miércoles, 11 de noviembre de 2009

Sexo en el matrimonio: Tocando el alma a través del cuerpo


Sexo en el matrimonio:Tocando el alma a través del cuerpo

Juan E. Barrera

“Me llevó a la casa del banquete, y su bandera
sobre mi fue amor…su izquierda esté debajo
de mi cabeza, y su derecha me abrace”
Cantares 2

Esta es la quinta tarea de la etapa del amor joven, Edificar una unión sexual. Esta Expresión de "tocar el alma a través del cuerpo", la escuché en unas clases de perfeccionamiento docente en educación sexual escolar del Centro de Orientación para la educación de la sexualidad COES (2006) y la encontré tan apropiada y bella, tan profunda que quise dar este nombre al capítulo.
Parece increíble que uno mencione el tema de la sexualidad como una tarea a resolver, porque al inicio del matrimonio el sexo es casi lo único que los cónyuges tienen en la cabeza. Especialmente si ambos son creyentes y han practicado la abstención como Dios lo ordena. La actividad sexual en el matrimonio, aunque en un comienzo pudiera ser más físico, producto de la novedad y las expectativas, las parejas pronto descubren que el éxito en las relaciones sexuales no depende solo de una buena técnica, sino que depende de un sin fin de factores, y entre los más importantes ha destacar está el manejo de los conflictos, que ya hemos visto en un capítulo anterior. No hay actividad sexual si la pareja no resuelve sus diferencias. “Nosotros nos arreglamos en la cama”. Es una mentira que a muy pocas personas les funciona. Luego de una reconciliación no hay dudas que el sexo “sabe mejor”, pero no es que los conflictos se “arreglen en la cama”. De hecho uno escucha mujeres muy atractivas a quienes se consideraría muy sensuales, y sin embargo se niegan a tener actividad sexual con su pareja porque está enojada o resentida con él. Para complicar más las cosas aún el marido la trata de “frígida” sin aceptar su responsabilidad en la situación, lo que crea aún más resentimiento en la mujer.
Edificar una unión sexual es la próxima tarea. Y es una tarea que si no se resuelve de manera apropiada se arrastrará por mucho tiempo. Es un trabajo de muchos años, que por otra parte, se va enriqueciendo con esos años, si es que la pareja se aviene bien.
He asesorado a parejas con muchos años de casados, activos sexualmente, pero que aún no resuelven por ejemplo, el cuánto o el cómo.
Después de años de abstención llega por fin el día en que ambos, nerviosamente y torpemente, se encuentran desnudos por primera vez, ¡al fin solos! Frente a frente, se besan, se abrazan, se sonríen, se dicen palabras de amor, se acarician, y luego… ¡en un dos por tres! ¡Están haciendo el amor, fuertemente enlazados, abrazados, idos, compenetrados! Él controla perfectamente sus movimientos y la eyaculación. Ella se maneja muy bien, dice lo que quiere, como ser tocada, se mueve muy bien y en poco tiempo alcanza el orgasmo, ¡una y otra vez!… Llegan a “la gloria” en cosa de segundos. ¿Sucede siempre así?
Si la actividad sexual fuera algo puramente biológico no debería haber muchos problemas, porque todo funcionaría de acuerdo a lo establecido por la naturaleza, pero no es así. En la actividad sexual hay un sin fin de factores involucrados: enseñanza en la infancia, información obtenida, expectativas, espiritualidad, sentimientos, mitos, miedos, fantasías, técnica, etc., lo que hace difícil iniciar el maravilloso viaje de la actividad sexual. Es muy probable, así es de esperar, que los esposos antes de casarse, hayan comprado un buen libro sobre el acto amoroso. Existen en español buenos libros cristianos y no cristianos sobre el tema. Yo espero hacer un buen aporte también en este capítulo.
Una pareja que está por casarse. ¿Qué es lo que necesita saber acerca del sexo? Difícil pregunta dado lo extenso del tema y a la abundante, aunque no sé si siempre apropiada información existente. ¿Qué es lo básico que se necesita saber para comenzar una vida sexual sana y llena de gozo? ¿Y para continuar con una vida sexual con iguales características para los que llevan años de casados? Me animo a sugerir lo siguiente:

El origen del sexo

La Biblia es clara al decir que Dios es el autor del sexo. Independiente de toda aberración sexual que se pueda oír. Dios creó esta actividad como parte de la espiritualidad humana. El hombre distorsiona el sexo, pero eso no cambia la verdad primera. Dios, el Señor creó el sexo como parte de su diseño para la felicidad humana. La caída del hombre en pecado no se debió a la práctica de la sexualidad, como se escucha decir tontamente a algún académico desinformado. Se debió al orgullo humano, por lo tanto no es un mal necesario en el matrimonio, sino que forma parte del plan divino para las parejas casadas. Forma parte de la felicidad planificada por Dios para el hombre y su mujer o su mujer y su hombre. Para los no creyentes esta no es una buena respuesta, o quizá muy metafísica. Nos dirán que es otro de los tantos procesos biológicos humanos. Aceptamos la mitad de tal verdad, hay procesos biológicos implicados, por supuesto, pero los creyentes, creemos que hay espiritualidad, que hay trascendencia en la actividad sexual, que además, no es solo la posición cristiana del sexo, sino que también la oriental.

Los propósitos del sexo.

En Las Escrituras encontramos que son dos los propósitos del sexo en el matrimonio: uno el de la reproducción. El sexo está diseñado por Dios para tener hijos. Este propósito lo encontramos en las primeras páginas del libro de Génesis.
El otro gran propósito es la obtención de placer, del disfrute mutuo entre la pareja. El sexo está hecho para obtener placer por medio de una actividad profundamente íntima con el cónyuge, en un ambiente de plena intimidad. Tocar el alma del cónyuge a través de su cuerpo.
Son muchos los pasajes en las Escrituras que demuestran este segundo propósito. Ver por ejemplo el libro de Cantar de los Cantares. Una lectura detenida abrirá nuestros ojos a la gran cantidad de símbolos sexuales en estos pasajes. Para más información ver por ejemplo Roldán, (1991).
Estas aclaraciones parecieran estar demás, sin embargo cada día uno descubre que verdades tan básicas como estas no son vividas por las parejas, aún entre parejas creyentes que todavía viven conflictos en esta área.


Así que la primera información o verdad acerca del sexo que las nuevas y viejas parejas deben aprender es que la sexualidad no tiene nada de sucio o contrario a la santidad. Cualquier prejuicio aprendido que diga lo contrario debe ser roto para comenzar a disfrutar de la sexualidad en plenitud.

Los anticonceptivos

Un tema no menor y sí muy importante relacionado con la vida sexual de la pareja lo constituye el tema del embarazo y la contracepción o anticoncepción. El mandato bíblico es tener hijos, aunque debemos ser cuidadosos y buscar la dirección del Señor para saber el cuando y cuantos. Siguiendo el consejo del apóstol Pablo hemos de estar seguros de proveer para los nuestros.
El temor, comprensible, o la preocupación, especialmente en la mujer, al embarazo no deseado, o no planificado, en los primeros meses de casados, limita grandemente el placer de las primeras relaciones sexuales y si no se resuelve este tema con anterioridad al casamiento, la esposa puede quedar embarazada en el período de la luna de miel, como ha ocurrido a muchas mujeres, quienes no alcanzan a disfrutar de su vida de pareja, y todo lo que ello implica por sumir una maternidad no planificada y se saltan inmediatamente en su matrimonio a la etapa de padres, sin tener tiempo para crecer en intimidad.
La Biblia nos enseña que los hijos son una bendición de Dios, ¡siempre lo serán!, sin embargo podemos tomar dos caminos frente a esto: “dejad que los niños vengan a mí” o “…calcular los gastos para construir la torre” No voy a entrar en este punto en la discusión ética respecto al uso o no uso de los anticonceptivos. Este es un tema que debe discutir la pareja y que debe resolver antes de la boda. Este punto vuelve a ser importante nuevamente en las parejas que ya han tenido uno o más hijos.
La información que entrego a continuación tiene como base el acuerdo mutuo de la pareja y de manera especial el de la mujer, pues la gran mayoría de los métodos de contracepción actúan sobre la mujer.
El primer y segundo año de casados es un buen tiempo para disfrutar del sexo y conocerse. Crear intimidad y disfrutarse mutuamente. La llegada del primer hijo pone fin a esta etapa del amor joven, y es bueno alargarla un tiempo suficiente.
Existe bastante información sobre la contracepción, en distintos lugares. Material al alcance prácticamente de todos los hombres y mujeres. Yo reproduje un cuadro resumen con los principales métodos anticonceptivos que bajé de una buena página de internet. Son muchos los resúmenes y muy parecidos entre ellos. La gran mayoría son buenos.

El acto sexual

La actividad sexual, parece natural, pero la verdad es que si dejamos fluir esta “naturalidad” el acto sexual se podría reducir apenas a unos minutos. Y es que hay muchos aspectos que son necesarios aprender. Es una técnica que se va desarrollando y mejorando con el tiempo.

Dos son las dificultades más comunes en la primera etapa del matrimonio, (algunos no logran superarlas durante muchos años), la eyaculación precoz o incapacidad para mantener la erección y la falta de orgasmo. No quiero usar la palabra frigidez, pues creo que no corresponde. Además la frigidez tiene una base psicológica y no solo física.
Ambas dificultades pueden ser causa de frustración durante el primer tiempo de casados, y ambas tienen una solución fácil. El sexo en su expresión física es una técnica y como tal se debe y se puede aprender.

Para ambas dificultades existen variadas técnicas y mucho material disponible. Son dificultades que se deben superar en pareja y forma parte del aprendizaje y madurez sexual de los esposos.
En el caso de la eyaculación precoz las técnicas consisten en controlar los impulsos y los empujes todo el tiempo hasta que el hombre lo decida
En el caso de la mujer es un plan para ejercitar ciertos músculos que entre más firmes estén más ayudarán a conseguir el orgasmo.

La rutina matrimonial
“Comienzo contando que me llamo Andrea, tengo 29 años y casada desde hace 12. Felipe, mi marido tiene 31 años. En nuestro matrimonio hay dos hijos. Hoy en día nuestra vida sexual es “fome”, ya no hay esas cosquillitas en la guatita, de hacernos cariño, caricias. Ahora es rutinario. Cada vez tenemos menos sexo, con decir que si tenemos dos veces al mes es mucho. Yo se que también tengo culpa de que sea así, porque no me pongo sexy como años atrás. Ahora es “tengamos sexo y chao”.
A veces me siento frustrada. Me gustaría que fuera como antes. Tener sexo “por ahí”, arrancarnosl, cuando no están los niños, tener sexo en cualquier sitio de la casa y sin pensar que tiene que caer la noche y que solo será en la cama. Yo entiendo que ahora están los niños, pero me gustaría que Felipe empezara todo el día a coquetearme. Por ejemplo, si estoy cocinando que me tocara, o tal vez llamarme en algún minuto del día y decirme algo erótico. Algún besito en alguna parte del cuerpo. Antes experimentábamos mucho, pero ahora es todo de lo más común y chao. Buenas noches.
Me da lata pensar que con el tiempo se pone “fome” el matrimonio en la cama porque yo me siento enamorada de él y yo se que él también de mi, pero me acuerdo de la cama o el sexo de nosotros y me da rabia y pienso que a lo mejor ya no tenemos remedio y que tendremos que aprender a vivir con eso ¡Pero no sirvo para eso! ¿O será que ahora hay como pudor? No se lo que nos pasa. Pensaba que con los años sería mejor, aunque yo también soy tonta porque no me dan ganas y me “corro” o espero que se duerma y me acuesto. A veces pienso sola y digo que en diez años me veo durmiendo en camas separadas si las cosas siguen así. Quizá es porque antes tuvimos tanto sexo y lo pasamos “chancho “y ahora estamos aburridos o definitivamente nos aburrió.
Me gustaría también que Felipe se perfumara para seducirme, sobre todo en la cama. Ya no se preocupa de eso, o llegar con un engañito, una flor para yo sentir que no soy parte de los objetos y que le gusto como mujer u obviamente él gustarme como hombre. Me encantaría ir a un motel. los dos solitos. Se lo he dicho, pero él me dice ¡¿Para qué si tenemos la casa!? Pero no es lo mismo pienso yo. Son cosas que me gustaría experimentar como pareja. Aunque él me dice siempre ¡No!

Andrea
Dueña de casa
Este es un fantasma que rondará siempre la relación matrimonial. Alguien ha escrito que con los años las mariposas en el estómago se van o se mueren. El desafío tanto para la esposa como para el esposo es mantener encendida la llama de la pasión, del deseo. Mantener las mariposas aleteando constantemente en el estómago. Vendrán las dificultades, el ajetreo de la vida diaria, los hijos, las preocupaciones y un millón de cosas que intentarán acabar con la vid asexual. Hay que proponerse desde el inicio de la relación o re proponérselo si ya se tienen algunos años, trabajar para evitar la rutina sexual.

Algunos consejos generales

Existe abundante información acerca del tema, aunque en la práctica no se si todo lo que se escribe se puede llevar a cabo. Se requiere bastante osadía para realizar algunas de las sugerencias dadas en algunos artículos. Después de leer varios de estos artículos podríamos intentar una clasificación ¿nueva?
Mantener vivo el amor. El amor será siempre el mejor afrodisíaco. Esto requiere una disciplina mental. La intención pensada de buscar y fijarse siempre en lo mejor del cónyuge. Como vimos en uno de los capítulos, el día que el cónyuge desprecia y deja de ver algo positivo en el otro, le resultará muy difícil mantener una vida sexual plena, si es que tiene vida sexual.

Cuidar el aspecto físico. Mantenerse y sentirse atractivo para el otro siempre será importante para mantener vivo el deseo sexual. Todas las personas cambian físicamente con el tiempo y no se puede esperar tener el cuerpo de hace 20 años atrás, aún así. La preocupación física es importante y no solo para la mujer, sino también para el hombre.

Lo sexual propiamente tal.
Identificar cuál es la rutina. Es importante identificar cómo son sus encuentros sexuales, desde la primera fase hasta el coito mismo. Además, registren la frecuencia de sus encuentros, y cuántas veces hacen el amor porque tienen realmente ganas y cuántas por ‘compromiso’. Esta será la radiografía de la situación sexual que viven.

Razones por las que no hacemos el amor más seguido…

Querida esposa: En virtud de que hablar contigo es prácticamente imposible (nunca te callas) me he visto en la imperiosa necesidad de informarte, por éste conducto, mi inconformidad:
Durante el último año, he intentado hacer el amor contigo 315 veces. Tuve éxito solo 36 veces, o sea, una vez cada 10 días.
Lo que sigue, es una lista del por qué fracasé las demás veces:
Despertaremos a los niños………………………..12 veces
Es muy temprano…………………………………17 veces
Estoy demasiado cansada………………………...33 veces
Es demasiado tarde……………………………….11 veces
Hace demasiado calor…………………………….18 veces
Te hiciste la dormida……………………………..39 veces
Hace demasiado frío……………………………...22 veces
Me duele la cabeza……………………………….27 veces
No me siento bien………………………………….8 veces
No te has bañado……………………………….....5 veces
Tengo la regla……………………………………12 veces
Lo hicimos ayer…………………………………...6 veces
Las 36 veces que tuve éxito, el resultado no fue siempre satisfactorio porque:
6 veces…………………………………Permaneciste ahí acostada simplemente.
4 veces…………………………………Me dijiste que me diera prisa por terminar.
7 veces…………………………………Tuve que despertarte para decirte que había
terminado.
1 vez…………………………………...Me asusté porque creí haberte hecho daño, ya que te
levantaste y empezaste a respirar agitadamente.
En espera de respuesta a la presente, tuyo.
Tu esposo.

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