Serie: Filipenses.
El Gozo en la vida cristiana
Mensaje 3: “Las cosas que me han sucedido”
Introducción
Habitualmente las circunstancias adversas
producen una sensación de mucho desagrado y enojo. Nadie desea pasar por
circunstancias difíciles y l apena es una reacción esperable.
La adversidad tiene un espectro amplio que va
desde perder una cantidad de dinero, o perder un vuelo hasta perder la salud o
un ser muy querido.
Muchísimas veces, sino todas, las
circunstancias adversas se relacionan con pérdidas y estas pérdidas producen en
el sufriente un daño en su autoestima.
El sí
mismo
El que sufre se siente mal consigo mismo.
Tiene vergüenza de sufrir, se lamenta por lo que le pasó. Se vuelve mono temático
o no desea hablar con nadie y se aísla. Prefiere sufrir solo.
Le cuesta mucho ver algo bueno en la
adversidad. Tiene la mente y el corazón puestos en lo que acaba de perder.
Es entendible, esa es nuestra naturaleza
humana. Esta forma de mirar la adversidad termina por deprimir a la persona.
Las
circunstancias
Se siente mal, mira las circunstancias
negativas y no ve nada bueno en ellas, se pregunta ¿Por qué? ¿Dónde está Dios?
¿Hice algo malo?
No logra ver algo positivo en las circunstancias,
solo ve pérdidas, confusión, expectativas no cumplidas, desagrado.
Filipenses 1:12-18 nos muestra, a través del
ejemplo del apóstol Pablo, la manera como el creyente debe enfrentar la
adversidad y no perder el gozo en la vida.
Con las palabras “las cosas que me han sucedido”vv.12-13 el apóstol nos muestra cómo
enfrentar las circunstancias adversas.
12 Quiero que
sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien
para el progreso del evangelio,
13 de tal manera
que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a
todos los demás.
14 Y la mayoría de
los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho
más a hablar la palabra sin temor.
El secreto de “las cosas que me han sucedido” es
doble:
Testimonio
Ver la adversidad como la oportunidad de Dios
para dar testimonio del evangelio
v. 13 “de tal
manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio
y a todos los demás”
1. La adversidad no coloca en una posición, en
lugar, donde nunca iríamos por voluntad propia. Nuestro “pretorio”
Pablo jamás hubiera llevado el evangelio hasta
el palacio del pretor, ni de los soldados romanos si las circunstancias no lo
hubieren llevado hasta allí, pues sus planes eran otros.
2. Las cosas que “me han sucedido”. En el
original no hay una distinción si fue “la vida” o si fue Dios, solo dice “que
me han venido”. Las cosas que simplemente le pasaron, dice Pablo.
No hay un “enredo” en su mente ni en su
teología si las circunstancias habían sido propiciadas por Dios o no. Reconoce
“que le vinieron”.
Enredarse buscando el origen de las
adversidades puede causar más mal que la circunstancia misma.
3. Las circunstancias adversas nos llevan a
conocer personas que de otro modo no conoceríamos:
-enfermos
-extranjeros
-personas muy distintas a nosotros
-etc
Algunas cosas que ayudan
-Ver a Dios en toda circunstancia
-Dar gracias en todo, no por todo
-Verse a sí mismo como un siervo
-Verse a sí mismo como un defensor del
evangelio.
1. Cada creyente tiene un “pretorio”, un lugar al que
nunca iría o hubiera ido si no fuera por las circunstancias:
-un hospital
-una cárcel
-un trabajo distinto
-la casa de un amigo, de un familiar
-otro país
-un estado emocional desconocido hasta ese momento
-etc.
2. La adversidad será siempre una ocasión para escoger.
Escoger
a. Escoger enojarse, llorar, blasfemar
b. Escoger lamentarse y enojarse con Dios
debido a lo que se está viviendo
c. Culpar a Dios por las circunstancias
d. Culpar a otros
e. Auto culparse por la falta de fe
Escoger
-Poner el evangelio como aspecto central de la
vida y buscar su progreso aún en medio de la adversidad.
-Dar testimonio de Jesús en medio de la
adversidad frente a las personas
- Negarse a sí mismo y buscar glorificar a
Dios
La adversidad de un cristiano anima en la fe a
otros cristianos.
14 “Y la mayoría de
los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho
más a hablar la palabra sin temor.”
1. La adversidad de uno o unos debiera
despertar el ánimo de muchos otros.
2. Las circunstancias adversas mueven a una
comunidad y renueva sus fuerzas para seguir compartiendo el evangelio.
3. Esa debe ser la actitud del que sufre.
Animar a otros a compartir el evangelio a pesar de lo negativo de su situación.
4. Habrá hermanos que lo harán y lo harán
bien.
5. Habrá otros que tendrán segundas intenciones,
pero el gozo del creyente crece cuando ve que sus circunstancias negativas
motivan a otros a compartir su fe.
6. Los hermanos desanimados despiertan cuando
ven a uno que es fiel a pesar de las dificultades.
7. El ejemplo del cristiano fiel que sufre quita
el temor de la comunidad para hablar de Jesús.
8. Las circunstancias adversas vividas de
manera apropiada, con gozo, son una manera de defender el evangelio de Cristo,
pues muestra no solo palabras, sino una manera de vivir.
Aplicaciones
1. El cristiano que sufre debe procurar animar
a otros en medio de su circunstancia negativas y no desanimarlos.
2. En medio de la adversidad de alguno de sus
miembros, la comunidad debe perder el temor y seguir compartiendo de Jesús.
3. En medio de las dificultades de un
creyente, no todos actuarán de la misma forma. Muchos actuarán de manera
inapropiada.
4. Sufrir la adversidad al modo de Dios es una
manera de defender el evangelio
Las dificultades de un creyente son la ocasión
para hacer brillar la luz del evangelio, de dos formas:
1. Son una manera de dar testimonio en lugares
y a personas que quizá nunca iríamos ni trataríamos de ir.
2. Son la oportunidad para alentar a los
hermanos a seguir hablando de Jesús.
3. No se deben mirar las circunstancias como
algo absolutamente malo, sino gozarse que aún en esa situación Cristo puede ser
predicado.
4. El gozo del cristiano, no se basa en las
circunstancias, sino en que Cristo sea predicado
No hay comentarios:
Publicar un comentario