El olvido está hecho de recuerdos
El olvido está hecho de recuerdos
ha dicho alguien y esas palabras se aplican muy bien a ti, Joaquín, que hoy 25
de noviembre cumplirías 14 años y que hace casi cinco que te marchaste. Recuerdo
esa mañana que junto con tu hermano te fuimos a buscar, estabas durmiendo y ni
siquiera nos tomaste en cuenta. Te abrazamos y te besamos y te dimos la
bienvenida al hogar. Te recuerdo con un chupete en la boca, con tu jardinera
favorita, con tu ropa del kínder, con un lápiz en la boca dibujando, de piernas
cruzadas escuchando a la Shakira, haciendo “el tiburón” en la piscina, peleando
con tu hermano, gritando feliz, cantando a toda boca las canciones de Marco Antonio Solis, hoy lo escucho y me acuerdo de ti.
En este tiempo han sido miles las
imágenes que han pasado por mi mente y mi corazón desde ese día triste que sin decirme
chao papá te fuiste de esta tierra. Cinco años sin ti es muy poco tiempo para
olvidarte y cada uno de estos días han estado llenos de ti, repletos de ti y de tus cosas. No
puedo dejar de verte en un niño en el supermercado, en un alumno en la escuela,
en la sonrisa feliz de un niño que pasa a mi lado, en un niño gordito y alegre
que conozco, en tu perfume, en tus polerones, en tus chalas, en tus juguetes, en tu música, en
un niño que se llame Joaquín.
Eres mi gato cósmico, mi Doreamon que partió muy
pronto a conocer las galaxias acerca de las cuales escribiste un día, sin
embargo estás, podrías meter tu mano en el bolsillo mágico y aparecer aquí para alegrarnos, a mi, a tu madre y a tu hermano que te extraña. Estás en nuestra casa, tu casa, en las paredes que rayaste, en la cajonera en que garabateaste Juan y Lupe y en tu pieza, en tu patio, en la
casa de tu abuela, estás en las canciones, en un gesto, en tus revistas, en tu
perro, en tu loro, en los pajaritos que cantan cada mañana antes del amanecer
en el árbol del vecino, en tus amigos, en la flor de maravilla que hay en el
jardín, en el remolino inmenso que gira entre las flores y que me recuerda que
tú estás volando, alegre feliz. Estás en la luz naranja melancólica que entra por mi
ventana cada tarde estival. Estás en mi mente, en mis brazos que te anhelan, en
mi pecho desierto, en mis ojos vacíos de ti, en mi memoria saturada de tu
sonrisa, de tus bromas, de tus chistes, ¡estás!
Fuiste una estrella fugaz y
pasaste tan brillante y rápido que no alcancé a observarte bien ni a pedirte un
deseo, deseo que ahora tú sabes cuál es. Sueño cada mañana con darte un abrazo
y verte siquiera unos minutos. Cinco años es bastante tiempo para las personas,
para mí no es nada. Cierro los ojos cada noche y pienso en ti, abro los ojos
cada mañana y pienso en que ya no estás aquí y me duele. La mariposa amarilla
que venía cada mañana a nuestro jardín ya no nos visita y tus amigos de siempre
ya están más altos y fuertes que yo, y tampoco nos visitan. La vida ha
continuado igual para todos pero no para mí que espero el momento de verte otra
vez ¡Ha sido duro vivir sin ti! ha sido largo el camino de tu ausencia. Se
acerca el verano y pareciera que la nostalgia va en aumento, nostalgia mezclada
con pena, llega el sol y lo ilumina todo, sin embargo tengo días algo grises
sin ti. Veo tus fotos y sé que estás en cielo y eso debería alegrarme, no
obstante, siento una sensación de vacío en el estómago que me estremece, y
lloro, te lloro.
Cinco años no son más que una
onda en el agua del mar de esta vida o de una brisa suave en este universo sin
ti. Hoy tendrías 14 años ¿Invitarías a la Isidora, al Simón? Hoy es un día
triste para mí pero no para ti, tú estás feliz, pleno, riendo como siempre, yo
te lloro, y sigo esperando el día de volver a vernos, será pronto, pero todavía
no.
El papito