Cerrando la puerta por dentro
(extracto de mi libro Ahora que nos casamos pronto a publicar)
Ps. Juan E. Barrera
Cerrando la puerta por dentro significa
que la pareja recién formada no deja entrar a nadie más en su relación. Lo que
es conveniente para las parejas que recién se forman lo es también para
aquellas que llevan años de casados o de convivencia. Poner límites apropiados
para que nadie se inmiscuya en su relación. Esto es cerrar la puerta por dentro.
Esto es relativamente fácil de percibir pero no es fácil la solución. Los
terceros pueden ser la familia política, los amigos, el trabajo, etc, no
obstante hay situaciones que no resultan sencillas de abordar y que sin embargo
están allí presentes como un tercero en la relación. Una de esas situaciones
son las tareasinconclusas de los padres.
Acabar con las tareas inconclusas de los
padres.
Es una dura
tarea, cargada de mucha energía emocional, mucha introspección y objetividad
por parte de cada uno de los cónyuges en forma separada, mucha madurez. Esta permanece
invisible en los primeros meses o años de una pareja para quien todo es nuevo,
alegre, divertido, lleno de encanto, si es que la relación es buena. Cuando
surjan los primeros conflictos y al parecer no tenga una explicación obvia o
práctica entonces se comenzará a intuir que responden a situaciones que van más
allá de la propia pareja. Esto puede llegar incluso a ser un proceso doloroso
que amerite la asesoría profesional. Las tareas inconclusas de los padres son
situaciones conflictivas, muy cargadas de emociones y que consisten en disputas
que ellos no alcanzaron o no se atrevieron o no lograron a resolver o son aspiraciones
que ellos tenían y no alcanzaron a realizar y que se las encargan, de manera
consciente o inconsciente a la próxima generación.
Por ejemplo,
padres que lucharon toda la vida para salir de la pobreza sin conseguirlo, pero
están seguros que sus hijos sí saldrán y ponen todas las esperanzas en que así
será. “Mi hijo es la salvación de la familia”, “todas las esperanzas están
puestas en mi hija, cuando ella se case no pasaremos nunca más por esto”.
Cuando los hijos no cumplen estas expectativas el conflicto explosa. Mujeres u
hombres que nunca se sintieron amados o respetados en sus matrimonios, y que se
hacen la firme promesa que a sus hijos no les sucederá lo mismo. Mujeres,
cónyuges de hombres alcohólicos que hacen prometer al hijo que jamás beberá, o
que hacen prometer a su hija que se debe casar con alguien que no beba ni una
gota de alcohol. Mujeres que han sufrido carencias durante su matrimonio y
hacen prometer a sus hijas que jamás se casarán con un hombre pobre, etc.
Analizando esta situación aun someramente podemos deducir ¡qué importante es
tener una relación de pareja y una familia sana! Esto trae consecuencias
positivas que se reproducen en las futuras generaciones, se rompen ciertos
hilos invisibles que atrapan a las parejas.
Minirth et al
(1994) escribe:
“Tenemos
para usted buenas y malas noticias. Las malas: Todas las cuestiones que
generaciones anteriores no resolvieron, esas bombas de tiempo que se han ido
acumulando a través de los años, se ciernen sobre usted…las buenas noticias:
Aunque otros fracasaron y no resolvieron estas cuestiones en el pasado, casi
siempre debido a que no se dieron cuenta de que estaban allí, usted puede
retroceder y desenredarlas.”
Estas tareas
inconclusas son más profundas que los patrones familiares, que son formas como accionan
las familias. Estas tareas inconclusas se relacionan con aspectos que las
familias de origen dejaron escondidas. Algunas de estas cosas pueden ser no tan
complicadas, pero otras pueden ser de unas complicaciones increíbles. Estas
cuestiones inconclusas son legadas por las familias al menos por dos razones:
Una para que la
nueva pareja las termine y también para que esta nueva pareja sufra las
consecuencias.
Tres fantasmas
Minirth
et al (1994), menciona tres de estos fantasmas que podrían volcarse sobre la
pareja o familia actual y la de los futuros hijos:
·
Sí, te atribuyo, a ti, mi cónyuge, todos los
estereotipos negativos y no resueltos en cuanto a género, que propagaron mi
madre y mi padre. (p.84)
Estos
estereotipos incluyen creencias como “Hay que desconfiar de todos los hombres”,
“las mujeres solo sirven para tener sexo y nada más”, “a los hombre hay que
tenerlos cortitos o si no se aprovechan”, “el buen sexo siempre será con otra
mujer no con la esposa”, “un buen hombre tiene que tener varias mujeres”,
“Todos los hombres son iguales”, “los hombre son superiores a las mujeres”,
“Jamás te dejes someter por un hombre”, “Tienes que golpear la mesa”,etc
Estas
creencias, por ejemplo, se pudieron repetir en voz alta, o simplemente se
llevaron a la práctica con actitudes, conductas, lenguaje no verbal y no solo
por lo padres, sino por tíos, tías, abuelos, etc. Esto forma parte de la
cultura familiar
·
Sí, me propongo continuar la batalla no resuelta
de los sexos que había entre papá y mamá. Enarbolo la bandera de ellos para
volver a revivir la contienda inconclusa. (p.85)
Estas
tareas inconclusas en lo relacionado a las batallas de los sexos se libran
frente a temas como la autoridad, el poder, el machismo, el feminismo, el matriarcado,
el patriarcado, pero incluye también los aspectos financieros, la intimidad
sexual y el tiempo que se pasa juntos, el uso del dinero, la comunicación, la
participación, etc.
Este
fantasma se refleja en que uno de los cónyuges se presenta como muy reactivo,
muy combativo frente a ciertos temas, irascible, susceptibles. Existen temas
que no se pueden tocar en la pareja sin que eto produzca una pelea seria y uno
de los cónyuges se pregunte el por qué de esa reacción desmedida o inapropiada.
·
Sí, busco una zona de seguridad en este
matrimonio al seleccionar un cónyuge que no será un reto o amenaza para el área
que me parece la más vulnerable del matrimonio de mis padres. (p.88) .El poder
de este “sí” es tan grande, que incluso lleva a personas a exagerar esta zona
de seguridad:
La
hija de un padre autoritario y tirano, escoge como cónyuge a quien considera
pasivo y hasta cobarde. Su zona, “el sentirse avasallada u oprimida” está a
salvo. Estas exageraciones pueden llevar a serios problemas conyugales. Tal vez
el hombre de la ilustración sea pasivo, pero tan pasivo que por ello esto
traiga más dificultades que las que ella quería evitar. Un cónyuge proveniente
de una familia con violencia intrafamiliar, o de un ambiente disfuncional
buscará una zona de seguridad que sea lo opuesto a estas situaciones. Otras áreas
vulnerables podrían ser la falta de trabajo, el origen de clases sociales
distintas, diferencias culturales, otras.
Este
tercer “sí” bien se podría armonizar con las colusiones matrimoniales, que son
un largo e interesante tema que no es posible desarrollar ahora, pero que
básicamente significa que a un nivel inconsciente se escoge pareja basados en
ciertas relaciones; padre-hija, madre-hijo, sumisa-opresor, sumiso-opresora, tímido-extrovertido,
etc.
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