Un
25 de noviembre, 19 años
Q
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uerido Joaquín, hoy es 25 de
noviembre, aquí en la Tierra, allá en el cielo, no sé si existe el tiempo,
quizás no, y por esa razón estos nueve años han sido tan distintos para ti y
para mí. Aquí en la Tierra hoy cumplirías 19 años. Para ti, desde tu partida
han transcurrido 9 años, que no tengo dudas han sido de alegría, de paz, y de
gozo supremo. Para mí han sido años de aprendizaje, he tenido que aprender a
vivir sin ti ¿Sabrás de estas palabras? ¿Puedes verme? ¿Puedes oírme?
Vivir sin ti es algo difícil de
explicar. He seguido viviendo, amo y soy amado, río, canto, leo, escribo,
sueño, como, me baño, trabajo, pero tengo una sensación que no sé bien cómo
expresar y que es probable, solo unos pocos comprendan.
He aprendido que simplemente
eres inolvidable, que si hay amores imposibles de olvidar, ese eres tú. Que he
tenido muchos buenos momentos, pero que en todos faltas tú y que también en
todos estás tú. Estás en la música que escucho. Estos días el Adagio en Sol
menor de Albinoni me pregunta, al frote suave de los cellos “¿Puedes
creer?” “¿Me has
olvidado?” Estás en la brisa suave que mueve los
árboles que observo desde la que fue tu pieza y recuerdo las palabras del
Maestro “El
viento sopla de donde quiere y oyes su sonido…” Estás
en tus amigos, altos y fuertes, estás en mis recuerdos eternos, en cada lágrima
que todavía lloro por ti. Estás en mi añoranza, en mi nostalgia, en mis ganas
de verte, que los años transcurridos no han aminorado. Estás en mis oídos, en
mi retina, te veo riendo fuerte, con un jeans hasta la rodilla y un polerón
verde con un bolsillo en el pecho, montado en tu bici. Estás en el abrazo que
no doy en un día como hoy.
He aprendido que el tiempo paró,
nuestro tiempo, el tuyo y el mío, esa mañana en que partiste sin decirme adiós.
En mi mente, no hay un adolescente que hoy cumple 19 años, allí, hay un niño de
9 años, feliz y sonriente que preguntaba cómo era el cielo. ¿Cómo es el cielo,
Joaquín, ahora que lo conoces? Yo, por más que intento imaginármelo no lo
consigo. Está más allá de mi mente y mis ganas de verte opacan la alegría de
ese lugar. ¿Puede uno extrañar y desear traer de vuelta a quien vive mejor de
lo que aquí pudiera imaginar? Esa es otra lección que estos casi 10 años sin
verte me deja. Mi contradicción. Saber que en este cumpleaños, en lugar de
estar en nuestra casa, tu hogar, estás en el Hogar Eterno, debería traerme
alegría y contentamiento y sin embargo yo preferiría tenerte aquí, sentado a mi
lado, comiendo torta, tomado Coca Cola, riéndonos sin parar. Te extraño.
Tengo muchas cosas que decirte
en este cumpleaños 19, cosas que el tiempo no ha conseguido ordenar, emociones
que aún no toman su lugar, cosas que el tiempo no ha curado.
Mucho de lo que te escribo ya te
lo he compartido y es que a casi 10 años de no verte me quedan pocas cosas que
decirte, solo que hay algo inexplicable, quizás tú lo sabes, que solo la
experiencia del reencuentro podrá sacar a luz, dicho eso quiero compartirte
algo:
-te extrañamos, ha sido duro
vivir sin ti, tu nombre nos produce un nudo en la garganta, -la alegría que nos
diste fue tan intensa como el dolor de tu ausencia, estamos incompletos sin ti,
no te olvidamos, te amamos.
El papá
Recordar, extrañar y amar cada dia a nuestro hijo que partió.
ResponderEliminarEstimado amigo o amiga, eso será toda la vida!
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