sábado, 23 de mayo de 2020

Un 25 de noviembre, 19 años (de mi libro Palabras a Joaquín)


                            
Un 25 de noviembre, 19 años
Q
uerido Joaquín, hoy es 25 de noviembre, aquí en la Tierra, allá en el cielo, no sé si existe el tiempo, quizás no, y por esa razón estos nueve años han sido tan distintos para ti y para mí. Aquí en la Tierra hoy cumplirías 19 años. Para ti, desde tu partida han transcurrido 9 años, que no tengo dudas han sido de alegría, de paz, y de gozo supremo. Para mí han sido años de aprendizaje, he tenido que aprender a vivir sin ti ¿Sabrás de estas palabras? ¿Puedes verme? ¿Puedes oírme?
Vivir sin ti es algo difícil de explicar. He seguido viviendo, amo y soy amado, río, canto, leo, escribo, sueño, como, me baño, trabajo, pero tengo una sensación que no sé bien cómo expresar y que es probable, solo unos pocos comprendan.
He aprendido que simplemente eres inolvidable, que si hay amores imposibles de olvidar, ese eres tú. Que he tenido muchos buenos momentos, pero que en todos faltas tú y que también en todos estás tú. Estás en la música que escucho. Estos días el Adagio en Sol menor de Albinoni me pregunta, al frote suave de los cellos ¿Puedes creer? ¿Me has olvidado? Estás en la brisa suave que mueve los árboles que observo desde la que fue tu pieza y recuerdo las palabras del Maestro El viento sopla de donde quiere y oyes su sonido…” Estás en tus amigos, altos y fuertes, estás en mis recuerdos eternos, en cada lágrima que todavía lloro por ti. Estás en mi añoranza, en mi nostalgia, en mis ganas de verte, que los años transcurridos no han aminorado. Estás en mis oídos, en mi retina, te veo riendo fuerte, con un jeans hasta la rodilla y un polerón verde con un bolsillo en el pecho, montado en tu bici. Estás en el abrazo que no doy en un día como hoy.
He aprendido que el tiempo paró, nuestro tiempo, el tuyo y el mío, esa mañana en que partiste sin decirme adiós. En mi mente, no hay un adolescente que hoy cumple 19 años, allí, hay un niño de 9 años, feliz y sonriente que preguntaba cómo era el cielo. ¿Cómo es el cielo, Joaquín, ahora que lo conoces? Yo, por más que intento imaginármelo no lo consigo. Está más allá de mi mente y mis ganas de verte opacan la alegría de ese lugar. ¿Puede uno extrañar y desear traer de vuelta a quien vive mejor de lo que aquí pudiera imaginar? Esa es otra lección que estos casi 10 años sin verte me deja. Mi contradicción. Saber que en este cumpleaños, en lugar de estar en nuestra casa, tu hogar, estás en el Hogar Eterno, debería traerme alegría y contentamiento y sin embargo yo preferiría tenerte aquí, sentado a mi lado, comiendo torta, tomado Coca Cola, riéndonos sin parar. Te extraño.
Tengo muchas cosas que decirte en este cumpleaños 19, cosas que el tiempo no ha conseguido ordenar, emociones que aún no toman su lugar, cosas que el tiempo no ha curado.
Mucho de lo que te escribo ya te lo he compartido y es que a casi 10 años de no verte me quedan pocas cosas que decirte, solo que hay algo inexplicable, quizás tú lo sabes, que solo la experiencia del reencuentro podrá sacar a luz, dicho eso quiero compartirte algo:
-te extrañamos, ha sido duro vivir sin ti, tu nombre nos produce un nudo en la garganta, -la alegría que nos diste fue tan intensa como el dolor de tu ausencia, estamos incompletos sin ti, no te olvidamos, te amamos.
El papá