sábado, 7 de diciembre de 2024

“No tengo ganas de Dios”

 Iglesia Bíblica de Cristo

La Granja-Santiago

Domingo 29/09/2024

                                                                 

Título: “No tengo ganas de Dios”

Texto: Seleccionado

Introducción

En la Biblia encontramos pasajes hermosos que hablan acerca de la búsqueda de Dios y la comunión con Dios. Almas sedientas y hambrientas de Dios, de su presencia, de sus obras. Personas que abandonan todo con tal de ser fieles al Señor. Ejemplo de ello son los siguientes salmos:

Salmo 63:1- 11

1 Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas,

2 Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario.

3 Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.

4 Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos.

5 Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi boca,

6 Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.

7 Porque has sido mi socorro, Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.

8 Está mi alma apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido.

9 Pero los que para destrucción buscaron mi alma Caerán en los sitios bajos de la tierra.

10 Los destruirán a filo de espada; Serán porción de los chacales.

11 Pero el rey se alegrará en Dios; Será alabado cualquiera que jura por él; Porque la boca de los que hablan mentira será cerrada.

 

Salmo 42:1-11 (NTV)

1. Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así te anhelo a ti, oh Dios.

2 Tengo sed de Dios, del Dios viviente. ¿Cuándo podré ir para estar delante de él?

3 Día y noche sólo me alimento de lágrimas, mientras que mis enemigos se burlan continuamente de mí diciendo: «¿Dónde está ese Dios tuyo?».

4 Se me destroza el corazón al recordar cómo solían ser las cosas: yo caminaba entre la multitud de adoradores, encabezaba una gran procesión hacia la casa de Dios, cantando de alegría y dando gracias en medio del sonido de una gran celebración.

5 ¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y

6 mi Dios! Ahora estoy profundamente desalentado, pero me acordaré de ti, aun desde el lejano monte Hermón, donde nace el Jordán, desde la tierra del monte Mizar.

7 Oigo el tumulto de los embravecidos mares, mientras me arrasan tus olas y las crecientes mareas.

8 Pero cada día el Señor derrama su amor inagotable sobre mí, y todas las noches entono sus cánticos y oro a Dios, quien me da vida.

9 « ¡Oh Dios, roca mía! —clamo—, ¿por qué me has olvidado? ¿Por qué tengo que andar angustiado, oprimido por mis enemigos?».

10 Sus insultos me parten los huesos. Se burlan diciendo: «¿Dónde está ese Dios tuyo?».

11 ¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!

 

Estos son pasajes conmovedores de un hombre buscando a Dios.

Sin embargo en esta tarde quiero referirme al fenómeno opuesto. Cuando no tenemos ganas de Dios, cuando estamos desalentados o indiferentes por Dios. Cuando no tenemos interés en Dios ni en las cosas espirituales.

Algunas señales del desgano espiritual son:

-sin ganas de orar y leer la Biblia

-sin deseos de congregarse en una comunidad

-falta de alegría, apatía

-rutina

-retorno a conductas pecaminosas

-sin palabras de adoración

-irritabilidad, confusión, indiferencia

-deseos pecaminosos

-rutina

 

En esta tarde quiero abordar el tema a partir de tres preguntas:

1 ¿Por qué no tengo ganas de Dios?

2. Este desgano ¿es frecuente o es circunstancial?

3. ¿Cómo salir del estado de desgano espiritual?

Así que comencemos con la primera pregunta

I. ¿Por qué no tengo ganas de Dios?

Voy a exponer cinco posibles causas, aunque la lista no es exhaustiva.

1. Por descuido en las prácticas espirituales (Biblia, oración, compañerismo)

El llamado divino es a estar siempre preparado como lo hace un atleta de alto nivel.

1 Cor. 9:24-27 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.

25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.

26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,

27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.

 

2. Por enojo o desilusión con alguien o con Dios

Confundimos las experiencias humanas en una iglesia local con Dios y culpamos a Dios por las conductas de las personas o responsabilizamos y enjuiciamos a Dios por determinados eventos.

Jonás 4: 1-4

1Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.

2Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.

3Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.

4Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?

 

3. Por haber experimentado una pérdida

Juan 11: 17-21

17 Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.

18 Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios;

19 y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.

20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.

21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.

 

4. Por el estrés de la vida diaria

Los afanes de la vida, los quehaceres diarios causan estrés y este tiene un efecto negativo sobre la vida espiritual

Lucas 10:38-42

38 Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.

39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.

40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.

41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.

42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

 

5. Por un cambio en las prioridades de la vida

El llamado del Señor es a ser fiel. A no cambiar nuestras prioridades. Jesús el Amado dice que donde esté nuestro tesoro allí estará nuestro corazón. Dios debe ocupar el lugar N1 en nuestras vidas. Resulta fácil cambiar estas prioridades por otras que son legítimas y forman parte de la vida

2 Timoteo 4:10: porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia.

Mateo 6: 33-34

33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

 

Aplicación

¿Cuál de estas cinco razones podría ser la causa de mi desánimo espiritual?

 

II. ¿Este desgano es frecuente o es circunstancial?

1. Si es circunstancial podría ser por:

a. cansancio físico/emocional.

-Atender constantemente un hogar, cuidar de niños pequeños, salir cada mañana a un trabajo difícil y hacerlo por año.

-Tener un hijo distinto que demanda toda la atención

-Una enfermedad crónica

Mateo 26:40:     Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?

b. Tristeza.

2 Corintios 2:7: Así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza.

2 Corintios 7:10: Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.

 

2. Si es constante

Las pocas ganas por Dios podría ser por:

a. Falta de disciplina en la vida espiritual.

1 Timoteo 2 da tres comparaciones para la vida de un cristiano y los tres ejemplos llevan implícito la necesidad de la disciplina para el éxito de sus respectivas empresas:

-v.3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.

- v. 6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.

-v. 5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.

b. Falta de comprensión doctrinal: pensar que como ya se es salvo no hay que hacer nada más. La salvación es única y es por gracia, pero el crecimiento espiritual es un proceso continuo hasta llegar al cielo:

Filipenses 1:3- 6 dice:

3 Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros,

4 siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros,

5 por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora;

6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

Aplicación

Este desgano por Dios es circunstancial. ¿Ha ocurrido algo que me aleja de Dios?

¿Hay algo en mi historia que me impide acercarme a Dios?

¿Este desgano proviene de una formación espiritual deficiente?

III. ¿Cómo salir del estado de desgano?

1. Confesar a Dios el desánimo.

Orar con Filipenses 2:12-13

NTV. 12 Brillen intensamente por Cristo Queridos amigos, siempre siguieron mis instrucciones cuando estaba con ustedes; y ahora que estoy lejos, es aún más importante que lo hagan. Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor. 13 Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.

2. Obedecer. “La obediencia, desde una perspectiva bíblica, es mucho más que el simple acto de seguir órdenes o directrices. Es un acto de amor, fe y sumisión a la voluntad de Dios. La Biblia enseña que la obediencia a Dios no solo implica cumplir sus mandamientos, sino hacerlo con un corazón dispuesto y gozoso, reconociendo Su soberanía y amor por nosotros.”

Un ejemplo paradigmático de obediencia está registrado en Juan 14:23 y Hebreos

Juan 14: 23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.”

Hebreos 5:7-9 “Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.

8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;

9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;

3. Confiar en Dios y no en los sentimientos. No se debe esperar a tener ganas por Dios, se debe actuar. Volver a la Biblia, a la oración, al compañerismo. Es el actuar quien produce las ganas. No se debe esperar sentir ganas, sino obedecer.

Colosenses 3:23: Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;

Hebreos 6:12: a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.

4. Recordar la obra de Dios en la vida

Repasar la propia historia con el Señor para retomar fuerzas y buscarlo. Las veces que en el pasado él ha estado presente y ha obrado

Hebreos 12:1-4 nos desafía:

1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,

2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;

Conclusión

La ausencia de ganas por Dios, el desánimo forman parte del caminar cristiano, aunque no debiera ser frecuente.

En esta tarde hemos abordado este fenómeno desde tres preguntas:


 
I. ¿Por qué no tengo ganas de Dios? y hemos respondido con 5 probabilidades:

1. Por descuido en las prácticas espirituales

2. Por enojo o desilusión con alguien o con Dios

3. Por haber experimentado una pérdida

4. Por el estrés de la vida diaria

5. Por un cambio en las prioridades de la vida

II. ¿Este desgano es frecuente o es circunstancial?

Si es circunstancial hemos dicho que podría ser por:

1. Cansancio físico/emocional.

2. Tristeza

Si es frecuente podría ser por:

1. Falta de disciplina en la vida espiritual.

2. Falta de comprensión doctrinal

III. ¿Cómo salir del estado de desgano?

1. Confesar a Dios el desánimo.

2. Obedecer.

3. Confiar. En Dios y no en los sentimientos.

4. Recordar la obra de Dios en la vida

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