Sufrimiento y sus conceptos
“Una mujer acudió a un hombre muy sabio de su país. Estaba desesperada de dolor. Su único hijo, de 10 años, estaba enfermo y ningún médico daba con la solución a su mal. Al llegar frente al sabio, le pidió el remedio para sanarlo. Era una situación injusta. Sólo tenía un hijo, era muy joven y ella no se merecía tanto sufrimiento.
El Sabio, mirándola con ojos de amor le dijo:
“para preparar el remedio que sanará a tu hijo necesito varios ingredientes. Tú
me tienes que traer uno de ellos: un grano de arroz de una persona que nunca
haya sufrido”. La mujer se marchó muy contenta, por fin encontraba una
solución. Se puso a buscar con enorme rapidez. Al cabo de tres meses, volvió a
casa del sabio. Su rostro y sus ojos mostraban serenidad.
El sabio le preguntó: “¿Me traes el grano de
arroz de la persona que no ha sufrido?”. La mujer le contó que cuando salió de
la casa del sabio buscó como loca en todo el país: palacios, chozas, campos,
ciudades… en todas partes donde preguntó encontró personas que habían perdido
un ser querido, personas que habían pasado por una enfermedad seria, personas
que estaban sin trabajo, personas que estaban solas y no tenían nadie con quien
hablar. Y conforme pasaban los días y veía que todas esas personas, a pesar de
su sufrimiento, seguían adelante, dibujando cada día una sonrisa en su cara…
poco a poco ella fue serenando su corazón y aceptando su propio sufrimiento.
Ahora se presentaba ante el sabio simplemente para agradecerle la paz que había
puesto en su corazón… y pidiéndole el remedio para convivir con la enfermedad
de su hijo“.
El sufrimiento es una experiencia
universal, transversal, presente como hemos visto en un capítulo anterior,
desde siempre en la historia humana. La historia presente nos da cuenta de
algunos ejemplos de conocidas personalidades que han vivido grandes experiencias
de sufrimiento. A través del tiempo, a pesar que el dolor es transversal, hemos
usado variados conceptos para referirnos a la experiencia del sufrimiento.
Solemos usarlos como sinónimos, pero hay algunas diferencias. Vale hacer una
aclaración respecto de estos conceptos y sus significados distintos a fin de lograr
una mayor comprensión del fenómeno estudiado. Descubriremos que podemos padecer
más de un sufrimiento a la vez porque existen diferentes tipos de sufrimiento y
cada uno de ellos tiene sus propias características e incidencias en el mundo.
Solemos pensar que la gente pobre
sufre más que otras personas y que las personas que consideramos más dotadas no
sufren, sin embargo, una persona puede ser muy inteligente, poseer grandes
habilidades y capacidades y por sorprendente que estas sean, el sufrimiento convive
con ella. Stephen Hawking es un ejemplo de lo que menciono. El hombre vivo más
inteligente del planeta no podía mover más que sus ojos. Justo antes de su
primer matrimonio, con 21 años, se le diagnosticó esclerosis lateral
amiotrófica (ELA), que fue agravando su estado con el paso de los años, hasta
dejarlo casi completamente paralizado y le forzó a comunicarse a través de un
aparato generador de voz. [1]
Han existido muchas personas famosas
que han sufrido y cuyo sufrimiento ha permanecido oculto, ejemplo de ello es
Sigmund Freud quien padecía de un cáncer a la garganta que le producía mucho
dolor, o Frida Calo a quien ya hemos visto y sus intensos dolores en la espalda.
La historia también cuenta de famosos que sufrían: Napoleón Bonaparte y sus
problemas de úlceras, Abraham Lincoln, muchas pérdidas, Salvador Dalí,
depresión y Parkinson y personas populares como Christopher Reeve o Michael
Jackson.
El sufrimiento es universal. Sufren
bebés, niños, hombres y mujeres. Gente sin dinero y personas con mucho dinero.
Deportistas, intelectuales, religiosos, blancos, negros, etc.
Los conceptos del sufrimiento
Al hablar de sufrimiento usamos
varias palabras como sinónimo aunque tienen significados distintos. Veamos
algunos de ellos.
Dolor físico
La Asociación Internacional para el
Estudio del Dolor definió el dolor como "Una experiencia sensorial y
emocional desagradable asociada con daño tisular real o potencial, o descrita
en términos de dicho daño.” [1]
“El dolor es una señal del sistema
nervioso de que algo no anda bien. Es una sensación desagradable, como un
pinchazo, hormigueo, picadura, ardor o molestia. El dolor puede ser agudo o
sordo. Puede ser intermitente o ser constante. Puede sentir dolor en algún
lugar del cuerpo, como la espalda, el abdomen, el pecho o la pelvis. O puede
sentir dolor generalizado.
El dolor puede ayudar a diagnosticar
un problema. Sin dolor, usted podría lastimarse gravemente sin saberlo o no
darse cuenta de que tiene un problema médico que requiere tratamiento.
Hay dos tipos de dolor: Agudo y
crónico. En general, el dolor agudo aparece de repente, debido a una
enfermedad, lesión o inflamación. A menudo puede ser diagnosticado y tratado.
Generalmente desaparece, aunque a veces puede convertirse en dolor crónico. El
dolor crónico dura mucho tiempo y puede causar problemas graves.
El dolor no siempre es curable, pero
hay muchas formas de tratarlo. El tratamiento depende de la causa y el tipo de
dolor. Hay tratamientos que usan medicamentos, como los analgésicos. También
hay tratamientos sin medicamentos, como la acupuntura, la fisioterapia y, a
veces, la cirugía.”[2]
Escala terapéutica de la O.M.S. El
dolor físico se puede medir y existen escalas para cumplir con esta tarea. Una
de las variaciones de la escala más utilizada por los especialistas para medir
el dolor es el test EVA que es un gráfico con una escala marcada del 1 a 10 que
señala la intensidad del dolor, lo cual es subjetivo porque dos personas experimentan
niveles de dolor distintos ante la misma situación.
El tratamiento para el dolor
Como veremos en este capítulo la
analgesia es el gran avance en el tratamiento del dolor y del sufrimiento, pero
también existen otras formas de tratar el dolor sin el uso de medicinas.
Algunas de ellas son:
1. Acupuntura: Estimula puntos
específicos en su cuerpo. Hay diferentes métodos para esto. El más común
inserta agujas delgadas en la piel. Otros métodos incluyen usar presión,
estimulación eléctrica y calor. La acupuntura se basa en la creencia de que el
Qi (energía vital) fluye a través del cuerpo a lo largo de caminos llamados
meridianos. Sus practicantes piensan que estimular los puntos de acupuntura
puede reequilibrar el Qi. La investigación sugiere que la acupuntura puede
ayudar a controlar ciertas afecciones que causan dolor.
2. Técnicas de biorretroalimentación.
Usan dispositivos electrónicos para medir las funciones del cuerpo, como la
respiración y la frecuencia cardíaca. Esto le enseña a ser más consciente de
las funciones de su cuerpo para aprender a controlarlas. Por ejemplo, un
dispositivo de
biorretroalimentación puede medir su tensión
muscular. Al ver cómo cambian estas mediciones, puede ser más consciente de
cuándo sus músculos se tensan y aprender a relajarlos. La biorretroalimentación
puede ayudar a controlar el dolor, incluyendo dolores de cabeza crónicos y de
espalda.
3. Estimulación eléctrica: Usa un
dispositivo para enviar una corriente eléctrica suave a nervios o músculos.
Esto puede ayudar a tratar el dolor al interrumpir o bloquear las señales de
dolor. Los tipos incluyen:
Estimulación eléctrica transcutánea
(TENS, en inglés)
Estimulación nerviosa periférica
Estimulación cerebral profunda o de
la médula espinal
4. Terapia de masaje: Tratamiento en
el cual los tejidos blandos del cuerpo se aprietan, frotan, golpean suavemente
y se acarician. Entre otros beneficios, puede ayudar a las personas a relajarse
y aliviar el estrés y el dolor
5. Meditación: Práctica que conecta
la mente con su cuerpo. En la meditación, usted enfoca su atención en algo,
como un objeto, palabra, frase o su respiración. Esto le ayuda a minimizar los
pensamientos o sentimientos que le distraen o estresan
6. Fisioterapia: Usa técnicas como
calor, frío, ejercicio, masajes y manipulación. Puede ayudar a controlar el
dolor, así como a acondicionar los músculos y restaurar la fuerza.
7. Psicoterapia (terapia de
conversación): Usa métodos como conversar, escuchar y el asesoramiento para
tratar trastornos mentales y de la conducta. También puede ayudar a personas
con dolor, en especial dolor crónico, al enseñar habilidades para hacer frente
al dolor y poder lidiar mejor con el estrés que puede causar abordar
pensamientos y emociones negativas que pueden empeorar el dolor, entregar apoyo
emocional.
8. Terapia de relajación: Puede
ayudar a reducir la tensión y el estrés muscular, bajar la presión arterial y
controlar el dolor. Puede consistir en tensar y relajar los músculos del
cuerpo. Puede utilizar imágenes guiadas (enfocando la mente en imágenes
positivas) y meditación.
9. Cirugía: Puede ser necesaria para tratar el dolor intenso, especialmente cuando es causado por problemas de espalda o lesiones musculoesqueléticas graves. Siempre hay riesgos al someterse a una cirugía, y no siempre funciona para tratar el dolor.
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