Cristianos y política, cómo participar
"No hay ni una sola pulgada cuadrada de todo el cosmos
de la que Cristo Señor y el soberano de todo no diga, esto es mío". Que
lindas palabras y que hermosa manera de vivir la vida cristiana, sin
compartimentos cerrados, ni áreas de la vida donde Cristo no manifieste su
señorío. Con estas palabras el teólogo holandés Abraham Kuyper resume la
cosmovisión cristiana. Todo es de Cristo, El es Señor de todo y de todos, del
mundo y de la cultura, incluyendo la política que es una de las actividades
fundamentales del quehacer humano en toda su historia. Existen muchos grupos
cristianos preguntándose aún si se debe participar en política y se pasarán la
vida preguntándose lo mismo, mientras el tiempo continúa transcurriendo y esa
área fundamental sigue necesitando del
testimonio cristiano verdadero y sin saberlo, con esa postura están haciendo
política. Una polìtica pasiva y manejable. Ya no es tiempo de preguntarse “si”,
es tiempo de preguntarse cómo, y este periodo es oportuno para meditar en ello.
Como muchas otras actividades presenta dificultades de todo tipo: amor al
poder, codicia, tráfico de influencias, dilemas éticos y morales, etc, pero ¿No
presentan otras actividades desafíos parecidos? Las leyes, la medicina, las
grandes empresas, la ingeniería comercial y otros. También están sujetas a un
constante estrés de todo tipo y no por ello son rechazadas. ¿Por qué hacerlo
entonces con la política que es quien rige en general nuestras vidas? Allí se
generan y se dictan las leyes, se norma la vida, se debate sobre ética, se crea
el tipo y estilo de vida que tenemos. Una de las razones es la tradición
norteamericana apolítica, otra es que se considera aquella actividad mundana
por demás, aunque no siempre se puede ocultar cierta envidia o admiración por
los funcionarios que muchas veces se denosta.
Se pierde el derecho a reclamar y a acusar a otros si en el
momento de participar, de manera voluntaria se resta de opinar e influenciar.
De David se escribió (Hechos 13:36) “Porque a la verdad David, habiendo servido
a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió,…” ¿Cómo seremos
nosotros fieles nosotros a nuestra propia generación? ¿Cuál es la voluntad de
Dios para nosotros hoy respecto de nuestro llamado, vocación, servicio, y
compromiso?
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