos de ser uniforme en todo el mundo y en todos los estratos de la sociedad, tal y como muestran los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2016.

Así, se trata de la segunda causa de muerte para los jóvenes de entre 15 y 29 años, solo por detrás de los accidentes de tráfico. Quitarse la vida tiene también una prevalencia mayor entre los hombres, especialmente en los países de altos ingresos, donde se suicidan de media casi tres veces más que las mujeres. En los países de ingresos bajos y medianos las diferencias son más ajustadas.”[4]

En el ayer

El mito de Sísifo, es tal vez la expresión griega más clara acerca del sinsentido. Como castigo por las faltas de Sísifo, según algunas versiones de haber acusado a Zeus de secuestrar una ninfa, o de acuerdo a otra versión, haber matado a muchas personas para mantener su poder y dominio, debió cumplir una pena que no se basaba en el dolor físico, ni en el desprestigio sino en el hecho de experimentar el sinsentido. El castigo consistía en empujar una gran piedra redonda desde la base de una montaña hasta la cima para, luego volver a arrojarla, y ver cómo caía rodando de nuevo hasta el punto de partida y comenzar de nuevo la tarea eternamente.

En el mundo judío, no existe una pregunta acerca del sentido de la vida. Yahvé es quien da sentido a la vida, como Creador y sustentador de todo, pero en el Antiguo Testamento tenemos una excepción, vemos al Koelet, al predicador, al rey Salomón viviendo una etapa complicada de su vida. Mirando todo a su alrededor, el trabajo, los placeres, el conocimiento y preguntándose muchas veces, (28 veces) ¿Tiene sentido todo esto? Y respondiéndose “Vanidad de vanidades todo es vanidad” (griego mataiote “vaciedad, futilidad, frustración, transitoriedad”. Y desde su mirada desencantada todo es absurdo, nada tiene sentido.

Sánchez Hernández (2005)[5] escribe, “Ya desde la antigüedad existen esbozos de planteamientos sobre esta temática, [la búsqueda de sentido] en su mayoría desde el punto de vista normativo.

En el medioevo tenemos el concepto vocación'' como llamado de Dios al servicio religioso, el cual es asumido en el Renacimiento como un llamado interior hacia cualquier actividad.

Una escuela filosófica que trata el tema del sentido de la vida de manera específica e intensiva es el existencialismo concibiendo al ser humano al margen de sus múltiples relaciones sociales.

Marx y Engels no escribieron sobre el sentido de la vida y dentro de la corriente de pensamiento marxista esa temática demoró en figurar entre los problemas de investigación. A partir de la segunda mitad del siglo XX, dentro del marxismo comenzó a dársele la importancia que realmente tiene y esta escuela aportó su metodología.

Desde las posiciones del positivismo el sentido de la vida es rechazado como problema de investigación por ser considerado mera especulación teórica sin fundamentación científica. En la actualidad es abordado por varias disciplinas como la filosofía, pedagogía, psicología, sociología, psiquiatría, etc; y desde cada una de ellas se aportan elementos para una visión integral del mismo.”



[1] El Sentido de la Vida por Alberto López | Mar 22, 2012 |Filosófica mente. https://filosoficamente.es/el-sentido-de-la-vida/

[2] FRANZ HINKELAMMERT  El nihilismo al desnudo. Los tiempos de la globalización

[3] Fratria: Andrés Ortiz-Osés El nihilismo actual (y Vivencias y convivencias 7) 05.09.2018. Religión digital. https://www.religiondigital.org/fratria/nihilismo-actual-Vivencias-convivencias_7_2046465353.html. Bajado el 2171272021

[5]