Iglesia
Cristiana Metropolitana
Santiago
de Chile
Domingo
15/11/2015
Texto : Marcos 3:31-35
Introducción
Las relaciones familiares son
importantes. Una buena familia es un gran apoyo, pero hasta la familia más sana
tiene sus limitaciones.
En este pasaje, Marcos nos revela algo
de la familia humana de Jesús, lo que una vez más nos recuerda el perfecto
equilibrio de sus naturalezas humana y divina. De ambas naturalezas tenemos
evidencias en los capítulos anteriores.
Cuando la familia de Jesús va a buscarlo
en medio de la multitud donde él se encontraba, el Señor sorprende con su
respuesta.
En este pasaje encontramos dos tipos de
relaciones, los vínculos sanguíneos y los vínculos espirituales.
I. La primera relación: Sangre, la
relación sanguínea. vv. 31-32
“Vienen después sus hermanos y su madre,
y quedándose afuera, enviaron a llamarle. Y la gente que estaba sentada
alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan.”
Hemos dicho que en Jesús armonizaban de
manera perfecta su humanidad y su divinidad. Y que de ambos aspectos ya hemos
visto evidencias en los capítulos anteriores. En esta sección, al finalizar el
capítulo 3 Marcos una vez más nos recuerda la humanidad del Señor al hacer
mención a su madre, María y sus hermanos, no sabemos por qué razón José el
padre humano de Jesús jamás es mencionado.
Su madre aún no comprendía bien el
trabajo de Jesús y sus hermanos no creían en él. El Nuevo Testamento menciona
más a delante a Jacobo el hermano del Señor y la literatura menciona a Judas,
también como hermano del Señor. Es muy probable que ellos se convirtieran al
Señor luego de su resurrección, este evento sin duda habrá disipado cualquier
duda que ellos tuvieron, pero en este momento no creían y lo tenían por loco. Es
probable que vinieran a él, de acuerdo a (3:21) para llevarlo a la casa, al
hogar terrenal, pedirle que descansara, pues pensaban que estaba fuera de sí.
La gente alrededor de Jesús pensó que el
Señor dejaría de hacer lo que estaba realizando y saldría a atenderlos, pero la
respuesta y la conducta del Señor una vez más nos sorprende.
La relación sanguínea del Señor, el
vínculo con su familia había cambiado:
1. El vínculo sanguíneo es temporal y
limitado
2. El vínculo sanguíneo refiere a una
historia común, una biografía.
3. El vínculo sanguíneo no tiene
discernimiento espiritual
4. El vínculo sanguíneo no siempre
diferencia lo bueno de lo mejor.
5. El vínculo sanguíneo establece una
autoridad humana que se debe respetar.
¿Podemos imaginar lo difícil que fue
para la familia humana de Jesús aceptar su divinidad? ¿Qué pasaría si alguien
de nuestra familia de pronto comenzara a decir de sí mismo cosas como “antes
que Abraham fuese yo soy? O “yo soy el buen pastor” o “yo soy el Hijo de
David”, pensaríamos que está loco, que está fuera de sí. Para la familia del
Señor fue una lucha aceptar que Yeshúa, el hijo del carpintero, su hermano, su
hijo, era el Cristo, el Ungido del Señor.
En este acto, en este aparente rechazo,
el Señor establece una nueva forma de relacionarse con él, tenía que renunciar
a su familia humana para crear una nueva gran familia universal. Hay un
abandono a su familia terrenal. Jesús había dejado de ser el hijo del
carpintero, ahora, se revela como el hijo de Dios.
Aplicación
1. A través de este acto el Señor nos
enseña que muchas veces es necesario un “rechazo” de la familia sanguínea para
seguirlo a él.
Hay al menos dos referencia en los
evangelios que refuerzan esta idea:
a. Lucas 14:26 Si alguno viene a mí, y
no aborrece a su PADRE, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y
aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
b. Marcos 10:29 Respondió Jesús y dijo:
De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas,
o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio.
2. La relación de sangre, tiene una
autoridad, que es dada de manera biológica pero limitada.
3. La relación sanguínea no siempre
percibe las cosas espirituales.
4. Puede haber ocasiones en que el
vínculo sanguíneo, la sangre no puede percibir la voluntad de Dios.
II. La segunda relación, el Espíritu. vv.
33-35
“33 El les respondió diciendo: ¿Quién es
mi madre y mis hermanos?
34 Y mirando a los que estaban sentados
alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
35 Porque todo aquel que hace la
voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.”
El Señor establece una nueva relación
con su familia., ya no basada en la relación sanguínea sino espiritual. Que
difícil debió ser para su madre y sus hermanos comprender aquello. Solo después
de la resurrección al menos dos de sus hermanos creyeron en él: Jacobo y Judas
Difícil debió ser también experimentar
el rechazo de Jesús a la ayuda que ellos le querían brindar, pero el Señor
estaba dando un paso adelante en su misión y le era necesario establecer una
manera distinta de relacionarse con él. Desde este evento quienes quisieran
relacionarse con el Señor debían hacerlo de manera espiritual.
Este nuevo vínculo espiritual:
1. No es temporal, es eterno
2. No es limitado, es amplio
3. No refiere al pasado, sino al futuro
4. No refiere a la obediencia de la
sangre sino a la obediencia a Dios.
5. Es un vínculo que nace en el cielo
6. Es el resultado de un nuevo
nacimiento.
v. 35. Porque todo aquel que hace la
voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.
En este pasaje otra vez el Señor destaca
la obediencia como factor principal para ser su discípulo. Si hay algo que
distingue a un creyente verdadero es la actitud de obediencia. Él mismo Señor es
el ejemplo de esto.
En el evangelio de Juan el Señor dice:
Juan 4:34 Jesús les dijo: Mi comida es
que haga la VOLUNTAD del que me envió, y que acabe su obra.
Juan 5:30 No puedo yo hacer nada por mí
mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi
VOLUNTAD, sino la VOLUNTAD del que me envió, la del Padre.
Juan 6:38 Porque he descendido del
cielo, no para hacer mi VOLUNTAD, sino la VOLUNTAD del que me envió.
Estos pasajes revelan de manera clara que
es lo importante para Dios. Doctrina, alabanza, estudio, testimonio y muchas otras
cosas forman parte de la vida cristiana, pero el fundamento es la obediencia. Es
sobre esta base que se construye la vida espiritual.
Es necesario notar en el pasaje de
Marcos como en los pasajes del evangelio de Juan, que el énfasis no está puesto
en el oír sino en el hacer “el que hace la voluntad de Dios”.
El Maestro no está pidiendo asentimiento
intelectual o emocional, él está pidiendo una conducta. El verdadero hijo de
Dios hace algo, realiza algo, la voluntad de Dios.
¿Qué es la voluntad de Dios?
Este pasaje no nos da mayor información
sobre el significado de estas palabras y es la primera vez que aparecen en el evangelio,
pero sabemos que la voluntad de Dios es el querer, el propósito, la misión o
trabajo que Dios desea que cada uno de sus hijos realice.
Una voluntad general para todo creyente es:
La santidad
Una voluntad particular que es revelada
a cada creyente
Cada creyente tiene algo particular que hacer,
y Dios lo revela cuando la persona tiene la actitud apropiada para cumplir esa voluntad.
Dios solo revela su voluntad cuando ve en nuestro corazón el deseo de cumplir con
ese propósito. Para ello Dios nos capacita con talentos (habilidades heredadas)
y dones (habilidades dadas de manera sobrenatural por Dios)
Aplicación
1. Todo hombre y mujer se hace miembro
de la familia de Dios por medio de la obediencia y de esa manera se relaciona con
el Señor
2. La manera espiritual de relacionarse con
el Señor es por medio de la obediencia a la voluntad de Dios.
3. ¿Qué es lo que Dios nos está pidiendo
hacer?
-esta voluntad nos es revelada a cada uno
-puede relacionarse con nuestra profesión
-con nuestro oficio
-con nuestro hogar
-con nuestro trabajo
-con nuestros estudios
-etc.
Conclusión
El pasaje que hemos examinado en esta mañana
nos muestra dos tipos de relaciones:
1. La relación sanguínea, que es limitada
2. La relación espiritual que es eterna
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