Una crisis de sentido
La importancia de la pregunta se
refleja, por ejemplo, en que en Google las búsquedas relacionadas con el sentido
de la vida ascienden a 1.500.000 consultas mensuales, lo que se traduce en unos
18 millones de búsquedas españolas como promedio, solo hasta el año el año
2011.[1]
La tendencia al nihilismo es otra
evidencia de esta crisis en la cultura actual. La crisis valórica, el auge de
la violencia, del lujo, de la entretención, el uso de drogas y de manera
especial de la crisis de esperanza del mundo actual. Hasta los años 60 del
siglo pasado había esperanza, de manera especial en América Latina, esperanza
que se fue diluyendo en las décadas posteriores y que fue equiparándose a la desesperanza
de otros lugares del mundo con sus consecuencias ya conocidas. Hinkelammert[2]
escribe: “En los sectores populares la cultura de la desesperanza promueve la
anomia, deshace las relaciones humanas, promueve el crimen. La misma droga es
parte del fenómeno.”
“El nihilismo actual y su culto a la
nada proviene de una fuerte crisis de valores religiosos o trascendentes,
esenciales o fundamentales, significativos. Afrontamos una crisis humana del
propio humanismo, en nombre de la ciencia y la tecnología positivas y
positivistas, cuya afirmación de inmanencia radical resulta escandalosa
filosóficamente. El actual positivismo reinante reduce lo alto a lo bajo y lo
sublime a lo subliminal, la conciencia al cerebro y el amor romántico al sexo,
el espíritu a la materia y el alma al cuerpo. Por supuesto, se trata de una
reacción explicable a viejos idealismos o trascendentalismos, espiritualismos o
ilusionismos. Pero también se trata de una revisión más realista de la realidad
real y del mundo con sus mecanismos físicos y químicos.
Yo diría que el nihilismo actual es
una reacción a la visión del mal en el mundo y de los males del hombre, de la
contingencia y los límites de nuestra comprensión de la realidad, con una dosis
de escepticismo tras tanta hecatombe, guerras y siniestros.
El nihilismo actual parece una mezcla
de agnosticismo o no-saber, de imposibilismo o no-poder, y de indiferentismo o
no-querer. Hay pues resignación y conciencia de la finitud, un descrédito de
toda creencia o confianza, un nadismo, la nada desnuda, lo que comporta una
obvia desesperanza. El propio cristianismo eclesiástico, la Iglesia, es testigo
de semejante nihilismo dentro y fuera de sus fronteras; pero el tema no atañe
solo a occidente sino al propio Oriente contagiado por el nihilismo occidental
a través del capitalismo, el marxismo o una mezcla de ambos como en la China
actual.”[3]
El suicidio muy probablemente sea
otro síntoma de la crisis de sentido. El suicidio es el grito desesperado de la
desesperanza, del dolor y sufrimiento que no tiene fin, del vacío de una vida
de significado, es el fin de la alegría.
“Una persona se suicida en el mundo
cada cuarenta segundos, lo que da un total de 800.000 fallecimientos al año, el
doble que las víctimas de homicidio. En muchos casos se trata de un tema tabú
y, por ende, un problema silenciado, pero su prevalencia es preocupante en
términos de salud pública: es la decimoctava causa de muerte a nivel global.
Sin embargo, la tasa de suicidios por cada 100.000 habitantes está lejos de ser
uniforme en todo el mundo y en todos los estratos de la sociedad, tal y como
muestran los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2016.
Así, se trata de la segunda causa de
muerte para los jóvenes de entre 15 y 29 años, solo por detrás de los
accidentes de tráfico. Quitarse la vida tiene también una prevalencia mayor
entre los hombres, especialmente en los países de altos ingresos, donde se
suicidan de media casi tres veces más que las mujeres. En los países de
ingresos bajos y medianos las diferencias son más ajustadas.”[4]
En el ayer
El mito de Sísifo, es tal vez la
expresión griega más clara acerca del sinsentido. Como castigo por las faltas
de Sísifo, según algunas versiones de haber acusado a Zeus de secuestrar una
ninfa, o de acuerdo a otra versión, haber matado a muchas personas para
mantener su poder y dominio, debió cumplir una pena que no se basaba en el
dolor físico, ni en el desprestigio sino en el hecho de experimentar el
sinsentido. El castigo consistía en empujar una gran piedra redonda desde la
base de una montaña hasta la cima para, luego volver a arrojarla, y ver cómo
caía rodando de nuevo hasta el punto de partida y comenzar de nuevo la tarea
eternamente.
En el mundo judío, no existe una
pregunta acerca del sentido de la vida. Yahvé es quien da sentido a la vida,
como Creador y sustentador de todo, pero en el Antiguo Testamento tenemos una
excepción, vemos al Koelet, al predicador, al rey Salomón viviendo una etapa
complicada de su vida. Mirando todo a su alrededor, el trabajo, los placeres,
el conocimiento y preguntándose muchas veces, (28 veces) ¿Tiene sentido todo
esto? Y respondiéndose “Vanidad de vanidades todo es vanidad” (griego mataiote
“vaciedad, futilidad, frustración, transitoriedad”. Y desde su mirada
desencantada todo es absurdo, nada tiene sentido.
Sánchez Hernández (2005)[5]
escribe, “Ya desde la antigüedad existen esbozos de planteamientos sobre esta
temática, [la búsqueda de sentido] en su mayoría desde el punto de vista
normativo.
En el medioevo tenemos el concepto “vocación'' como llamado de Dios al servicio religioso,
el cual es asumido en el Renacimiento como un llamado interior hacia cualquier
actividad.
Una escuela filosófica que trata el
tema del sentido de la vida de manera específica e intensiva es el
existencialismo concibiendo al ser humano al margen de sus múltiples relaciones
sociales.
Marx y Engels no escribieron sobre el
sentido de la vida y dentro de la corriente de pensamiento marxista esa
temática demoró en figurar entre los problemas de investigación. A partir de la
segunda mitad del siglo XX, dentro del marxismo comenzó a dársele la
importancia que realmente tiene y esta escuela aportó su metodología.
Desde las posiciones del positivismo
el sentido de la vida es rechazado como problema de investigación por ser
considerado mera especulación teórica sin fundamentación científica. En la
actualidad es abordado por varias disciplinas como la filosofía, pedagogía,
psicología, sociología, psiquiatría, etc; y desde cada una de ellas se aportan
elementos para una visión integral del mismo.”
[1] El Sentido de la Vida por Alberto López | Mar 22, 2012 |Filosófica
mente. https://filosoficamente.es/el-sentido-de-la-vida/
[2] FRANZ HINKELAMMERT El nihilismo
al desnudo. Los tiempos de la globalización
[3] Fratria: Andrés Ortiz-Osés El nihilismo actual (y Vivencias y
convivencias 7) 05.09.2018. Religión digital. https://www.religiondigital.org/fratria/nihilismo-actual-Vivencias-convivencias_7_2046465353.html.
Bajado el 2171272021
[4] 29 abril, 2021 por Álvaro Merino El mapa de la tasa de suicidios en el mundo. EOM. https://elordenmundial.com/mapas-y-graficos/mapa-tasa-suicidios-mundo/#:~:text=Una%20persona%20se%20suicida%20en%20el%20mundo%20cada,la%20decimoctava%20causa%20de%20muerte%20a%20nivel%20global. Bajado el 21/12/2021