Santiago de Chile
Domingo 29/12/2019
Título: “De un pozo a un palacio. Por qué sufrimos? III
Texto. Seleccionados del libro de Génesis
INTRODUCCIÓN
LA VASIJA AGRIETADA
Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas
que colgaban a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una
de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y
conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta
la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad
del agua.
Durante dos años completos esto fue así
diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros,
pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre
vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía
miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su
obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al
aguador diciéndole: -“Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque
debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes
la mitad del valor que deberías recibir.”
El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente:
-“Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen
a lo largo del camino.” Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas
flores hermosas a lo largo del trayecto, pero de todos modos se sintió apenada
porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo entonces -“Te diste cuenta de
que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus
grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a
todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por
dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi madre.
Si no fueras exactamente cómo eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido
posible crear esta belleza.”
El sufrimiento son nuestras grietas, no siempre
podemos hacer todo lo que nos gustaría hacer porque las circunstancias u otros
factores no lo permiten, pero a pesar de nuestras grietas, o a través de
nuestras grietas podemos ser usados para el bien y tener una vida con propósito.
De esto trata el mensaje de hoy, el último de la
serie grandes hombres de Dios, lecciones para hoy.
Haremos tres paradas en lo que
queda de la vida de José:
El PERDÓN
EL PROPÓSITO
El PLAN
I. El PERDÓN.
Génesis 45:14-15
14 Y se echó sobre el cuello de Benjamín su
hermano, y lloró; y también Benjamín lloró sobre su cuello.
15 Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre
ellos; y después sus hermanos hablaron con él.
José no puede seguir alargando
más la situación. Sus hermanos están de vuelta con su hermano más pequeño,
Benjamín. Los tiene allí en palacio a merced suya y toma una decisión.
Revelarse a sus hermanos, decir la verdad, enfrentar su pasado y su herida.
Tiene dos opciones, vengarse de
sus hermanos o perdonarlos. José, a pesar del sufrimiento que ha experimentado,
opta por el perdón y nos enseña la primera lección de esta mañana. La sanidad
frente al sufrimiento que otros nos han causado es el perdón.
Trece años atrás, o un poco
más, José era un adolescente, ingenuo,
infantil, el favorito de su padre. Sus hermanos abusaron de él. Lo maltrataron,
lo hirieron y finalmente lo vendieron como esclavo.
Ahora es el señor de la tierra,
hombre de confianza de Faraón. Tiene todo el poder para destruir y matar a sus
ofensores, pero este pasaje revela el corazón perdonador de José:
-se echó sobre el cuello de su
hermano y lloró
-besa a sus hermanos y llora con
ellos
Gn. 50: 15-20 deja ver que José
perdonó a sus hermanos.
Frente al sufrimiento causado por
otros el perdón siempre será el mejor camino, pero ¿qué es perdonar?
El Maestro amado es nuestro
ejemplo de perdón.
Lucas 23:34 dice: Y Jesús decía:
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus
vestidos, echando suertes.
Pero. ¿Qué es el perdón? Cito a
continuación al Dr. Dr. García Higuera
Veamos en primer lugar lo que no
es:
1 El perdón no incluye
obligatoriamente la reconciliación. Perdonar o pedir perdón son opciones
personales que no necesitan de la colaboración de la otra persona. Sin embargo,
la reconciliación es un proceso de dos. Por ejemplo, el perdón no supondrá
nunca restaurar la relación con alguien que con mucha probabilidad pueda volver
a hacer daño.
2. El perdón no implica olvidar
lo que ha pasado. El olvido es un proceso involuntario que se irá dando, o no,
en el tiempo. Hay ideas erróneas asociadas con el perdón como que si se perdona
no se debe acordar o sentirse enfadado por lo ocurrido. Recordar algo es un
proceso automático que responde a estímulos que se pueden encontrar en
cualquier parte y los sentimientos que se tienen no se pueden modificar
voluntariamente, las respuestas que damos cuando tenemos esos sentimientos si pueden
llegar a ser voluntarias.
3. El perdón no supone justificar
la ofensa que se ha recibido ni minimizarla. La valoración del hecho será siempre
negativa e injustificable, aunque no se busque justicia o se desee venganza.
4. El perdón tampoco supone
obligatoriamente levantar la pena al ofensor y que no sufra las consecuencias
de sus actos. Para que se dé la reconciliación es preciso que el ofensor
realice una restitución del daño que ha causado, si es posible, o cumpla la
pena que la sociedad le imponga.
5. Perdonar no es síntoma de
debilidad, porque no se trata de dar permiso al otro para que vuelva a hacer
daño, sino que se puede perdonar cuidando de que no nos hagan daño de nuevo.
Entonces ¿qué es el perdón?
1. Perdonar consiste en un
cambio de conductas destructivas voluntarias dirigidas contra el que ha hecho
el daño, por otras constructivas.
2. Algunos consideran que
perdonar no solamente incluye que cesen las conductas dirigidas contra el
ofensor, sino que incluye la realización de conductas positivas .
3. Para perdonar, es preciso
comprometerse, por el propio interés, con el pensamiento de querer lo mejor
para esa persona, aunque sea solamente que recapacite y no vuelva a hacer daño
a nadie o deseando que le vaya bien en la vida, etc.
4. El perdón no es un acto único
que se hace en un momento dado, es un proceso continuo que se puede ir
profundizando y completando a lo largo del tiempo.
José cumple con todo lo
mencionado anteriormente.
No ha olvidado lo que pasó, pero
tiene pensamientos cariñosos y no tóxicos hacia sus se da hermanos. Hace
conductas positivas hacia ellos. De alguna manera que sus hermanos han
restituido, a través de Benjamín, el daño que han causado. Ve como sus hermanos
ruegan en favor del padre y lo cuidan, ve que ellos han cambiado de conducta.
No se queja, está comprometido
con ellos y con la restauración de sus relaciones, invoca a Dios en medio del
conflicto.
Ilustración
Corrie Ten Boom
A fines de 1944, y casi por
milagro, su nombre fue incluido en una lista de personas que debían recuperar
la libertad. Regresó a Holanda y pudo recobrarse de los problemas de salud
contraídos durante el tiempo en que estuvo prisionera. Pasó en su propia casa
de Haarlem el último invierno de la guerra, pero no permaneció inactiva. Como
ella decía: ”Dios nos dio el amor para ser capaces de perdonar a nuestros
enemigos”.
Corrie perdonó. Perdonó la
pérdida de sus seres queridos y sus propios sufrimientos, aquellos que le
fueron infligidos en la época de su permanencia en el campo de concentración. Y
fue más allá. Un día de 1947, en Munich, un hombre quiso saludarla y pretendió
estrecharle la mano. Al ver su rostro, lo reconoció de inmediato como uno de
los guardianes más crueles de Ravensbrück, uno de los muchos ante los cuales
tuvo que desfilar desnuda junto con su hermana Betsie cuando, según los
especiales criterios impuestos por los nazis, seleccionaban a la gente que era
todavía útil para el trabajo de aquélla que no lo era. ¿Cómo podía darle la
mano a ese hombre?. Él le dijo que se había convertido al cristianismo después
de la guerra y que creía que Dios lo había perdonado por todas las maldades que
cometiera en el campo de concentración, pero que necesitaba que ella
personalmente le dijera que lo perdonaba. Corrie lo hizo y le dio la mano.
Y como evidentemente tenía mucho
amor para dar, fundó una casa de convalecencia en Bloemendal, destinada a la
curación y el reposo de los sobrevivientes.
Sintió que su vida era un regalo
de Dios y que necesitaba compartir lo que ella y su hermana Betsie habían
aprendido en el campo de concentración: ”No hay dolor tan profundo que el amor
de Dios no pueda llegar a él”.
A los 53 años de edad, Corrie
empezó un ministerio mundial para difundir su fe y sus experiencias, que la
llevó a viajar por más de 60 países en los siguientes 33 años de su vida.
En 1968, el Museo del Holocausto
en Jerusalem (Yad Vashem) le pidió que plantara un árbol en memoria de las muchas
vidas de judíos que ella y su familia salvaron. Así lo hizo y ese árbol aún
crece allí.
A principios de la década del 70,
su libro ”The Hiding Place” (El Refugio) se convirtió en un best seller. También
se filmó una película basada en su historia en 1975.
Como se dijo anteriormente,
Corrie era una mujer que tenía fe en Dios. En 1978 sufrió un accidente
cerebrovascular que la dejó paralizada. Murió el 15 de abril de 1983, día en
que cumplía 91 años. Es notable que haya partido de este mundo en esa fecha en
particular. Según la tradición judía, solamente a la gente muy bendecida por
Dios se le concede el privilegio especial de morir en el mismo día de su
cumpleaños
Aplicación
1. ¿Cómo habríamos actuado
nosotros en la misma situación?
2. ¿Hubiéramos sido capaces de
superar esa ofensa?
3. No importa la ofensa, el
camino de restauración es el mismo, el perdón.
4. ¿Tenemos alguien a quien
perdonar?
5. ¿Hay algo que restituir a otro
a quien hemos dañado?
II. El PROPÓSITO
Génesis 45: 1-5
1 No podía ya José contenerse delante de todos los
que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos. Y no
quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos.
2 Entonces se dio a llorar a gritos; y oyeron los
egipcios, y oyó también la casa de Faraón.
3 Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive
aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados
delante de él.
4 Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora
a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que
vendisteis para Egipto.
5 Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de
haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios
delante de vosotros.
Este segundo punto nos habla de
un aspecto profundo del sufrimiento, las sencillas palabras “porque para” del
v. 5 nos revelan que el sufrimiento tiene un propósito. Aunque sea muy difícil
de creer o de aceptar el sufrimiento tiene un propósito, tiene un para qué.
En el caso de José el propósito
fue salvar la tierra, su entono, de la hambruna y de manera especial preservar
la vida de su familia. El sufrimiento tiene un sentido, tiene un para qué,
porque la vida siempre tiene un para qué, pero este propósito no siempre se nos
revela y en la práctica pareciera no tener propósito alguno.
¿Cuál es el propósito de la
enfermedad, de la muerte, de lo inesperado, de la tragedia?
Este propósito responde a la
pregunta ¿Por qué? Y la mayoría de las veces no tiene respuesta, pero el hecho
que no se nos muestre no quiere decir que no tenga un propósito, quizá el
propósito último sea demostrarnos una vez más que somos humanos y que los
humanos sufrimos.
Aun así la persona puede sacar
“propósitos secundarios”:
1. Fortalecer el carácter
2. Reconciliarse con alguien en
medio del dolor
3. Aprender a cuidar y velar por
un enfermo, si es el caso
4. Aprender a ser feliz en medio
del sufrimiento
5. Aprender a consolar a otros
6. Renunciar al orgullo
7. Buscar a Dios en medio del
sufrimiento
Aplicación
1. Dios siempre
está trabajando y muchas veces lo hace a a través del sufrimiento
2. El trabajo de Dios, su
propósito, tiene que ver con uno mismo
3. Otras veces el propósito se
relaciona con algo que uno tiene que aprender con otros.
Génesis 50:15-20
15 Viendo los hermanos de José que su padre era
muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal
que le hicimos.
16 Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes
de su muerte, diciendo:
17 Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora
la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora
te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José
lloró mientras hablaban.
18 Vinieron también sus hermanos y se postraron
delante de él, y dijeron: Henos aquí por siervos tuyos.
19 Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo
en lugar de Dios?
20 Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios
lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a
mucho pueblo.
Este tercer punto extraído de la
vida de José es sorprendente y difícil de entender. Dice que en medio del
sufrimiento Dios tiene un plan.
No puedo decir si el sufrimiento
mismo es el plan de Dios, como lo sugieren algunos, aunque sin una base bíblica
suficiente tomando algunos pocos versículos oscuros del AT que dicen que Dios
mismo envía y produce el sufrimiento.
Lo que es más notorio en la
Biblia es que Dios usa el sufrimiento, hay un plan divino, En la vida de José
lo había “Dios lo encaminó a bien”. Estas palabras indican que había mal de por
medio, pero que Dios, en sus planes lo usó, lo tomó, cumplió sus planes a
partir de la maldad que otros habían hecho.
Este es un acto soberano y
maravilloso de Dios, su gracia manifestada de manera sobrenatural para tomar el
mal, la maldad, el pecado de otros sobre las personas y encaminarlo para bien.
En la vida de José Dios tomó:
1. Los errores de Jacob
2. La ingenuidad de José
3. La violencia de sus hermanos
4. Una cultura mercantil inhumana
como la esclavitud
5. Los deseos sexuales impropios
de una mujer
6. La rigidez de un hombre
poderoso
7. La soledad, el abandono, la
depresión, la muerte
8. El exilio, el despojo
¡Y lo encaminó para bien! ¡Para
cumplir sus planes!
El sufrimiento es un aspecto de
la vida que no podemos comprender y frente al cual, como creyentes debemos:
1. Reconciliarnos con el
sufrimiento (forma parte de la vida y de la vida cristiana)
2. Hacernos responsables (Decidir
como lo voy a vivir, ¿Víctima o vencedor?
3. Gozarnos (Buscar la alegría
del Señor)
4. Confiar en el Señor (sin entender
los por qués)
5. Adorar a Dios ( Él es
soberano, yo soy su hijo)
6. Poner
nuestra mirada en el cielo
Ilustración
Nick
Vujicic
"Nací
en Australia y doy gloria a Dios porque usó mi testimonio para tocar miles de
corazones alrededor del mundo. Nací en 1982 sin extremidades y no hay una
explicación científica para este defecto. He tenido que encarar cambios y
obstáculos. Me gustaba ir a la escuela y trataba de vivir como todos los demás,
pero en mis primeros años enfrenté rechazos y burlas. Era muy difícil, pero con
la ayuda de mis padres desarrollé aptitudes y valores que me ayudaron a
aceptarme y avanzar. Sabía que yo era diferente por fuera, pero en mi interior
era exactamente igual a los demás. En muchas ocasiones me sentía decaído y no
quería enfrentar la realidad negativa. Hubo momentos en que caía en la
depresión y el enojo porque no podía cambiar mi físico. Aprendí que Dios nos
ama a todos y cuida de cada uno de nosotros, pero no podía entender por qué me
había hecho así si me amaba. Así que seguí con mi vida como es ahora y nadie
puede cambiar lo que está hecho. Llegué a pensar en terminar con mis penas y mi
vida. Mis padres y mi familia, estuvieron siempre ahí dándome fuerza. Para
contrarrestar mis problemas emocionales, de autoestima y soledad, Dios me movió
a compartir mi historia y experiencias para ayudar a otros a enfrentar sus
vidas y ver bendiciones en los obstáculos. Me animé a inspirar a otros a usar
su potencial al máximo y alcanzar sus esperanzas y sus sueños. Me apasiona
llegar a la gente y ponerme en manos de Dios para lo que Él desee hacer, Él
marca el camino y yo simplemente lo sigo.
Aplicación
1. ¿ Soy
capaz de reconciliarme con mi propio sufrimiento? Aceptar a mi hijo enfermo, mi
hijo con una orientación sexual distinta, mi familia tóxica, mis limitaciones
físicas, mi pobreza
¿sigo
luchando con ello o lo acepto como el plan de Dios para mi vida?
2. ¿Soy
capaz de creer que Dios tiene un plan en medio de mi propio sufrimiento?
3. ¿Soy
capaz de ser fiel a pesar del sufrimiento, esperando el día de la redención
final y plena?
4. ¿Soy
capaz de servir a Dios y permitir que sus planes se cumplan en mi vida aunque
las cosas nunca sean como yo creo que deberían ser?
Conclusión
La vida
de José, en su etapa final nos enseña estas tres lecciones:
Para
aprender del sufrimiento tenemos que creer en:
-El
PERDÓN
-El
PROPÓSITO
-El PLAN
Los tres
son obra de Dios para sus hijos, en creerlos y obedecerlos haya bendición y
esperanza
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