lunes, 8 de agosto de 2011

Trabajo y familia


Trabajo y familia.
Juan E. Barrera
Es una realidad, hay que trabajar, eso no es nuevo. Sin embargo pareciera que en el día de hoy el trabajo es algo más que ganar el sustento. El trabajo para muchos va asociado al éxito, al reconocimiento, al dinero, a las posesiones y ello no se logra sin dedicar muchas horas a la actividad laboral, descuidando el tiempo destinado a la familia. Esto trae consecuencias. Por una parte surge el estrés, que es el desequilibrio entre las demandas del ambiente y los recursos disponibles de la persona. Tanto el trabajo como la familia comienzan a hacer demandas y la persona comienza a sentirse mal, físicamente y emocionalmente, al punto de sentirse muchas veces sobrepasada, lo que le deja expuesta a serios problemas de salud. Con el estrés aparece también la culpa por abandonar la familia. Así que la persona se ve tironeada por las circunstancias, cansancio, estrés, y culpa, entre otros. ¿Cómo lograr el equilibrio entre trabajo y familia? No hay fórmulas, cada persona y cada familia es diferente, pero algunas sugerencias podrían ayudar:
1. Revisar el orden de prioridades en la vida ¿Qué es más importante, la familia o el trabajo? Si trabajamos afanosamente para la familia, pero nos quedamos sin ella ¿de qué sirve afanarse tanto?
2. Recordar que trabajo y familia se relacionan estrechamente. Si el ambiente familiar es el apropiado ¿No se desarrollará el trabajo de manera mejor y con mayor satisfacción?
3. Desconectarse del trabajo una vez que se llega a casa. Separar los mundos y dedicar a la familia el tiempo que les corresponde, sin quitárselo. No llevar trabajo a la casa.

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