miércoles, 22 de julio de 2015

La autoridad absoluta de Jesús

Iglesia Cristiana Metropolitana
Santiago de Chile
Domingo 19/07/2015

Título: “La autoridad absoluta de Jesús”
Texto: Marcos 1: 16-20
Introducción.
En los mensajes anteriores hemos dicho que llama la atención en el evangelio de Marcos los verbos que indican las acciones del Señor, este Dios-hombre-Siervo-Rey que según sus propias palabras vino al mundo a servir y no a ser servido. Solo en el capítulo 1 encontramos palabras como “vino”, “le impulsó”, “estuvo”,”después que”, “Predicando”, “diciendo”, “andando junto al mar”, “pasando de allí”.
La sección correspondiente a los versículos 21-28 que veremos hoy también comienza con una acción “Y entraron en Capernaum”. Ciudad situada en la ribera del Lago Genezaret o mar de Galilea, al NO. El texto da entender que Jesús y sus primeros seguidores estuvieron allí un buen tiempo. En esta ciudad, había una sinagoga y los días de reposo el Maestro entraba y enseñaba.
De esta narración, en esta mañana quisiera sacar dos enseñanzas basadas en la actividad y el modo como Jesús practicaba su ministerio y que podríamos aplicar a nuestra vida en el día de hoy.
I. La autoridad de Jesús sobre la Palabra de Dios. v. 21 “enseñaba”
Jesús entra a la Sinagoga judía y enseñaba. Esto no era nuevo, era la forma tradicional de la liturgia judaica. Tomar un manuscrito del AT. leerlo y luego hacer un comentario. Un ejemplo de esta práctica lo encontramos en Lucas 4:16-18.
Una vez que terminó su exposición se notó la diferencia, aquí vino la reacción de los oyentes:
1.”Se admiraban de su doctrina”v.22. El pasaje paralelo de Lucas 4: 32 dice se “maravillaban”
Admirarse quiere decir “ser sorprendido, ver, contemplar o considerar con estima o agrado especiales a alguien o algo que llaman la atención por cualidades juzgadas como extraordinarias” y maravillarse quiere decir Causar admiración a alguien, ver con admiración.
Jesús sorprendió a todos los oyentes con sus palabras, la reacción de la gente fue totalmente diferente a lo que ocurría cuando los escribas comentaban la Escritura, la gente resumió la diferencia : Jesús lo hacía con autoridad.
Esta admiración pudo venir de dos fuentes: la primera, admiración porque sabían que Jesús no era un maestro reconocido en la ley, aunque recién se estaba dando a conocer, el libro de Marcos y los otros evangelios nos revelan el desprecio de la “clase religiosa” por Jesús que pronto surgiría. Así que la admiración bien pudo surgir al oír de labios de un judío “común” la Palabra de Dios, sorpresa al ver y escuchar al “hijo del carpintero” exponiendo la Torá.
La otra posibilidad es que la diferencia estuvo en la manera como el Señor lo hizo, el verso 22 dice que lo hizo con autoridad “exousia” en el griego, que indica la autoridad real y divina de la que él estaba revestido. ¿Cómo se manifestaría esta autoridad al tomar el texto y leerlo? no lo sabemos, pero debió ser distinta a todo lo que los judíos acostumbrados a oír la Torá y tradiciones que por siglos, habían escuchado. ¿Sería el tono de voz, la postura corporal, la mirada, la solemnidad, el cariño, la profundidad?
Autoridad quiere decir: poder, legitimidad, solemnidad. Fue tal la diferencia, la autoridad con que Jesús expuso la palabra que el texto dice que los oyentes se “admiraban”, el texto en Lucas dice “maravillaban”. Esa fue la reacción de las personas.
Ellos escucharon la Palabra expuesta como nunca lo habían oído y eso produjo una impresión profunda en ellos.
Aplicación
1. Jesús es el modelo a seguir en todo y de manera especial en como emplear las Escrituras, como citarlas, y como exponerlas.
2. La Palabra de Dios debe causar una reacción al ser escuchada, no puede dejar indiferente al que oye, para ello debe ser predicada con autoridad.
3. Esta autoridad proviene de al menos dos esferas:
-la esfera humana, el correcto trabajo exegético y la preparación de cada exposición. La improvisación nunca ha formado parte de los planes de Dios. La autoridad del predicador surge de la apropiada preparación intelectual del predicador.
Sin embargo, una correcta exégesis y una apropiada preparación de la exposición no asegura la autoridad ni la reacción esperada en los oyentes, pero aún cuando el predicador no tiene ninguna expectación de su propia predicación. Hay una tendencia a creer que la correcta exégesis basta, en muchos casos, esto resulta en orgullo o abierta arrogancia y menosprecio por el que tiene menos preparación intelectual. La exégesis y preparación intelectual sin la actitud apropiada, sin carácter crea divisiones más que bendiciones.
Bounds ha dicho:”esta predicación de la letra se ocupa de la superficie y de la apariencia, y no del corazón de las cosas. No penetra las verdades profundas. No se ha compenetrado de la vida oculta de la Palabra de Dios. Es sincera en lo exterior, pero el exterior es la corteza que hay que romper para recoger la substancia. La letra puede presentarse vestida en tal forma que atraiga y agrade, pero la atracción no conduce hacia Dios. El fracaso está en el predicador. Nunca se ha puesto en las manos de Dios como la arcilla en las manos del alfarero.”
-la esfera divina, la apropiada preparación intelectual del predicador al acercarse a La Escritura sumada a la preparación espiritual del predicador o creyente es lo que da la autoridad. El tiempo vertido en la oración, un examen de conciencia regular, una vida que propenda a la santidad, al carácter de Cristo es el camino.
El mismo Bounds escribe: “El verdadero sermón tiene vida. Crece juntamente con el hombre. El sermón es poderoso cuando el hombre es poderoso. El sermón es santo si el hombre es santo. El sermón estará lleno de unción divina siempre que el hombre esté lleno de la unción divina.
Veamos a continuación el segundo aspecto de la autoridad de Jesús.
II. La autoridad de Jesús sobre el mundo espiritual: v. 27 “¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad nada aún a los espíritus inmundos, y le obedecen?.
Llama la atención el énfasis puesto por los oyentes en la doctrina, eso era todo lo que ellos conocían, la doctrina, la ortodoxia. Jesús viene a darle vida a esta ortodoxia.
En la sinagoga, donde cada sábado se reunían para oír la doctrina, había un hombre poseído por un demonio. Lo santo y lo inmundo en un mismo lugar. Lo natural y lo sobrenatural conviviendo, lo divino y lo satánico ¡qué sorprendente!, tal vez eso no ha cambiado, basta ver nuestro mundo caído . Este demonio al ver u oír a Jesús se manifestó diciendo “¡Ah que tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quien eres el Santo de Dios.
La autoridad del Maestro quedó demostrada en:
1. Es reconocido por el demonio, quien destaca la santidad de Jesús y su divinidad
2. El demonio reconoce su derrota y la victoria de Jesús
3. Jesús reprende al demonio con el poder de su sola palabra llena deautoridad
3. Le ordena guardar silencio al demonio. No le permite hablar
4. Saca al demonio del hombre
5. Consigue la obediencia del demonio
La reacción de la gente fue de asombro, al parecer nunca habían visto un acto como este. El hombre tal vez frecuentaba la sinagoga, formaba parte de los oyentes habituales, no obstante convivía en él este espíritu inmundo, Lo natural con lo sobrenatural relacionándose ¿Influiría de alguna forma el espíritu en las opiniones o conducta de este hombre en la sinagoga?
Este pasaje arroja luz, desde el inicio, acerca de la figura de Jesús y toda la autoridad y respaldo que recibió del Padre en su ministerio. Nos enseña también acerca del equilibrio apropiado entre letra y Espíritu, entre palabra y obra, entre devoción y acción, entre Palabra y Espíritu.
El apóstol Pablo comprendió muy bien este equilibrio cuando escribió en
1 Corintios 2:4: “y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder”
1 Corintios 4:20: “Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder”
Aplicación
1. El Señor nos muestra el equilibrio entre estas dos esferas, Palabra/Espíritu para ejercer la autoridad en un ministerio sano.
El énfasis en la doctrina per se no necesariamente crea los frutos que se esperan. Muchos cristianos cultivan su intelecto y casi llegan a “adorar” el texto bíblico, sin embargo este no produce ningún cambio en sus vidas.
En muchos casos produce orgullo, un falso sentido de superioridad y la actitud de ser dueños de la verdad, un espíritu combativo, crítico.
La doctrina por la doctrina no puede producir el fruto que es del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, templanza, mansedumbre. Este fruto es resultado del Espíritu.
La alegría como testimonio, la esperanza como un estilo de vida, el amor en las relaciones, la paz en las dificultades.
2. El Señor Jesús, en el evangelio de Mateo dice:
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.
Con estas palabras el Señor reprende a los saduceos y les dice que ellos no conocían ninguna de las dos esferas, ni la natural ni la sobrenatural.
Hoy hay grupos que ignoran las Escrituras y ponen todo su énfasis en el “poder de Dios”, grupos con abundantes manifestaciones atribuidas al Espíritu Santo, pero que no siempre se enmarcan en una sana práctica neotestamentaria.
Otros grupos ponen todo su énfasis en Las Escrituras, en un determinado grupo de doctrinas provenientes de una larga tradición o de mediados del siglo XX que autodenominan “sana doctrina”, estos grupos bien podrían ser identificados con los que ignoran el poder de Dios. Lo sobrenatural para ellos es escaso, es causa de sospecha, de duda eterna.
Y en palabras del Señor podrían existir grupos que desconocen ambas cosas. Grupos que crecen fundamentados en la personalidad del líder, en experiencias emocionales profundas, en revelaciones particulares o en la tradición, donde se desconocen la Biblia y el poder de Dios.
Conclusión
En este pasaje, Jesús nos muestra toda su autoridad, una autoridad plena, absoluta, real, mesiánica que se manifiesta en:
-Su manera de exponer las escrituras, de darles vida, frescor, lo hace con autoridad
-Su autoridad frente al mundo natural, en este caso, un espíritu inmundo, que se le somete y obedece.
De ambas situaciones podemos sacar lecciones importantes para nuestro crecimiento espiritual equilibrado.