martes, 1 de julio de 2008


No hace falta que lo digas…o casado con un mudo emocional
Juan E. Barrera
Cuando se habla de pareja, un tema recurrente y casi obligado en cualquier análisis lo constituye el tema de la comunicación. Pero en la práctica no es tan fácil llegar y sentarse y comenzar a hablar. Esto porque el modelo familiar tiene un gran peso, las características del temperamento y de la personalidad también. A pesar de ello, y con mucha razón se insiste en que la pareja converse, pero hay parejas donde ninguno habla o uno de sus integrantes habla abiertamente y el otro no. Esto es más común de lo que pensamos y para este tipo de personas el tema de la comunicación es un tema constante de conflicto. Por lo que en este artículo quiero referirme a las parejas que se aman, se respetan pero hay uno de ellos o ambos que no hablan. Esta no es la condición ideal. El ideal sería que cada uno de los cónyuges hablara abiertamente y con confianza acerca de sus sentimientos. Acerca de las cosas que le agradan y acerca de aquellas cosas que le hieren o desaniman, pero son pocas las parejas que lo hacen, y estas pocas han trabajado este aspecto, no es algo que se de espontáneamente. Intentar forzar una relación para que este ideal se produzca no va a arreglar las cosas, las va a empeorar. Entonces ¿Qué puede hacer una persona si se casó con un mudo emocional? Digo mudo emocional, porque no habla o no puede hablar de sus emociones ni de su mundo interior.No hay recetas, estas son sugerencias lo que voy a escribir es lo que he recogido en la bibliografía y en mi propia experiencia asesorando parejas.Tú cónyuge no es tú. No intentes cambiar a tu cónyuge. Si él o ella no habla de sus emociones por más que tú intentes que lo haga no lo hará. La otra persona no va a cambiar, y no porque no ame a su cónyuge, no lo hará porque son miles las razones de por qué él o ella actúa de ese modo y por más razones que el cónyuge que habla esgrima y trate de convencerlo este o esta no va a cambiar. El o ella ama en silencio, como lo hace un apersona muda casada con una persona hablante.Aprende que amar es aceptar al otro tal como es. No hay nada que tenga más valor y reconocimiento en una persona que darse cuenta que está siendo amado tal como es. En este punto es bueno recordar que fue esta persona la que el cónyuge que ahora desea cambiarlo fue el que escogió. Vio en él o ella algo que pensó lo haría feliz y ahora desea cambiar. Las diferencias atraen, pero no mantienen dicen los terapeutas, pero sí lo hace la aceptación. Los cristianos creemos que la elección del cónyuge también forma parte del plan divino para la vida, por lo tanto acepta a tu cónyuge mudo emocional como la voluntad del Señor para ti. Puede parecer contradictorio, pero es así, ¡aún si piensas que te equivocaste! Dios puede cambiar todo y cumplir sus propósitos si el creyente en humildad acepta la voluntad del Señor. Esto no es resignación, es fe viva, creyendo y aceptando que alguien superior a uno puedo dirigir y aún torcer situaciones a fin de que vivamos en santidad y en comunión con él.No se amargue. Intentar cambiar al cónyuge trae una de las peores cosas, la amargura. Sentir que no se puede ser feliz si la otra persona no cambia. Pensar “si él hablara más” “Si ella no fuera tan introvertida” “Yo sería feliz si él o ella hiciera tal o cual cosa” es la forma más rápida para ser infeliz. Se puede ser feliz aunque uno de los cónyuges no hable. No hablar no es sinónimo de no amar. Si este silencio no trae otros conflictos asociados se puede ser feliz. Tal vez pocas veces el cónyuge que “sufre” va a escuchar un “TE AMO” claro y rotundo, pero eso no significa que el cónyuge no ame. La amargura muchas veces no proviene del tipo de pareja que somos, sino que es resultado del tipo de pareja que nos gustaría ser y que nunca podemos ser. La amargura es el resultado de los sueños insatisfechos, no de la realidad. Esa mujer, ese hombre, ¡esa es tu felicidad! No el tipo de mujer u hombre que estás esperando que sea. El tiempo pasa muy rápido y lo que no vivas en el aquí y ahora será tiempo perdido.Aprenda a descubrir el lenguaje que tu cónyuge usa. El que no hable abiertamente no quiere decir que no habla, lo hace de muchas maneras, debes ser capaz de descubrirlo. Todos usamos distintos lenguajes, no solo el verbal. Algunos se expresan abiertamente, con palabras y abrazos y besos. Hay otras personas que no expresan físicamente sus emociones, pero igual vibran. Otras personas expresan sus sentimientos a través de las atenciones, otras preparan una comida rica o especial, otras regalan un perfume, otras se muestran sexualmente más dispuestas, otros asumen una postura protectora. Otros viven pendientes de arreglar la casa, de que ningún artefacto se descomponga. Si esto ocurre, corren a repararlo. Esta es su manera de decir te amo, quiero que estés cómoda. Otros compran y compran, etc. No intentes cambiar a tu cónyuge, acéptalo tal como es, no se amargue, identifique su tipo de lenguaje emocional. Esto ayudará a crecer, erradique la crítica, el descontento, la ira. La aceptación hace milagros. Pruebe. No hace faltaNo hace falta que me mires/no hace falta que lo digasno hace falta que me expliques/cuando lloras o te ríesno hace falta decir/que me quiero morir a tu ladoTe amo.No hace falta que te quedes/no hace falta que te insistano hace falta que te llore/si nos vemos arriba,no hace falta decir/que me quiero morir a tu ladoTe amo.No hace falta que soñemos/que es mentira que no existela muerte cuando hay amor/esta misma historia continúasolo cambia el escenario/en la escena del amor. No hace falta que te mienta/no hace falta que lo pidasno hace falta que me extrañes/si te encontraré algún día,no hace falta decir/que me quiero morir a tu ladoTe amo.No hace falta que soñemos/que es mentira que no existela muerte cuando hay amor/esta misma historia continúasolo cambia el escenario/en la escena del amor.No hace falta que te insista/no hace falta que te lloresi nos vemos arriba,/no hace falta decirque me quiero morir a tu ladoTe amo.

1 comentario:

  1. Un saludo afectuoso al amigo o amiga de la costa oeste de Africa. Me gustaría conocerte. ¿Podrías escribirme un comentario?
    Atentamente
    Juan E. Barrera

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