lunes, 25 de julio de 2022

“Tres madres en la Biblia y sus ejemplos”

 Iglesia Bíblica Recoleta

Domingo 24/07/2022

Mensaje: “Tres madres en la Biblia y sus ejemplos”

Textos: Seleccionados

Introducción

La importancia de la maternidad ha ido descendiendo en la cultura actual y eso se debe a varias razones:

1. Un cambio valórico en la sociedad que enfatiza el éxito material o la comodidad por sobre la crianza de hijos.

2. El temor que produce a algunas madres traer hijos al mundo frente al escenario que se vive: incertidumbre, ideologías, ansiedad.

Sin embargo la maternidad ha estado desde siempre en los planes de Dios:

-en Génesis 2 tenemos la orden de “Multiplicarse”

-Salmos dice que los hijos son una herencia del Señor (Salmos 127:3)

-Proverbios 17:6: Corona de los viejos son los nietos, Y la honra de los hijos, sus padres.

-Pablo aconseja: 1 Timoteo 5:14: Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa; que no den al adversario ninguna ocasión de maledicencia.

Veamos en esta mañana la vida de tres madres y aprendamos de ellas algunas lecciones.

EJEMPLO 1. JOCABED-Madre de Moisés

Texto: Éxodo 2: 1-10

Metáfora “La madre que deja a su hijo junto al río”-la madre de Moisés- El hijo y la incertidumbre

En Número 26:59 leemos: La mujer de Amram se llamó Jocabed, hija de Leví, que le nació a Leví en Egipto; ésta dio a luz de Amram a Aarón y a Moisés, y a María su hermana.

Jocabed nos deja tres lecciones para hoy.

1. Valor para ser madre en medio de las adversidades.

La situación social, espiritual y emocional del pueblo de Israel era caótica:

-eran esclavos

-había una orden faraónica de asesinar a los bebés hombres

-Jocabed queda embarazada y da a luz ¡un bebé hombre!

-Tiene miedo, esconde al bebé por tres meses hasta que ya no puede seguir ocultándolo

-renuncia a su hijo intentando salvarle la vida y lo coloca en una arquilla y lo deja a la orilla del río

(Arquilla, un barquito pequeño, un cofre para depositar joyas)

2. Ejercitar la fe

-Dejó la arquilla, entre lágrimas, junto al río confiando que Yavé, podría salvarlo, hacer lo que ella no podía hacer.

-Fe que las circunstancias podrían cambiar

-Fe que no sería la última vez que lo vería

3. Cría al niño en el temor de Dios

Dios responde a la oración y a la fe de Jocabed y de manera sobrenatural organiza para que la hija de Faraón encuentre al niño y sea criado por su propia madre.

Resultado de la crianza, de las enseñanzas, de los valores transmitidos por su madre,

-Moisés de identifica con el pueblo de Dios

-Ama al pueblo de Dios

-Por la fe, transmitida por su madre, rechaza llamarse nieto de Faraón, de acuerdo a Hebreos 11: 24 y se identifica con el pueblo hebreo.

Este niño “dejado a orillas del río” años después se convertiría en el gran:

-libertador

-profeta

-legislador

-el “siervo de Dios”

Ilustración

Historia de María Henríquez: Su devoción, su fidelidad

APLICACIONES

1. El valor, la fe y la dedicación de una madre modela la vida de cualquier bebé.

2. Tal vez alguno de nosotros seamos un “niño dejado a orillas del río”

3. Tal vez sea necesario “dejar al niño junto al río” de la vida y esperar la obra de Dios en su vida. Confiar en Dios que el hijo o hija va a volver a Dios en algún momento.

 

Ejemplo 2

Ana. Metáfora: “La madre que coloca a su hijo en el altar”-la madre de Samuel-El hijo y el servicio

Texto: 1° Samuel 1.

El deseo de prácticamente toda mujer es tener un hijo. Ana representa este anhelo femenino. En Israel no tener hijos era una afrenta.

-Era una mujer piadosa, devota

2. Tenía un esposo que la amaba

3. Llevaba la afrenta de ser infértil

4. cargaba con la burla de su rival

5. Decide pedir a Dios un hijo

6. En medio de su pena y ruego es tomada por ebria.

En una lucha espiritual profunda hace un voto a Dios: Si Dios le da un hijo ella se lo va a consagrar

-Dios se acordó de ella y le dio un hijo.

-Cuando el niño creció un poco ella lo fue a dejar al templo de Dios y lo visitaba con frecuencia.

-Dios le dio otros hijos.

Este hijo se convirtió en un profeta, el más querido en Israel.

1 Samuel 3:20 dice: “Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta del Eterno”

¿Qué lecciones aprendemos de Ana?

1. La fe de una mujer que ora v. 1:10 “con amargura de alma”

Una madre que ora recibe respuestas

2. La devoción de una madre. Devoción quiere decir amor, veneración, fervor, una práctica piadosa.

3. La promesa cumplida de una madre. Que implica despojo de sí misma, obediencia, gratitud.

Pide un hijo no para ella, sino un hijo para consagrarlo a Dios

Ilustración

Susana Wesley

“Todavía recuerdo con absoluta nitidez, el día y el momento en el que supe que estaba esperando a mi primera hija. Recuerdo la alegría tan grande que me llevé, había sido buscada con mucho cariño y, aquella mañana, mientras estaba sola en mi casa, lo primero que hice fue arrodillarme a los pies de la cama y darle gracias a mi Dios por aquel maravilloso y esperado regalo, al tiempo que lo entregaba en Sus preciosas manos; fue la primera de mis oraciones por ella que terminarán cuando el Señor me lleve con Él. ¡Por supuesto que también lo he hecho con el resto de mis hijos! Pero aquel momento fue tan especial, que no podré olvidarlo nunca. Después llamé por teléfono a mi marido. Puede que a algunos os pueda parecer que invertí el orden, yo creo que no, ni me lo pensé, antes de nada, me tuve que postrar ante mi Señor.

Unos cuántos años después, mi querida amiga Rubina Winter me contó, ¿sabes qué me dijo en una ocasión una tía mía?... Ruby, ¿ya has puesto a tus hijos sobre el altar?... Los hijos hay que ponerlos sobre el altar cuando aún usan pañales, ¡no llegues tarde! Me hizo sonreír, yo había puesto a cada uno de ellos en el altar cuando apenas estaban en mi vientre.”

Aplicaciones

1. ¿Para qué deseas tener un hijo? ¿Qué esperas de ese hijo?

2. La obra de Dios siempre ha necesitado de hijos consagrados a su Reino

3. Una madre piadosa ora por sus hijos, con fervor, con fe

 

Ejemplo 3

María. Metáfora: La madre que coloca a su hijo en la cruz-El hijo y el sufrimiento

Lucas 1, 2

María es una madre singular por varias razones:

-no tenemos mayor información acerca de ella. Por el texto bíblico deducimos que:

-era una adolescente

-quera pobre, que vivía en Nazaret

-que era una mujer consagrada a Dios

-Una mujer devota, obediente, humilde

-Elegida por Dios para llevar a cabo la encarnación o humanización de Jesús

-Estuvo siempre al lado de Jesús, hasta su muerte

¿Qué lecciones sacamos de María?

1. Era una mujer piadosa, llevaba una vida santa, por eso fue elegida por Dios para llevar en su vientre al Hijo de Dios.

Esta característica se repite en las tres madres que hemos visto en esta mañana, en los tres ejemplos que he citado destaca esta característica.

2. Era una mujer obediente, sumisa a Dios, adorador

Lucas 1: 38 dice: “Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.”

Cap.1:46-55

46 Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor;

47 Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.

48 Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.

49 Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre,

50 Y su misericordia es de generación en generación A los que le temen.

51 Hizo proezas con su brazo; Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.

52 Quitó de los tronos a los poderosos, Y exaltó a los humildes.

53 A los hambrientos colmó de bienes, Y a los ricos envió vacíos.

54 Socorrió a Israel su siervo, Acordándose de la misericordia

55 De la cual habló a nuestros padres, Para con Abraham y su descendencia para siempre.

2. Se preparó para enfrentar todo el sufrimiento que su hijo iba a padecer

3. Se preparó para enfrentar el sufrimiento de su hijo

En Lucas 1: 35 se le profetiza: 35 (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.

Ilustración

Testimonio de Arturo y Macarena

¡Nació nuestro amado Rafael! Pudo respirar durante 3 bellos minutos y nos dejó para irse con papito celestial. A los 3 meses de gestación recibimos la triste noticia de que era un bebé no viable. Debe ser la noticia más dura de escuchar para un matrimonio. Teníamos tanto miedo e incertidumbre, pero al instante nuestro Dios nos comenzó a consolar. ¿Pero qué hacer con una situación así?

Nos armamos de valor y coraje. Era el momento de hacerlo y decidimos creer en el Dios sanador al que siempre hemos amado. Fue tan duro y hermoso a la vez, ver como nuestros hermanos en Cristo se tomaron nuestro dolor como si fuera de ellos y nuestros amigos externos a la iglesia lo hicieron de igual forma.

Pasaban los meses y nuestro bebé no sanaba...jamás nos dieron una sola esperanza (médicamente hablando) pero como papás dimos pasos de fe y comenzamos a preparar una habitación para nuestro hijito, había que esperarlo, con la fuerza del amor de nuestro corazón y ¡arriesgarlo todo! Amamos a un Dios de milagros Nos sugirieron más de una vez acabar con el "problema" y entiendo a las mamás que deciden abortar porque cuando no hay esperanza el dolor puede cegar y llevar a tomar decisiones equivocadas, pero nosotros sí tenemos una esperanza. Nuestro verdadero hogar está en el cielo y si Rafael se iba estaría en el mejor lugar. Estamos solo de paso en la tierra. Nuestra meta es la eternidad y mi bebé pasó directo a esa vida maravillosa donde no hay más dolor, mas llanto...no hay muerte y la presencia de Dios lo sustenta e ilumina todo.

Somos un matrimonio afortunado. Dios nos honró dándonos el privilegio de ser papás de ese ser humano perfecto ante sus ojos y los nuestros.

Nos esperan días difíciles pero Dios es nuestro gozo y nuestra fuerza. La vida de Rafael fue la bendición más grande que hemos recibido hasta hoy.

Seguimos diciendo con toda autoridad que Dios es sanador y nos ama. Seguimos creyendo en su amor y poder y pasaríamos por esto otra vez si fuera necesario porque Rafael nunca fue un bebé no viable...siempre fue y será por la eternidad nuestro hijo amado.

 

Aplicaciones

1. ¿Qué mujer alcanza la santidad de María? Pocas, pero esa debe ser siempre la meta

2. ¿Hay madres con la disposición d entregar sus hijos al sufrimiento o verlos sufrir y aun así adorar a Dios?

3. María tal vez representa a la madre de hijos que sufren, los hijos distintos, con dolencias crónicas, con un diagnóstico severo.

Conclusiones

En esta mañana hemos visto el ejemplo de tres mujeres y sacado algunas lecciones de ellas:

Jocabed, la madre de Moisés La madre que deja a su hijo a la orilla del río-la incertidumbre

Ana, la madre de Samuel que deja a su hijo en el altar- el servicio

María, la madre que deja a su hijo en la cruz-el sufrimiento

Por qué sufre la gente buena. Parte final

 Por qué sufre la gente buena. 

Parte final

Las decisiones de otros

La gente buena sufre por la decisión de otros, por ejemplo ir a la guerra. Mucha gente buena muere en conflictos bélicos o queda mutilada para siempre. Son la gran mayoría, jóvenes ajenos al conflicto que por razón de su edad o condición social son obligados a ir a la guerra o formar parte de grupos guerrilleros o paramilitares. Jóvenes que no tienen opción.

“La razón es que cuando la Revolución Mexicana estalló en 1910 el número de niños y niñas en México era de aproximadamente 6 millones, lo que representaba más o menos el 40% de la población mexicana de aquel entonces.

Los infantes estaban por todos lados, en el campo, cumplían un rol de trabajo, sobre todo ayudando a sus padres explotados por los dueños de las tierras, mientras que en las ciudades vivían vidas más desahogadas.

Son pocas las referencias bibliográficas sobre la infancia en la Revolución Mexicana, acaso uno de las más conocidas, es el libro autobiográfico del tabasqueño, Andrés Iduarte Foucher, quien describió cómo cuando era niño sus padres, hermanos y él  tuvieron que salir de su casa durante la noche para poder salvar su vida.

Cuenta que se fueron de casa sin poder llevar un solo juguete consigo, pasaron por calles oscuras con focos volados a balazos, sintiendo el terror que proyectaban sus padres, escuchando bombazos y presenciando fusilamientos en la calle.

En el México rural fue normal, para miles de campesinos que se unieron a los campamentos nómadas de la Revolución, llevar a la familia consigo y replicar la organización familiar que tenían en donde los niños jugaban un papel determinado.

Fue así como los varones fueron dotados de fusiles y cartucheras que les venían demasiado grandes y pesadas, mientras que las niñas ayudaban a sus madres a hacer alimentos para los combatientes.

El destino de la mayoría de los niños que participaban directamente en combate era morir en la línea de fuego, pero sobre todo fallecían por infecciones producto de habitar en vagones insalubres.

Sobre la pérdida de vidas de infantes durante la Revolución Mexicana no hay cifras, ni tampoco de aquellos que terminaron desamparados en las calles o bajo la tutela de hospicios luego de haber perdido a ambos padres.”[1]

A pesar de que son muertes dolorosas, quizás la bondad o inocencia de estos niños soldados en medio de un conflicto hace que la guerra sea menos cruel y su sacrificio beneficie a muchos, aunque tiempo después nadie los recuerde.

La dicotomía bueno-malo

Mirar el sufrimiento desde la perspectiva bueno-malo, sin darnos cuenta nos vuelve en jueces de las personas y lleva el sufrimiento a un plano moral. Si alguien sufre entonces es una mala persona, porque solo las personas malas sufren. El que sufre, y es bueno, tal vez no es tan bueno como parece, porque como sufre tanto y en lugar de empatizar con él o ella lo miramos desde la sospecha, “quizás que cosas hizo que ahora las está pagando”. Acercarnos a la vida desde el juicio moral nos vuelve legalistas, duros, inflexibles y muy pronto comenzamos nosotros mismos a decidir quien es bueno y quien es malo. ¿Cómo deberíamos acercarnos a los que sufren? Desde el amor, desde la compasión. Son muchas las personas “malas” que sufren dos veces, una vez por lo que padecen y una segunda vez por el juicio de los “buenos”: enfermos de VIH, personas con enfermedades psiquiátricas y en general los “intocables” de cada cultura.

Un mundo justo-injusto

Pensar el sufrimiento desde la perspectiva bueno-malo también presupone que vivimos en un mundo justo y que las circunstancias deberían ocurrir de manera equitativa. Las cosas buenas le deberían ocurrir a las personas buenas y cosas malas les deberían ocurrir solo a las personas malas, pero hay evidencia suficiente para aseverar lo contrario, la vida no es justa  y no se puede esperar que lo sea.  Ocurren tragedias, descuidos, negligencias, olvidos, catátrofes y estas afectan a todos. La vida no es justa.

El Chapecoense era un club de futbol brasileño pequeño que viajaba para jugar contra el equipo colombiano Atlético Nacional por la final de la copa sudamericana. Era la primera vez que jugaban una final de importancia. Llenos de alegría y muchas ilusiones abordaron un chárter un lunes por la noche desde Santa Cruz, Bolivia, a Medellín. Eran 77 personas entre los jugadores, dirigentes, periodistas y algunas personas invitadas. El sueño de ser campeones nunca se realizó, pues el 28 de noviembre de 2016 a las 10:15 de la noche, hora de Colombia, el vuelo 2933 de LaMia se estrelló en Cerro Gordo, una colina ubicada en La Unión, a cinco minutos del aeropuerto José María Córdova de Medellín.

Al aproximarse a su destino, justo cuando el avión estaba descendiendo, sonó la alarma para avisar a los pilotos que tenían 20 minutos para aterrizar antes de que se terminara el combustible.

En ese momento, la controladora aérea del aeropuerto autorizó continuar el descenso con dirección la pista 01. Sin embargo, un A320 de Viva Colombia pidió prioridad de aterrizaje debido a que presentaba una fuga de combustible. Después, los pilotos de LaMia reportaron que tenían una emergencia de combustible. Entonces la terminal aérea dio la preferencia al vuelo del equipo brasileño para que aterrizara. Desafortunadamente el motor 3 se apagó, luego pasó lo mismo con el motor 4. Los pilotos no informaron de estas dos situaciones a la controladora.

A los pocos minutos sonó la alarma "Master Warning" y ocurrió una reducción de potencia en el motor 1, después se apagó el motor 2 y finalmente el motor 1 dejó de funcionar. El piloto reportó una "falla total, sin combustible". Hacia las 21:58:42 se escuchó la última comunicación del piloto quien ya no respondió a los siguientes llamados del aeropuerto.

Brasil y el mundo enteró se conmovió al saber la noticia, los seguidores del club y quienes vimos las imágenes por la televisión no pudimos contener las lágrimas. La vida no siempre es justa, solo es.

Desde la perspectiva del hombre.

Nunca tendremos toda la información necesaria para emitir un juicio acertado en aspectos difíciles de entender como el sufrimiento. Nunca obtendremos una panorámica de la situación, nuestra mirada nunca será objetiva porque estamos implicados en el tema, no hay nadie que no haya sufrido y con justa razón nuestro juicio es emocional. No podemos preguntar a un pez ¿Qué es el agua?, no puede respondernos. Nunca tendremos la visión total de las circunstancias.

Hace unos años, mientras era profesor de Educación Básica, asistí con mi curso, un cuarto básico a un ensayo de la orquesta sinfónica de la Universidad de Chile. Sentado al lado de una de mis alumnas, la hermosa Jael de entonces 9 años, me preguntó ¿Profesor Juan, por qué los músicos están vestidos de forma tan distinta, algunos se ríen tanto y todos tocan sus instrumentos de manera desordenada? Le respondí que era solo un ensayo, que en el momento de la presentación oficial los músicos se pondrían ropa elegante y estarían muy ordenados y atentos a las órdenes del director de la orquesta. Luego que le respondí esas palabras sentí en mi corazón que eso era, de alguna manera, un símil de la vida. La sinfonía final y perfecta todavía no se ejecuta. Vivimos el ensayo. Un día el Director dirigirá la orquesta a su manera y el orden y la belleza saldrá de en medio del aparente desorden.

La pregunta ¿Por qué sufre la gente buena? está haciendo una separación con la gente mala. Es decir, da por sentado que hay gente buena y gente mala, que hay una moral. Zacharías[2] escribe “Además, existe una dimensión moral en las preguntas que formulamos sobre este tema (el sufrimiento de los buenos) Todas las religiones, de manera explícita o implícita, procuran explicar el dolor. ¿Por qué formulamos preguntas sobre el sufrimiento en el contexto de la moralidad? ¿Por qué hemos conectado el dolor físico con una demanda por una explicación moral? ¿Quién decidió que el dolor es inmoral?

En esta manera de hacer la pregunta surge la idea de que si la gente es mala, entonces tiene derecho a sufrir o que su sufrimiento no es importante, porque no lo decimos pero pensamos que de alguna manera se lo merece, es un pago, un castigo a su transgresión moral. Si la gente mala sufre no nos importa tanto como si lo hace la gente que consideramos buena. La sabiduría popular recoge algo de esto en sus refranes “el que roba a ladrón tiene mil años de perdón”, “el que la hace la paga”, “murió en su ley”. El sufrimiento en estos casos se convierte casi en una especie de venganza justa, de parte de Dios, de los hombres, de las circunstancias o de la vida. ¿Qué sentimos al ver, por ejemplo las detenciones ciudadanas a los delincuentes? Tal vez rechazamos esos actos violentos, pero interiormente pensamos que se lo merecen, otras veces miramos hacia un lado y hacemos como que no vemos.

Surge entonces el problema de quien define quiénes son buenos y malos ¿Los terroristas son malos? ¿Los delincuentes son malos? ¿La gente común que hace pequeños robos o defrauda a otros es mala? ¿Las faltas morales hacen acreedor de esta etiqueta, gente mala, a quien las transgreda?

¿Y cómo definimos a la gente buena, con qué criterios? Buenos serían los moralmente intachables, padres y madres de familia dedicados a sus hogares, buenos trabajadores, ciudadanos irreprochables ¿Ellos no merecen sufrir? Esto nos trae otra dificultad, ¿Cómo asegurarnos de que esa bondad no es solo apariencia?

Muchas veces estas personas que consideramos buenas ocultan un pasado atroz, y arrastran secretos, historias terribles que ellos mismos quisieran borrar y olvidar.

Uno de muchos ejemplos es el del escritor británico Derek Niemann[3] quien colapsó al descubrir que su buen abuelo, padre de familia ejemplar había sido un funcionario de las SS en los campos de concentración.

Así que necesitamos a alguien superior, ajeno al bien y al mal para que defina quienes son buenos y quienes son malos. Nuestros criterios no son objetivos, se basan apenas en lo que vemos y no siempre es un buen criterio para definir lo bueno o lo malo.

Otro punto en relación a la pregunta desde la mirada del hombre es ¿Qué nos hace suponer que ser bueno hace inmune a la persona al sufrimiento o lo hace acreedor de solo lo bueno? ¿Ser bueno es una especie de inmunidad frente al sufrimiento, una garantía? De ser así hagamos un manual de cómo ser buenos ¿o ya está hecho? y evitaremos el sufrimiento. Creo que esta idea de que la gente buena no debe sufrir es más bien un deseo de justicia que todos llevamos, la idea que la gente buena debe ser retribuida por su conducta, pero eso no equivale a una garantía de no sufrimiento. Como hemos visto en un capítulo anterior la experiencia del sufrimiento es universal, no hay excepciones entre quienes en apariencias han sido buenos o malos.

El salmista bíblico del siglo 1000-500 a. C. queda perplejo al mirar a su alrededor y ver como el impío sale triunfante y logra todo lo que desea y el hombre bueno sufre privaciones e injusticias. [4]Esa sensación de sed de justicia al parecer es una conducta muy humana pero irracional.

Si una buena conducta, si “portarnos bien” nos diera garantía de no sufrir, es muy probable que muchos de nosotros cambiaríamos nuestra conducta y trataríamos por todos los medios de “portarnos bien”, pero vivir en función de otra meta, nos obligaría a llevar una vida más observante, más cuidada, más planificada y quizá eso ya no sería vivir.

¿Existen personas totalmente buenas o totalmente malas? ¿Qué mantengan esta conducta de manera constante en el tiempo para permitir recibir esta etiqueta y así recibir lo que merecen? Esta es otra pregunta que hay que responder. Algunas personas cambian, los malos se vuelven buenos y los buenos se vuelven malos.

La perspectiva de Dios.

Esto cambia un poco la pregunta de por qué sufre la gente buena a por qué Dios permite que la gente buena sufra. Esta segunda postura eleva la discusión desde el nivel horizontal, desde la mirada del hombre hacia el hombre y la eleva hacia Dios y su manera de obrar, pero también tiene algunos sesgos, que voy a tratar de dilucidar.

En esta segunda mirada hay una crítica velada hacia Dios. Está oculta la idea que si yo fuera Dios haría las cosas de otra manera, es decir que cuando Dios permite que la gente buena sufra, no lo está haciendo bien. Dios haría las cosas bien solo si permitiera el sufrimiento de la gente mala pero no el de la gente buena. Es decir en esta perspectiva el hombre se torna juez de Dios o se hace “más bueno” que el propio Dios. Cuando Él permite o castiga al malo lo hace bien, cuando también hace o permite sufrir al bueno, lo está haciendo mal. Sin embargo Dios es libre de obrar como él lo desea en su toda sabiduría y no está sujeto a la opinión del hombre. Él es el juez, no el acusado.

El sufrimiento es un castigo, impuesto por Dios y que este castigo es apropiado si lo recibe quien es culpable, y no lo es si quien lo recibe no es, a nuestros ojos culpable, pero tal vez el sufrimiento no es un castigo, sino que forma parte de la vida. No sufrir no es un premio por ser bueno que venga de parte de Dios, y sufrir no es un castigo de Dios por ser malo.

Muchos de estos argumentos pueden reducirse a la idea de “la ley de la retribución” una mirada de la vida que surge del judaísmo antiguo o quizás sea previa, que dice que las personas deben recibir recompensa o castigo según las obras que hayan hecho[5]

En el Nuevo Testamento cuando los discípulos de Jesús encuentran a un hombre ciego y le preguntan ¿Quién pecó, este o sus padres?[6]Jesús acaba con esta idea respondiendo que nadie pecó, que muchas veces el sufrimiento tiene otras razones, en este caso mostrar la obra de Dios y en ese momento lo sanó. Henry[7] escribe “suponer que los grandes sufrimientos son justo castigo de grandes malhechores tiene un fondo pagano supersticioso”

Hemos abordado en el capítulo una de las preguntas más recurrentes entre las personas y hemos dicho que las personas buenas sufren debido a sus altas expectativas frente a una vida que no es justa, que solo es, con sus paradojas y sus incertidumbres. Hemos visto que el sufrimiento es ciego, no tiene leyes, que tal vez si supiéramos por qué sufre la gente buena ya no empatizaríamos con ellos y que la genética juega un papel importante en el sufrimiento de miles de personas y también sufrimos por las decisiones y por las acciones que terceras personas realizan hacia la gente buena, lo que demuestra que la vida no siempre es justa y no se debe mirar el entorno a esta dicotomía justo/injusto, finalmente vimos que el por qué sufre la gente buena depende si lo vemos desde la posición humana o divina. Esto nos plantea otro tema de gran interés, Dios y el sufrimiento.

 

 

 

 

 

 

 Https://www.mexicodesconocido.com.mx/los-ninos-que-participaron-en-la-revolucion-mexicana.html

[2] Zacharías R. LA LÓGICA DE DIOS: 52 FUNDAMENTOS CRISTIANOS PARA EL CORAZÓN Y LA MENTE 
Edición en español publicada por Editorial Vida – 2020 Nashville Tennessee © 2020 Editorial Vida

[3]

[4]

[5] Crowder Bill. ¿Por qué la vida es tan injusta? Sufrimiento. ¿Por qué Dios lo permite?.....

[6] NT Juan 9

[7] Henry M.