martes, 6 de diciembre de 2022

Sufrimiento y resiliencia

 Sufrimiento y resiliencia

Esa mañana de diciembre la feria libre hervía. Los vendedores armaban sus puestos entre risas,

palabrotas, bromas y gritos. Yo avanzaba en medio de la calle tirando de un carretón de madera en el

que llevaba mis cosas también para vender, bajo un sol inmisericorde. Ya a las 9 de la mañana mi camisa barata, estampada, estaba mojada y mis pies, por el sudor, bailaban en mis chalas, ya casi desechas. Con una mano me secaba el sudor de la frente y con la otra continuaba tirando del carretón eludiendo a las personas y otros carros estacionados en la calle. Mientras, mi mente trabajaba a full. Se acercaba navidad y yo no tenía dinero. Mi hijo mayor ya había nacido, era pequeño, había que comprar leche y pañales. La feria me era un lugar extraño, ajeno.

Me vi a mí mismo como un miserable, sentí vergüenza, estaba quebrado, solo, olvidado. Cuando tenía 8 años comencé a asistir a una iglesia evangélica cerca de mi casa. Cuando crecí me convertí en pastor de esa organización, pero esta me abandonó. La maldad de los poderes fácticos que operaban me había marginado, exiliado y obligado a renunciar. La iglesia donde crecí y pensé encontrar consuelo me “vetó”, a pesar que me conocían de niño, y ya no era bien recibido. Ya no había tiempo para tocar el piano o practicar mi inglés, hablar en portugués o usar una corbata bonita o cenar con los amigos, tenía que conseguir dinero. Estaba solo, bañado en sudor, lleno de preguntas sin respuestas luchando para no perder la fe ni la esperanza. El sol brillaba en todo su esplendor, pero yo vivía mi propia noche que parecía eterna. Nunca recibí ayuda de las personas con las que me relacionaba. Solo estaba yo y Dios y este también parecía ausente, lejano, ajeno a mi triste situación.

Esa mañana, al borde de las lágrimas, sentado en el suelo, entre las papas, tomates, poleras y shorts, leyendo La Ilíada, sentí que Dios me dijo que si los dioses griegos se involucraban en la vida y en la batalla de los hombres e incluso mostraban hasta cierto favoritismo por algunos. ¿Cuánto más no cuidaría él de mí? El mensaje fue claro, tenía que renacer, ponerme de pie, volver a creer, no estaba solo.

No sé bien, como pasó, pero las circunstancias comenzaron a cambiar. A los causantes del daño nunca volví a verlos, ni hubo arrepentimiento de parte de ellos, ni restitución alguna. En el proceso aprendí a no olvidar ciertas situaciones, a perdonar otras. Aprendí lo nefasto del legalismo y de una religión basada más en tradiciones que en el amor verdadero. Descubrí que los verdaderos amigos son muy pocos, que es mejor abandonar el discurso altilocuente y actuar con humildad. Esa mañana de diciembre volví a nacer.

Un día en mi vida a mitad de los 90. JEB

Todas las personas sufren, sin embargo hay un grupo de ellas que logra superar la adversidad y

seguir adelante con su vida, mientras que otros permanecen quebrados y resentidos. ¿Qué

hace la diferencia? La resiliencia. Este es un término que ya es muy popular. Surgió en la

psicología y salió de este ámbito para hacerse un término muy común en múltiples ambientes

En este capítulo voy a realizar una síntesis del concepto, de su origen y de su relación con el

sufrimiento. Voy a destacar algunos aspectos importantes, caracterización de los niños

resilientes, lo que se conoce como mandala de la resiliencia y finalmente me voy a referir a la

esperanza, también como tema de resiliencia.

Personas fuertes

La literatura, los medios de comunicación y los testimonios personales que escuchamos de

personas, nos asombran. Niños abusados sexualmente, mujeres jóvenes, niñas que se

relacionan con hombres mayores que abusan de ellas. Personas que quedan huérfanas a

temprana edad. Cónyuges traicionados y abandonados. Sobrevivientes a accidentes trágicos

donde muere toda la familia excepto ellos y otras tantas historias. Estos son solo algunos

ejemplos. La realidad siempre es más cruel que la imaginación. Lo sorprendente es que un

número importante de estas personas supera estas situaciones. Se sana de las heridas

emocionales. Deja de llorar, vuelve a sonreír, vuelve a confiar, vuele a amar. Otro número

importante de víctimas no logra abandonar ese sufrimiento. Por más que lo intentan los

recuerdos e imágenes terribles vienen a su mente cada día y no logran salir del infierno interior

en que viven. Aun otro grupo pierde contacto con la realidad, terrible realidad, inaceptable

realidad, repulsiva realidad y huyen a otro mundo, un mundo de fantasías, a una realidad

inventada por ellos, donde las situaciones son diferentes, no hay dolor, no hay abuso, no ha

sufrimiento. ¿Qué podría hacer la diferencia entre un grupo y otro al enfrentar el sufrimiento?

LO QUE SEPARA A LAS PAREJAS. LA MONOTONÍA

 

LO QUE SEPARA A LAS PAREJAS

LA MONOTONÍA  

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INTRODUCCIÓN

En posts anteriores hemos visto ya dos razones de por qué las parejas se distancian:

1, Porque uno de los cónyuges o ambos están tratando de cambiar al otro.

2. La crítica en la pareja. Uno de los cónyuges o ambos se critican.

En este post veremos una tercera razón de por qué las parejas se distancian: LA MONOTONÍA

Se entiende por monotonía “Falta de variedad en cualquier cosa.”

“El concepto está vinculado a la uniformidad, la ausencia de matices o la igualdad de tonos.”

Alguien escribió: “En la esfera de la vida personal, la monotonía está relacionada a la regularidad, la rutina, el aburrimiento y el tedio. En una vida monótona, todos los días transcurren de manera similar, con las mismas obligaciones, idénticos horarios, etc.”

La monotonía referida al ámbito de pareja puede llevar a muchos a un distanciamiento emocional y posterior divorcio, por tal razón es importante prestar atención al tema.

La monotonía surge con los años de convivencia, con la llegada de los hijos, con las rutinas domésticas, con hacer las cosas siempre de la misma manera.

En la página web Somos Psicología y formación leemos:

“La rutina, el aburrimiento y la monotonía en la pareja son unas de las grandes dificultades de las relaciones. Con el paso del tiempo, gradualmente se va perdiendo la pasión de los primeros momentos; además, el trascurso de los años y la confianza mutua hacen que la rutina se asiente en el día a día.

Cuando la monotonía se adueña de la relación, la tendencia habitual es responsabilizar a la pareja; en estos casos es necesario ser consciente de que la responsabilidad es de ambas partes. Por ello, se hace necesario establecer pautas que eviten que la rutina termine por destruir la relación. Reconocer que existe un problema, hablar sobre ello y buscar un compromiso por parte de los dos miembros es necesario para encontrar una solución.

Hay que considerar que la rutina es una parte inevitable y necesaria en la vida. Nuestra existencia sería un caos inasumible sin la existencia de esta rutina, que nos proporciona unas pautas conocidas y previsibles; del mismo modo sucede en las relaciones sentimentales, ya que estas no serían sostenibles en el tiempo de no tranquilizarse. Aunque la pasión de los primeros años puede resultar atractiva, también es emocionalmente agotadora. En este sentido, la rutina permite que nuestras relaciones de pareja se mantengan sólidas y duraderas.”

Las causas de la rutina

Relacionadas con cada cónyuge en particular:

Ø Agotamiento físico o psicológico

Ø Falta de motivación

Ø Intereses individuales

Ø Causas externas (responsabilidades, hijos, exceso de trabajo)

Tipo de interacción que se desarrolla en la pareja

Ø Dar por sentado el amor

Ø Falta de comunicación

Ø Pasividad en la relación

Ø Resentimiento y críticas

Ø Evolución distinta de cada miembro de la pareja

Cómo saber si mi relación es monótona

Ø -Aburrimiento

Ø -Falta de la pasión de los primeros tiempos

Ø -Sentimientos de frustración o enfado

Ø -Incapacidad para comunicarse

Ø -Sensación de tristeza o soledad

APLICACIÓN BÍBLICA

Isaías 58: 11 dice:

“Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.”

¿Y si cambiamos las palabras alma y huesos por hogar?, entonces quedaría así:

“Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu hogar, y dará vigor a tu matrimonio; y será como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.”