martes, 25 de enero de 2011

Acerca de un modelo pastoral


Acerca de un modelo pastoral
Juan E. Barrera

En América Latina han cambiado muchas cosas, también en el mundo cristiano protestante. De un inicio marginal en muchos países del continente hoy la iglesia tiene acceso a los medios de comunicación de masa, escritos y audiovisuales, los viajes son algo común y las experiencias de otros ya no nos son ajenas. Estos cambios también afectan a la vida de iglesia, a sus costumbres, a su teología, a su cultura. Uno de estos cambios es posible verlo en el modelo pastoral. Este ha presentado toda una metamorfosis, desde el modelo pastoral que la iglesia tradicional conoció hasta los modelos pastorales actuales que son el tema de discusión en este escrito. Las observaciones no son antojadizas, ni son resultado de prejuicios o preferencias personales. Son el fruto de la observación de distintos medios evangélicos en América Latina, a través de la televisión, de la radio, de los periódicos, de las revistas, de observaciones directas en iglesias, en conversaciones, talleres, conferencias, etc
Modelos pastorales
El modelo pastoral “Guardián de la doctrina”. Esta es una manera de ser pastor que centra toda su atención y su tiempo en defender la doctrina que se considera sana en comparación con aquella que no se considera sana. Sus sermones y sus temas favoritos son el como cuidarse de las herejías, de la influencia de tal o cual grupo y la necesidad constante de denuncia, pero sólo denuncia entre el pueblo del Señor, nunca a las autoridades civiles. Este tipo de pastor ataca todo aquello que él considera no es sano. Mucho de su tiempo está dedicado a proteger más que a predicar. Tal vez la gran motivación de su ministerio sea el temor, temor al otro, a la otra denominación, a los liberales, a perder el camino, al trabajo social, a las ciencias sociales, etc ¿Respecto de las personas? Aunque su discurso pastoral es fuerte en cuanto a las doctrinas bíblicas, en la práctica su filosofía de trabajo con las personas es “de lo bueno poco” y suele dedicar muchas horas a un pequeño grupo de personas consideradas por él sanas espiritualmente, las que son muy bien adoctrinadas y enseñadas y muchas veces controladas. No hay mucho tiempo dedicado al evangelismo o a la búsqueda de personas. Estas deberían llegar solas a la iglesia.
El modelo “empresario cristiano”. Esta es una forma de ser pastor que en América Latina recibe mucha influencia foránea. Para ese tipo de pastor la bendición consiste en mostrarse como un hombre exitoso económicamente. Suele lucir un buen traje, manejar un buen automóvil y su predicación habitualmente gira en torno a las adquisiciones económicas de la iglesia, predica de los “dólares”, de “precios”, de “desafíos”, etc, pero todo gira en torno a mostrarse como un hombre exitoso “bendecido”. Este modelo pastoral ha transformado a muchas iglesias en el continente. Su mensaje muchas veces es una mezcla de autoayuda, psicología y algo de Biblia. En este modelo pastoral tiene mucha importancia el estar rodeado de un “lujo santo” ¿Respecto de las personas? Su énfasis pastoral está puesto en el número. Es un buen pastor si la iglesia es numerosa, si esta se llena cada domingo y la mayor parte del tiempo lo dedica a la producción de los cultos, a la música y a los medios audiovisuales. No existe la vida en comunidad, algunas trabajan con grupos pequeños, pero no son muchas. No siempre tiene programas de crecimiento y el pastoreo lo realiza sólo a unos pocos.
El modelo “Todo sobrenatural”. Es un tipo de pastor que hace girar todo su ministerio en torno a lo sobrenatural. Su predicación se llena de sermones a cerca de milagros, unción, prodigios, maravillas, etc. Gran parte de su tiempo lo invierte en literatura sobre experiencias sobrenaturales y en viajes buscando la “unción fresca”. Su labor pastoral se legitima en la medida que estas experiencias se manifiestan en su congregación. Sus cultos suelen estar cargados de mucha emoción, muchos gritos y manifestaciones. El ideal de este modelo está en el pasado, cuando Dios sí se manifestaba de forma maravillosa. Algunos de sus temas favoritos son los avivamientos, el libro de Hechos, las experiencias de tal o cual pastor y de la manera como Dios se manifestó en ellos. ¿Respecto de las personas? Su énfasis pastoral está puesto en tener personas liberadas, sanadas interiormente, libres de la influencia de demonios y maldiciones. Mucho de su tiempo lo dedica a este tipo de prácticas y las personas suelen interpretar muchas de sus experiencias, aun cotidianas, como una lucha con el enemigo. No existen muchas posibilidades de ser escuchados, ni de experimentar dificultades: la depresión viene del diablo, las tentaciones también, las enfermedades son maldiciones, los problemas son ataque del maligno para volver atrás…
El modelo “Todo adoración”. Es un tipo de pastor en el que mucha de su labor está destinada a la adoración, entiéndase por ello la música. Suele ser una persona que disfruta de la música y dedica mucha atención a ello. Tal vez la iglesia tenga una buena banda y una inversión de unos buenos millones de pesos en instrumentos. Llegar a estas iglesias es una alegría. Suele haber mucha gente joven, mucho gozo y buenos cantantes. El mensaje en este tipo de modelo se relaciona con canciones, la última producción de Marco Witt o Jesús Adrián Romero, o Daniel Calvetti, o Doris Machine, o, o, o…que la banda de adoración reproduce a la perfección. En este modelo todo es alabanza y adoración. El mensaje es, “si presenta dificultades alabe al Señor, si está enfermo adore al Señor, si no tiene dinero adore al Señor, etc ¿Respecto de las personas? Si las personas son más bien jóvenes “enganchan” bien con la iglesia, si es algo mayor le cuesta mucho llevar ese “ritmo y volumen”. Pareciera que musicalmente en estas iglesias distorsión (de guitarras) es sinónimo de unción. Las personas viven en una eterna fiesta espiritual, nadie deberá deprimirse, ni enfermarse, ni tener motivos para estar tristes. Muchas personas después de un tiempo, cuando tienen unos años más, buscan un poco más de reflexión y prefieren buscar otra iglesia o alguien que los escuche.
¿Por qué mencionar los modelos pastorales? ¿Sólo por criticar? Por supuesto que no. El trabajo pastoral debe ser hecho hoy más que nunca en América Latina, sin embargo tal vez habría que cambiar ciertos énfasis para que esto se cumpla. La población ha crecido, la iglesia ha crecido, la secularización y la globalización ha impactado a la iglesia y su manera de hacer las cosas.
Algunas de las razones para una reflexión sobre el trabajo pastoral en América Latina son el descontento y la soledad de muchas personas. Si lo miramos desde una perspectiva social y filosófica diremos que es el desencanto de la modernidad. Si lo miramos más de cerca diremos que es el cansancio del día a día, de trabajar mucho y de ganar poco, el desencanto con un mundo presentado como maravilloso, que está al alcance de la mano, en la TV, en las publicaciones, pero que al mismo tiempo está tan lejos, inalcanzable. Un mundo lleno de oportunidades pero que no alcanzan para todos. Cuán apropiadas son las palabras del Señor “son como ovejas que no tienen pastor”.
Las heridas que la vida moderna produce son cada vez mayores y las personas necesitan ser curadas, escuchadas, acompañadas. La muerte está a la vuelta de la esquina para tantas personas. Niños haciendo piruetas y pidiendo una moneda en cada esquina mientras cambia el semáforo, inmigrantes haciendo los trabajos informales más increíbles, poblaciones peligrosas donde la policía no entra, una clase alta llena de dinero y drogas, de frivolidad, de modas, la explotación y el abuso, los problemas morales, el hacinamiento, las enfermedades que no respetan clase social, gente que muere sola en un hospital, delincuencia, pornografía, problemas mentales. Son tantas las personas que necesitan hacer contacto con Jesús y el poder de su palabra, son tantos los que necesitan ser pastoreados, escuchados, curados, perdonados, abrazados, integrados.
El sin sentido con el que viven muchas personas en nuestro continente. Son personas sinceras que no encuentran respuesta en el intelectualismo, en la ciencia, en las religiones orientales, en los deportes adrenalínicos, en el juego. Son personas a quienes la cotidianeidad les resulta dolorosa, difícil de sobrellevar y buscan, buscan y buscan. Son personas adineradas o muy pobres, pero con la misma necesidad, llenar sus corazones y sus vidas con algo que les de sentido. Las tragedias, lo inesperado, las preguntas que no tienen respuestas dejan a tantas personas sin seguridad alguna. La vida se les presenta con una fragilidad que les causa espanto, la vida no es más que un juego de azar, cuestión de suerte. Oh si escucharan de Jesús las palabras “Yo soy el pan de vida”, “Yo soy el agua viva, el que de mi bebiere no tendrá sed jamás”. Esta es la mejor comparación para esta falta de sentido, ¡Sed! Son hombre y mujeres sedientos existenciales. La vida se les presenta con la urgencia del sediento que busca y busca pero no sacia su necesidad.
¿Cuál debería ser el modelo pastoral a seguir? Esta es una pregunta importantísima para el tiempo que al cristiano comprometido le toca vivir. ¿Hay un modelo pastoral? Tal vez no lo haya y el tipo de servicio dependa del momento histórico y de las circunstancias que se vivan, pero lo que sí hay son elementos que no pueden estar ausentes si se desea ser fiel como pastor y ser fiel a la generación que se vive.
Debe ser un modelo centrado en Dios. Un pastor dedicado a las personas debe tener su centro en Dios ¿Qué le dice Dios respecto de estas personas? No lo que dicen los medios de comunicación cristianos, no lo que dice la literatura, la sociología de la religión, no lo que es más cómodo, sino ¿qué dice Dios respecto de estas personas? Un modelo basado en Dios siempre será fresco, se renovará constantemente, las personas percibirán el vigor y la alegría de un pastor que busca de manera constante a Dios, pues esto se reflejará en su carácter, en su trato y en sus prioridades. Si el ministerio pastoral se centra en Dios siempre irá hacia adelante, caminando, marchando. De esta manera se evita la mirada repetitiva hacia el pasado, a los tiempos buenos, a los mejores. Un modelo pastoral centrado en Dios siempre tendrá lo mejor por delante, en lo por venir.
Debe ser un modelo centrado en las personas. Pareciera que está demás decir esto ¿Cómo se puede ser pastor sin personas? Lo cierto es que no está demás, pues se puede gobernar para el pueblo sin el pueblo, hablar por el pueblo sin escuchar al pueblo. Las personas deben ocupar el segundo lugar en las prioridades de un modelo pastoral apropiado. Lo importantes no son las teorías de iglecrecimiento, los modelos de crecimiento que recorren el continente o “las conquistas” a que Dios está llamando. Un modelo pastoral apropiado debe centrarse en las personas, en sus necesidades, en sus historias, en sus entornos, en sus sueños, en sus pecados. No importa si es una iglesia pequeña o una mega iglesia, el énfasis debe ser el mismo. Las personas deben ser parte central del trabajo. Las personas deben ser el fin y no el medio para alcanzar otras cosas, fama o dinero.
Debe ser un modelo que trabaje en base a las necesidades diagnosticadas en ese grupo y en ese contexto. Mucho de lo que uno lee acerca del trabajo en las iglesias es bueno, pero no todo es aplicable. No se puede transferir sin adaptar, sin revisar. La mayoría de la literatura sobre crecimiento de iglesias cuenta lo positivo, lo que resultó, pero no habla acerca de los errores. No es posible repetir tal o cual experiencia pastoral. El trabajo debe ser resultado de un análisis concienzudo y analítico de las necesidades de esas personas específicas a las que se está sirviendo. ¿Son muy pobres? ¿Hay muchos enfermos? ¿Son profesionales? ¿Hay universitarios? ¿Personas de la tercera edad? ¿Personas con problemas judiciales? ¿Saben todos leer y escribir? Hacer un diagnóstico de las necesidades `puede llevar tiempo, seis meses o un año y la metodología puede ser variada, pero el análisis de esos resultados va a dirigir el trabajo pastoral en la dirección correcta.
Finalmente un modelo pastoral apropiado es el que se diseña para ser ejecutado en equipo. El pastor que es teólogo, psicólogo, profesor, médico, gasfíter, carpintero ya no existe, y tal vez nunca existió. El trabajo pastoral debe ser hecho en equipo. Las necesidades de las personas son tantas y tan variadas que una sola persona no puede cubrirlas, además existen hoy muchas disciplinas que complementan la labor pastoral: la pedagogía, la psicología, la consejería, la administración, etc. Se debe aprender a compartir las cargas pastorales y a cubrir, hasta donde sean posibles las necesidades de las personas. El Señor es el mejor ejemplo. El es el Rey de los pastores, sin embargo invirtió años de su vida en capacitar y entrenar a otros hombres en el cuidado pastoral. El apóstol Pablo es otro buen ejemplo de un pastor que trabajó en conjunto con otros. Las listas de sus colaboradores en las epístolas son largas, y usa expresiones llenas de amor como “compañeros de prisiones”, “colaboradores”, “hijo en la fe”.
Hoy ya no es posible trabajar solos, se debe buscar la complementariedad en el trabajo pastoral. Se debe buscar un modelo pastoral centrado en Dios, en las personas, en las necesidades apropiadas de esas personas a fin de ser fiel al llamado que Dios ha realizado.

2 comentarios: