lunes, 13 de junio de 2022

El sentido en nuestra cultura

El sentido en nuestra cultura

¿Nuestra cultura actual, carece de sentido? Este punto lo voy a volver a tocar en otro capítulo hablando del sufrimiento en nuestra cultura actual. En este punto sometamos esta pregunta a los tres significados citados respecto de la definición de sentido. ¿El mundo moderno se mueve y sabe en qué dirección lo hace, avanza sabiendo a dónde se mueve con una dirección fija, o está rodeado de luces, de ruidos, pero avanza a tropezones y ya olvidó de donde viene o nunca lo ha sabido? Al parecer su destino se hace cada vez más confuso, entre ideologías, luchas de poder y el amor al dinero. Hay acuerdo en que crisis es la palabra que define la cultura actual. Es una crisis ideológica, moral, económica, demográfica. Galisteo Gámez escribe: ”La crisis de la modernidad hace referencia a la crisis de un paradigma, de una concepción de la realidad, de la historia, del hombre, de las relaciones sociales, etc. del que se toma conciencia a finales del siglo XVII, pero que empezó a fraguarse a finales del siglo XV. Tras cinco siglos, se dice que la modernidad ha entrado en crisis, que ha dado de sí todo lo que tenía que dar. A este respecto hay quien piensa que habría que reformar el paradigma, básicamente superar lo negativo y quedarnos con lo positivo. Otros, creen que la concepción moderna era equivocada desde el primer día y que más nos valdría romper con todo y empezar de nuevo.” ( )
Según la definición de significación, la vida moderna carece de significado, es un mundo que cuesta leer, que se hace difícil entender el significado de lo escrito. La vida se lee una y otra vez pero no se entiende lo que se lee. Podrían haber pasajes más claros que otros, luces que indicarían el significado de las cosas triviales y vitales, pero tal vez la vida moderna se interprete como lo hace un borracho tratando de comprender un texto difícil. Puede hacer su mejor intento, pero no lo logrará. Su estado metal no se lo permite. 
En el sentido de conexión el mundo moderno, al parecer, tampoco entrega un sentido. Hay desconexión en todos los niveles de la vida. La atomización es una característica de nuestra sociedad, producto del individualismo, de un estilo de vida egocéntrico, centrado en el yo. Hay muchísimas personas que no logran conectar los acontecimientos de su vida, ni de su pasado, ni de su presente. La vida no tiene significado para ellos, no son capaces de leer su propia vida. 
He compartido con los alumnos en la universidad más de una vez, en mis clases, un discurso que Steve Jobs ( ) realizó en la graduación en la Universidad de Stanford en el año 2005 en el que a través de tres historias de su vida abarca tres tópicos: uniendo los puntos, el amor y la pérdida y la muerte. Dice Jobs en este discurso que los puntos se unen solo al mirar hacia atrás. Al vivir la vida, enfrentar las dificultades, el sufrimiento, las adversidades, no se suelen ver las conexiones, luego de esto, al pasar de los años, al examinar puntos y acontecimientos aparentemente diversos y no conectados, se puede encontrar los puntos de unión o conexión. La sociedad actual no los encuentra. La pregunta por el sentido de la vida abarca muchos matices que no es posible incluir en un solo capítulo. Son muchos los aspectos a revisar, por tal razón voy a intentar avocarme solo a su relación con el sufrimiento, dejando de lado otros puntos, quizás fundamentales pero que escapan al objetivo de este capítulo y que quizá dan lugar a otro libro dedicado solo a este tema. La pregunta por el sentido es una pregunta fundamental pues mueve la existencia de la persona. El sentido es el para qué vivo mi vida, ¿Vale la pena vivir? Esta pregunta se la hace un empresario exitoso sentado en su cómoda oficina en el sector alto de la comuna de Santiago de Chile, se la hace el prisionero en un campo de concentración nazi, un adolescente sirio en medio del terror, el enfermo que postrado mirando desde su ventana una parte del patio en el que antes jugó o pasó tiempo con su familia. Se la hace la mujer golpeada por quien tendría que amarla y cuidarla. La razón de hacerse esta pregunta es que preguntarnos ¿Por qué? forma parte de la vida humana en sus muchas dimensiones. Esta pregunta por el sentido de la vida surge especialmente en determinadas circunstancias que consideramos absurdas: la muerte de una madre con hijos pequeños, el abandono del cónyuge sin motivos aparentes, el nacimiento de un hijo con limitaciones importantes, la muerte de un niño, un desastre natural, un atentado, etc. También aparece en situaciones de mucha satisfacción, donde la persona experimenta muchos placeres, mucha abundancia, pero no encuentra satisfacción en ello y le surge la pregunta acerca de cuál es el verdadero propósito de la vida.

lunes, 6 de junio de 2022

Sufrimiento y sentido de la vida

 

Sufrimiento y sentido de la vida 


 En las profundidades de un denso bosque vivía un lémur que se había    apartado de los más porque consideraba que muchos lémures eran falsos, envidiosos y mentirosos. Esta     situación le obligó a sentirse muy solo. Por ese motivo una mañana se despertó y salió de su casita a buscarle un sentido a la vida. Caminando por el bosque con la cabeza cabizbaja,  el lémur escucha el canto de un pájaro y se acerca a preguntar: _ ¿Cuál es el sentido de la vida? y éste le responde: _ El sentido de la vida es expresar tus emociones a través del canto. Más adelante una oveja le dijo: _El sentido de la vida es ayudar a los demás. Luego un león continuó diciendo: _ El sentido de la vida es disfrutar de la comida y la bebida. Conforme iba avanzando un tigre exclamó: _ ¡El sentido de la vida es ser feliz y hacer feliz a los demás! En seguida un burro gritó: _ El sentido de la vida es disfrutar del trabajo. Más adelante un camaleón que llevaba varias horas aburrido en la rama de un árbol concluyó:   ¡La vida no tiene sentido! Desconsolado, el lémur se arrimó al tronco de un            árbol y en ese momento una mariposa que estaba bebiendo néctar sentada sobre los pétalos de una rosa se apresuró a decirle: _ ¡El sentido de la vida es el amor; porque el amor da sentido a todas las cosas! Desde ese momento el lémur decidió amar. Poco a poco  comenzó a integrarse de tal manera que en los días de frío se acurrucaba junto a los demás formando una bola de lémures para conservar el calor. 

                                                                                                         María Abreu

El sentido de la vida y el sentido del sufrimiento son dos grandes preguntas que se relacionan y que han inquietado a filósofos y teólogos desde siempre. Hay que clarificar que se entiende por sentido y si este es realmente una necesidad para el hombre de hoy o fue una preocupación solo para los hombres en el pasado o solo para aquellos que enfrentan grandes adversidades. Si el sentido continúa sigue siendo importante para el hombre de hoy debemos preguntarnos ¿Se puede conseguir ese sentido, ese propósito? ¿Hay maneras de encontrar el sentido a la vida? Si la vida no tiene sentido, tampoco lo tiene el sufrimiento, pero si la vida tiene sentido, entonces el sufrimiento, como parte de la vida también debe tenerlo. Qué es el sentido Entendamos a que nos referimos cuando hablamos de sentido. Algunas connotaciones de la palabra sentido podrían arrojar un poco más de luz acerca de nuestro tema. Se entiende como sentido una finalidad o dirección. “Se habla así por ejemplo del “sentido” de la marcha de una carretera. Es, por tanto, la meta de un movimiento”. La vida debe tener una dirección, se debe dirigir a, su movimiento debe tener un propósito. También encierra la idea de significación. “se puede decir que el mundo se convierte en un “gran libro”, cuya lectura requiere conocer las significaciones o sentidos de cada cosa y de cada acontecimiento. Cuando la “lectura” se hace difícil, el mundo y la vida aparecen como “carentes de sentido”. Sentido también conlleva la idea de conexión. “las cosas y los acontecimientos constituyen una red de relaciones: esta red es justamente, lo que llamamos “mundo”. Y así, nada adquiere un pleno sentido si se lo aísla del resto. Es decir el sentido consiste también en el nexo de las cosas con otras. La falta de sentido entonces es una falta de conexión. Yo entiendo por sentido de vida, que esta tiene un significado, un propósito, un para qué, una razón y que esto se convierte en un cimiento básico para edificarla. Este significado puede permanecer implícito o se puede hacer explícito. Es el fundamento sobre el que se edifica la auto imagen, el sentido vocacional, las relaciones, la trascendencia, la espiritualidad y trae alegría o serenidad a la persona independiente de las circunstancias.

lunes, 30 de mayo de 2022

El sufrimiento y el arte II

 El sufrimiento y el arte    II                                                                      

La ópera

La ópera nació en Italia hace un poco más de cuatro siglos y es por excelencia una muestra de emociones. De acuerdo con Fierro[1] son 10 las óperas más famosas de la historia: La Traviata, Tosca, La flauta mágica, La bohème, Carmen, Las bodas de Fígaro, Rigoletto, Madame Butterfly, Don Giovanni, El barbero de Sevilla y en ellas se puede apreciar el sufrimiento causado por el amor, por las traiciones, crímenes, desamores, etc.

En la música popular

Goldsmiths, una escuela de la Universidad de Londres especializada en enseñanza e investigación de disciplinas creativas y culturales, investigó cuál es la canción más popular de la historia. Después de revisar canciones  de listas de diferentes medios y ver qué tenían en común, realizaron un estudio analítico tomando en cuenta la letra, los coros, los acordes y timbres, concluyó que la canción más icónica es “Smells Like Teen Spirit” de la banda Nirvana que habla de la rebelión juvenil, el segundo lugar lo ocupó Imagine de Jhon Lennon que habla de cómo sería un mundo sin sufrimiento, otra canción seleccionada es Bohemian Rhapsody, de la banda inglesa Queen que es un relato dramático de un hombre a su madre acerca de cómo asesinó a otra persona y otra canción aun habla de la constante insatisfacción de la vida. I Can’t Get No Satisfaction, de los Rolling Stones

También son conocidas algunas bandas de rock por sus temáticas depresivas pertenecientes al estilo  Black Doom o Depressive Black metal.

 En la música popular el sufrimiento ha estado siempre presente, desde el tango, pasando por los boleros y las baladas de amor y desamor que venden millones de copias.

La música urbana es otro reflejo de música y sufrimiento con sus fuertes temáticas sociales de violencia, sexo, drogas, injusticias, etc.

 El sufrimiento en la literatura

El sufrimiento siempre ha estado presente en la literatura, y quiero destacar de manera especial la literatura rusa y en ellas dos autores,  Fedor Dostiesvsky y Alexander Solzhenitsyn.

Fernández-Blanco (2028) escribe sobre Crimen y castigo: “En ella, aborda la historia de un joven asesino que se ve incapaz de superar los remordimientos, y en la que se muestran algunas de las características que harán de Dostoievski un autor único. A través de su protagonista, Raskolnikov, realiza una incisiva observación psicológica, en la que desarrolla sus tesis religiosas y filosóficas, así como la idea de la redención a través del sufrimiento.”

Es difícil no relacionar el tema de su literatura con la vida misma de Dostoiesvsky, marcada por el dolor y el sufrimiento, preso en el gulag rusa, el campo de concentración, rechazado, con carencias emocionales y económicas.

Sus otras novelas, Los hermanos Karamasov, El Príncipe idiota, El jugador, también abordan el tema del sufrimiento.

Alexander Solzhenitsyn

¿Dónde radica, exactamente, la grandeza literaria de Solzhenitsyn? Esta pregunta se la hace Ernesto Hernández Busto,[2] poeta cubano en el año 2018 y se responde a sí mismo.

“La clave hay que buscarla en el subtítulo del Archipiélago Gulag, "ensayo de investigación literaria" y en la pequeña nota que le sigue: "En este libro no hay personajes ni hechos imaginarios. Las personas y los lugares aparecen con sus propios nombres (...)". El proyecto de una novela sin ficción, una novela que obedece a la idea ortodoxa de "dar testimonio" del sufrimiento, de dejar para los otros al menos la huella del dolor padecido completa la maldición histórica del escritor ruso, encadenado a esa encarnación rusa de la voluntad de poder que es el starets, el Gran Inquisidor. Del Dostoievsky de Recuerdos de la casa de los muertos hasta la Svetlana Aleksiévich de Voces de Chernóbil, la idea de explorar sin ficción los polos de la crueldad humana reviste el aura de un renacimiento espiritual, de un acto de purificación. En el caso de Solzhenitsyn, esta suerte de expiación revistió también un espectacular trabajo con el idioma: rescató para la lengua rusa miles de palabras que no estaban en los diccionarios.”

Como con  Dostiesvky, con Solzhenitsyn tampoco se puede separar el hombre de su obra. Preso en un gulag en Siberia por el gobierno comunista ruso, abandonado, desacreditado, difamado, deshonrado, confinado, pasando por tiempo de hambre y mucho frío sabe bien de lo que escribe cuando habla del sufrimiento.

Podríamos agregar más movimientos y nombres literarios, porque el tema no se agota aquí, pero eso escapa al propósito de este capítulo aunque no se puede dejar de citar a la generación maldita: Charles Baudelaire, Jean Rimbaud, Paul-Marie Verlaine, Stéphane Mallarmé

 El sufrimiento en el cine

El siglo XX aporta una herramienta artística invaluable para reflejar el dolor, el cine. Nutriéndose de la dura realidad y de la mejor literatura el cine ha realizado grandes aportes respecto del sufrimiento con obras verdaderamente magistrales.

Rodriguez Paniso [3]escribió “El cine ha dado expresión fílmica al fenómeno del dolor humano en todas sus formas y en toda su hondura, pues junto con el amor, la verdad y el bien, es una de esas dimensiones ineludibles de la existencia humana.”

-El dolor de la enfermedad y de la muerte.  “Wit y el soneto sagrado de Donne” (2001)

-El dolor inherente a la experiencia moral. “Roma, ciudad abierta” (1945) Roberto Rossellini.

-El dolor causado por la guerra. “Rescatando al soldado Ryan” (1998). 

-El dolor por la experiencia de la maldad en cuanto tal. “La lista de Schindler” (1993) Steven Spielberg.

-El dolor de los diferentes. “El hombre elefante” (1980) David Lynch.

Tampoco se pueden obviar filmes como:

1. El precio de la felicidad. (1983)- Bruce Beresford

2. En búsqueda de la felicidad (  2006 )- Gabriele Muccino

3. El color púrpura (1985)- Steven Spielberg

4. Extraordinario (2017)-Stephen Chbosky

5. Mi pie izquierdo: (1989)-Jim Sheridan

 En este capítulo hemos visto como el sufrimiento siempre ha estado presente en la historia del hombre. Hay evidencias en el mundo antiguo y de como las religiones, siempre presentes, intentan dar una explicación al problema del sufrimiento. En el mundo contemporáneo vemos la presencia del dolor y algunas diferencias con otras culturas anteriores. La cultura actual niega el sufrimiento, lo reprime, lo priva de su rol, lo reprime. Las artes, sin embargo, son un espejo de la presencia del sufrimiento en la vida del hombre y el vehículo para representarlo, expresarlo y elaborarlo. La pintura, la música, el cine y de manera especial la literatura reflejan las experiencias de dolor y sufrimiento. Estas expresiones artísticas dan sentido a la vida de sus autores y de quienes aprecian sus obras. El sentido de la vida y el sufrimiento es un gran tema para abordar.



[1] https://carteleradeteatro.mx/author/gina/

[2]

[3] La representación del dolor en el cine. ESCRITO POR: PEDRO RODRÍGUEZ PANIZO

Septiembre - Octubre 2012. http://www.revista-critica.com/la-revista/monografico/enfoque/393-la-representacion-del-dolor-en-el-cine. Bajado el 20/10/2021


lunes, 16 de mayo de 2022

El sufrimiento en las religiones y en el arte

 El sufrimiento en las religiones y en el arte


Religiones animistas

En la gran variedad de religiones, sin un corpus escrito o una teología específica, de trasfondo animista, el tema del sufrimiento queda reducido al mundo de los espíritus. Esta visión de la vida atribuye, como muchas otras situaciones, el origen del sufrimiento a los espíritus, quienes son los causantes de las enfermedades y del sufrimiento. Para estos pueblos la solución radicaba en la identificación de los espíritus ofendidos, la intervención mágica del chamán y la expulsión si es necesario de los espíritus causantes del dolor y sufrimiento, a través de rituales y pócimas naturales.

 El Hinduismo[1]

Hinduismo. Lo primero que es necesario decir es que el hinduismo no es una religión… es una auténtica ‘familia de religiones’, emparentadas entre sí y que se reconocen como parte de una misma tradición nacida de la experiencia milenaria escrita en los vedas que son “las escrituras con mayor autoridad y más antiguas en India. Proclamadas como la VOZ del Señor, oídas por los reyes antiguos, son sagradas para millones de personas alrededor del mundo, quienes las cantan con gran reverencia, atención y detalle.”[2]

 

En el hinduismo, la causa del sufrimiento es el "karma", que se origina como consecuencia de las acciones malas que se han cometido en la vida presente o en anteriores reencarnaciones. Se libera alguien del "karma" mediante el conocimiento de la verdad y el anuncio de la palabra de Dios. Dios es el remedio. Paralelamente, se mencionan otras causas del dolor, que son:  los dioses, el mundo, la ignorancia y el sufrimiento.[3]

 Budismo. 

Siddharta, el Buda, nace en el mundo de ideas del hinduismo y asume la cosmovisión propia de éste, incluyendo los conceptos de samsara y de karma, pero lo asume con características propias.

En el budismo, el problema del dolor se expresa en "las cuatro nobles verdades": 

1) Todo es sufrimiento. 2) Su causa es la pasión-ansiedad egoísta. 3) Sólo el nirvana puede eliminar la causa, ya en esta vida, pero será plena en el futuro. 4) El sendero que conduce al nirvana es "la óctuple rectitud": esto es, la rectitud de visión, de pensamiento, de palabra, de acción, de vida, de esfuerzo, de atención, y de meditación.[4]

 El Islam

Toda teología islámica aborda el concepto del Qadar, el ‘decreto eterno de Dios’. Dios, en su omnipotencia suprema, ha decretado el destino del mundo, de la historia y de cada ser humano concreto. Dios no ha creado el mundo y se ha apartado de él, dejándole autonomía, sino que lo ‘recrea’ a cada segundo, por lo que cada instante se fundamenta absolutamente en Dios. Todo acontecimiento histórico y personal tiene, así, su raíz primera en Dios, incluido el sufrimiento. Nada sucede si no es su voluntad y, por tanto, es deber religioso acatar esta voluntad aunque incluya el sufrimiento.[5]

 El judaísmo

En el judaísmo antiguo el sufrimiento se relaciona con lo que se ha llamado la doctrina de la Retribución. El bueno recibe cosas buenas, el malo recibe cosas malas. El sufrimiento es el resultado de las acciones de las personas. Esta doctrina queda de manifiesto en algunas de las preguntas que los discípulos le hacen a Jesús respecto de un hombre ciego: ¿Quién pecó, este o sus padres?, también lo vemos en la respuesta de Jesús respecto de unos galileos de quienes Pilato había abusado.[6]

El Cristianismo

En el cristianismo el sufrimiento abarca muchos aspectos, que de alguna forma voy a tocar en los próximos capítulos. A modo de resumen podemos decir que:

Dios no es el autor del sufrimiento sino que este es el resultado de la capacidad humana para elegir entre el bien y el mal. En algunas ocasiones, de manera especial en su trato con Israel en el Antiguo Testamento, Dios envía sufrimiento y lo usa para sus planes, otras veces lo usa como un castigo buscando el arrepentimiento y la obediencia de Israel. En el Nuevo Testamento Dios usa la adversidad para llevar a cabo sus planes. Jesús de Nazaret es el siervo sufriente, “experimentado en quebranto” quien carga en la cruz el dolor y el sufrimiento de quienes creen en él y enseña al cristiano como enfrentar el sufrimiento. En el futuro, el sufrimiento desaparecerá, Dios lo quitará “enjugará toda lágrima” de los hombres.

 El sufrimiento en el arte

Un excelente resumen de la historia humana está reflejado en el arte y sus diferentes disciplinas, por lo que hacer un resumen a través de las distintas expresiones artísticas será una buena manera  de ver el sufrimiento desde distintas perspectivas.

Lamprea Barragán y Pimentel Rivera [7] escriben:

“Se puede afirmar que en el arte se da lugar a la representación, permitiendo poner en la obra creada las vivencias internas, y esto en palabras de Brainsky (1997), evitaría la generación de síntomas de la enfermedad. El arte le permite al sujeto entrar en contacto consigo mismo, le permite dialogar con su dolor y su conflicto y por medio de la fantasía lo favorece para que minimice el displacer generado por el principio de realidad. Justamente es esa fantasía la que le  permite al sujeto generar un vínculo entre el mundo externo y el mundo interno. Pues bien, desde la fantasía se acerca al mundo externo y lo captura pero de la misma manera logra poner en los contenidos artísticos lo que sucede en el mundo interno, permitiéndole al sujeto de una u otra manera recuperar algo de lo que ha perdido.”

Veamos un ejemplo de lo que acabamos de leer:

            La cebolla es escarcha/cerrada y pobre. /Escarcha de tus días/y de mis noches.

Hambre y cebolla, /hielo negro y escarcha/grande y redonda.

En la cuna del hambre/mi niño estaba. /Con sangre de cebolla/se amamantaba.

Pero tu sangre, /escarchada de azúcar, /cebolla y hambre.

Una mujer morena/resuelta en luna/se derrama hilo a hilo/sobre la cuna.

Ríete, niño, /que te traigo la luna/cuando es preciso.

(Nanas de la cebolla, Miguel Hernández)


Esta es la primera estrofa del poema Nanas de la cebolla escrito por Miguel Hernández, poeta español, amigo de Neruda, pastor de cabras en su juventud, escrito desde la cárcel de Torrijos en Madrid, preso del dictador Franco. La historia del poema es un buen ejemplo de como la creatividad surge en medio del sufrimiento. Su esposa Josefina Manresa le escribe una carta contándole que las cosas marchan tan mal que solo tienen para comer ella y su hijo Manolín cebollas, y Hernández le responde con este poema escrito en una servilleta.

En 1941, fue trasladado al reformatorio de Adultos de Alicante, donde compartió celda con Buero Vallejo. Allí enfermó. Padeció primero bronquitis y luego tifus, que se le complicó con tuberculosis. Falleció en la enfermería de la prisión alicantina a las 5:32 de la mañana del 28 de marzo de 1942, con tan sólo 31 años de edad.

Podemos encontrar en la historia reciente muchos otros ejemplos acerca de lo mismo. El sufrimiento torna a la persona más introspectiva, más sensible, más abierta a experiencias distintas que canaliza a través del arte. Es imposible no recordar a Beethoven, de padre alcohólico, madre enferma (quizás con retardo, piensan algunos) problema auditivos a los treinta años, pobreza, o a Frida Kahlo con polio, su accidente, sus problemas crónicos de dolor en su espalda o Hemingway y sus trastornos mentales y niñez tortuosa.

El arte en general puede relacionarse de dos maneras con el sufrimiento, en primer lugar lo ocupa la representación del sufrimiento. López-maya, Lina-Manjarrez, Lina-López (2014)  hacen un excelente resumen.[8]

El dolor en la mitología, representado en el mito de Prometeo encadenado por haber entregado el fuego a los hombres y es castigado por los dioses y es encadenado de por vida a una roca y es expuesto de manera constante a un buitre que le come el hígado.

En la escultura se menciona la estatua de Laconte, sacerdote de Apolo en la ciudad de Troya que es ahogado junto a sus hijos por dos serpientes monstruosas. Otro ejemplo es el Fedón de Platón acerca de la muerte de Sócrates, representación que intenta mostrar como el dolor y el placer nacen el uno del otro.

En el teatro también está presente el tema del dolor. El teatro nace como expresión de la tragedia. Las obras clásicas de Eurípides abordan este tema. Un ejemplo es Medea y Electra.

Desde la cristiandad también se aborda el tema del dolor. La expulsión de Adán y Eva de Masaccio, el martirio también ha sido otro de los temas religiosos en la literatura y en las Artes Plásticas cristiana, el martirio de Cristo, el martirio de los santos.

El dolor espiritual también está presente en obras como La negación de Pedro. La representación del dolor como instancia de dolor y castigo también está presente en el arte cristiano, baste mencionar a Dante Alighieri.

El Apocalipsis y el dolor que él representa también están presentes en el arte cristiano como en “El juicio final”. “Las escenas que plasman este momento bíblico muestran los hombres divididos claramente en dos grupos: los bienaventurados a un lado, los cuales se dirigen ordenadamente hacia las puerta del cielo y los condenados, que en medio del caos y el desorden son recibidos en el infierno por demonios que los atormentan y les hacen sufrir severos castigos. De esta manera, la aflicción moral que sufren por haber sido condenados al infierno se ve acrecentada por el dolor físico al que son sometidos”

En el tiempo actual se puede destacar la obra de Guayasamín, orientada hacia el humanismo y su obra El grito que expresa el dolor de una parte de la humanidad. “Mi pintura es de dos mundos-dijo Guayasamín. De piel para adentro es un grito contra el racismo y la pobreza; de piel para fuera es la síntesis del tiempo que me ha tocado vivir”

La pintora mejicana Frida Khalo, a quien ya mencioné, es otro ejemplo de la representación y elaboración del sufrimiento. Sufrió poliomielitis, tuvo distintas enfermedades, lesiones e intervenciones quirúrgicas. En 1917 sufre un accidente de tránsito que le deja secuelas permanentes en la columna vertebral, además del cuello y pelvis. Parte de la estructura metálica le perforó el vientre. Tuvo en total 32 operaciones y tuvo que usar forzadamente diversos tipos de corsés y aparatos para estirar el cuerpo. En los últimos años de su vida, producto de una gangrena le amputan una de sus piernas a la altura de la rodilla y hace reiterados intentos de suicidio. Al sufrimiento físico que experimentó se debe agregar además una relación de pareja inestable y tóxica con el muralista Diego Rivera, llena de infidelidades por ambas partes, un divorcio y un posterior nuevo matrimonio.

Alguien,( )[9] hablando de la obra de Kahlo escribió «Es imposible separar la vida y obra de esta persona... sus pinturas son su biografía».

Entre sus pinturas más renombradas y en las que todas abordan el tema del dolor, soledad y sufrimiento se pueden mencionar: “La columna rota”, “Ella juega sola”, “Cuatro habitantes de Ciudad de México”.

María Elena Ruiz- Tagle es una pintora chilena. Nacida en Papudo, pintó un cuadro que tituló “Los colores del dolor”. Este cuadro representa el dolor de la artista que sufrió lesiones graves a la médula.

Piet Mondrian, pintor,  nació el 7 de marzo de 1872 en Ámsterdam, proviene de una familia calvinista. Este dato podría ser importante para interpretar la búsqueda de espiritualidad y de lo absoluto en sus pinturas, a las que él llamaba composiciones.

“El arte de Mondrian siempre estuvo íntimamente relacionado con sus estudios espirituales y filosóficos. A partir de 1908, se interesó por el movimiento teosófico fundado por Helena Petrovna Blavatsky a finales del siglo XIX. Blavatsky creía que era posible lograr un conocimiento de la naturaleza más profundo que el proporcionado únicamente por los medios empíricos, y mucho del trabajo de Mondrian del resto de su vida estuvo inspirado por la búsqueda de ese supuesto conocimiento esencial. Una frase suya lo explica: «Solo cuando estemos en lo real absoluto el arte no será ya más necesario».”([10] )

Caso aparte lo constituye la obra de Rembrandt. Por la empatía con que retrató la condición humana, ha sido considerado «uno de los grandes profetas de la civilización».[11] Sus auto retratos son una biografía del dolor que experimentó en vida.  Se casó con una prima, su hijo Rombertus murió a los dos meses de su nacimiento, en 1635, y luego su hija Cornelia murió a las tres semanas de edad, en 1638. Para empeorar aún más su situación, en 1640 el matrimonio tuvo una segunda hija, a la que también llamaron Cornelia, y que falleció al mes. Solo su cuarto hijo, Titus van Rijn (nacido en 1641) llegó a alcanzar la madurez. Saskia, su esposa como corolario a la pena de Rembrandt fallece en 1642, al poco tiempo del parto de Titus, probablemente por una tuberculosis.

En la música  Ilich tchaikovsky  también merece una mención, pues a pesar de experimentar varios éxitos, recordemos el Lago de Los Cisnes, Cascanueces, y otras grandes obras nunca tuvo mucha confianza en sí mismo y en su vida experimentó variadas crisis y largos períodos de depresión. Era homosexual y no podía confesarlo por las restricciones de la época en Rusia y tuvo un matrimonio que no resultó con Antonina Miliukova en 1877, que no alcanzó  a durar un mes. Tuvo una agitada vida personal, y murió repentinamente  a los cincuenta y tres años en el año 1893, muerte que se le atribuye al cólera, pero hay quienes piensan que fue un suicidio.

Halina Olomucki pintora judía del holocausto, fue enviada a Auschwitz-Birkenau como prisionera con el número 48652. Algunos de los prisioneros del campo trabajaban en la industria textil, pero Olomucki no tenía talento para ello y le ordenaron que continuara

pintando. La enviaron a los alemanes, que le encargaron diversas obras. En pago recibía alimentos más sustanciosos --pan y queso-- y ella cree que eso le permitió sobrevivir. Las prisioneras también le pedían, a veces hasta le rogaban, que las retratara, o que retratara a sus hijas, con la idea de que ésta podría ser la última oportunidad de ser recordadas. Estaban seguras de que, a diferencia de ellas, Olomucki sobreviviría, ya que ella era artista. Le pidieron que sacara del campo las obras de arte escondidas y las llevara al "mundo exterior" después de su liberación.

Olomucki ha dicho que las caras de las prisioneras estaban tan profundamente grabadas en su memoria que podía dibujarlas aún años después. “Si alguna vez hago una muestra, siempre exhibiré algunas pinturas, algunos retratos de estas mujeres [...] porque éste es el compromiso que he asumido, que siempre las hijas de esas mujeres estarán allá, como me lo pidieron cuando estábamos en Birkenau.” De Auschwitz fue forzada a la Marcha de la Muerte, que comenzó el 18 de enero de 1945. El grupo llegó al campo de Ravensbrück y de allí Olomucki fue transferida al campo de Neustadt, de donde la liberaron los aliados.[12]

 



[1] El dolor y el sufrimiento en las grandes religiones ESCRITO POR: JOSÉ MARÍA PÉREZ-SOBA DÍEZ DEL CORRAL Septiembre - Octubre 2012. Revista crítica. Bajado de http://www.revista-critica.com/la-revista/monografico/analisis/389-el-dolor-y-el-sufrimiento-en-las-grandes-religiones#:~:text=Por%20ello%2C%20la%20realidad%20existencial%20del%20dolor%20y,pero%20el%20dolor%20y%20el%20sufrimiento%20siguen%20existiendo.el 17/10/2021

[4]  Op Cit

[5] El dolor y el sufrimiento en las grandes religiones JOSÉ MARÍA PÉREZ-SOBA DÍEZ DEL CORRAL Septiembre - Octubre 2012 en http://www.revista-critica.com/la-revista/monografico/analisis/389-el-dolor-y-el-sufrimiento-en-las-grandes-religiones. 17/01/2022

[6] Juan 9:2, Lucas 13: 1-2 Biblia RVR 1960

[7]

[8]

[9]

lunes, 9 de mayo de 2022

El sufrimiento en la cultura actual

El sufrimiento en la cultura actual

La negación de la muerte

Pierre Chaunu, un historiador de las culturas en la Universidad de París, a quien cité en mi libro Tengo un hijo en el cielo, escribe:

“Al no poder expulsar a la muerte de nuestra vida, se ha decretado que es vergonzosa, que es indigna de nosotros, que debemos arrojarla de nuestra mente. La han excomulgado porque pone en crisis todas las culturas hegemónicas de nuestro tiempo. Como no han podido hacerle sitio, la han ocultado, proscrito y prohibido.”[1]

La muerte se esconde y se niega. Se esconde porque resulta muy incómodo hablar del tema y más aún participar de una situación relacionada. Una vez hace ya varios años, entré a la UCI de un hospital a despedirme de una compañera de trabajo aquejada de un cáncer terminal. Tuve que pedir una autorización especial para verla. Estaba inconsciente, me acerqué a ella y con mucho cariño le dirigí unas palabras. Podía oír los latidos de mi corazón entre los ruidos de las máquinas. Reinaba un silencio tremendo en la sala. Los pacientes estaban aislados, solos, el personal médico hablaba casi en susurros. Era la presencia de la muerte lo que sobrecogía. Mi colega partió de este mundo pocas horas después de mi visita.

En el pasado las personas morían rodeadas de sus seres queridos en su hogar. Tenían tiempo para conversar, reconciliarse, disfrutar del último tiempo con sus familiares. Los abuelos se despedían de sus nietos y la muerte era vista con cierta naturalidad. Algunos pedían levantarse de la cama, si podían hacerlo y recorrer por última vez su propia casa, se despedían de todos y luego marchaban. Hoy muchísimas personas mueren solas en la sala de un hospital. Recuerdo con mucho cariño a una señora muy agradable cuya parte de su sufrimiento es no haber estado con su hija, su única y adorable hija cuando esta partió aparentemente solita.

 

-Luego de tres meses, un atardecer, cuando ya quedaba muy poca luz del día, nos llamó a los dos a su cuarto donde pasó el último tiempo en cama. Partimos corriendo sin saber lo que pasaba y entramos asustados a la pieza. La encontramos tranquila sentada en la cama, pero nos hizo señas con la mano para que nos acercáramos y con voz muy suave, le dijo a mi papá-mi amor, el tiempo ha llegado-comenzamos a llorar con mi papá. –No lloren, mis amores-dijo ella. Tómenme del brazo, uno a cada lado y llévenme a pasear por última vez a nuestra casa.-La tomamos como pudimos entre los dos porque estaba muy débil y muy flaca. Le pusimos su bata favorita y la sacamos a pasear por la casa. Entramos a la cocina, luego fuimos al comedor, observó el sofá vacío del living. Quiso entrar al baño, después fuimos a mi pieza. Tocó por última vez mis cosas, acarició mi cama con ambas manos y besó una foto nuestra que yo tenía sobre mi velador y luego volvimos a su dormitorio.-Mi amor, esto parece que fuera mentira, parece un sueño, mi niña, mi dulce niña, no tengas miedo, sé fuerte. La acostamos en la cama con mucho cuidado y acomodamos una almohada en su espalda. Respiraba con esfuerzo, pero estaba tranquila. Miró a mi papá y le dijo:–Adiós, mi amor – siempre te voy a amar, bésame por última vez-y lo miró a los ojos. Luego que mi papá la besó en los labios, me miró y apenas susurró-Adiós, mi tesoro-siempre te voy a amar. Los amo a los dos. Yo la besé en la frente y la abracé como pude, sin poder contener las lágrimas.-

Se fue tranquilamente, levantó a penas la mano derecha, nos dijo –adiós, los espero en el cielo- y se marchó. (De mi novela El abandonado de Dios, aún no publicada)

 

Hoy muchas personas mueren totalmente solas en las salas de un hospital o de una clínica. No hay nadie alrededor, nadie para llorarlos, para abrazarlos por última vez. Algunos conectados a máquinas, entubados, sedados, se van de este mundo en el anonimato. Un biombo avisa que ya se ha ido, un llamado rutinario avisa a los parientes que vayan a despedirse, cuando eso solo es posible.

Entre las culturas hegemónicas mencionadas por Chaunu, podemos mencionar, sin lugar a dudas los regímenes autoritarios, el consumismo, la cultura del bienestar, la felicidad, el cientificismo, la cultura de la entretención, de la seguridad. A pesar del esfuerzo por ocultar el dolor y sufrimiento que se hace, estos aparecen una y otra vez.

Pearman [2] agrega otras dos características del mundo moderno en relación con la muerte en el mundo.

1. El mundo moderno le quita el rol que el sufrimiento tenía en las antiguas civilizaciones antiguas. El que sufría no se escondía, porque su sufrimiento formaba parte de un todo, no estaba de más, cumplía una función.

En las sociedades primitivas, a las que ciertamente no podemos retornar, pero a las que debemos referirnos como sustrato de nuestras reflexiones, hay dos figuras relacionadas con el sufrimiento, que nosotros hemos perdido. En ellas se cuenta con el sufrimiento que desarrolla su rol, su función. Dicha función hace posible transformar, hasta cierto punto, el propio sufrimiento en actividad, ya que cada rol exige del que lo desempeña un cierto rendimiento.

El mendigo, por ejemplo, en las sociedades primitivas, y aun hoy en bastantes sociedades islámicas, no es simplemente el socialmente fracasado que debe estar siempre mirando dónde poder quedarse, sino que desempeña un papel. Dicho papel pide una vestimenta adecuada, ciertas formalidades que el mendigo debe decir, etc. Lo suyo no es sólo aceptar lo que le dan, es decir, no ser sólo receptor de la beneficencia pública, sino que él también tiene algo que dar: el mendigo promete rezar por aquel que le da algo. De ese modo, la situación de sufrimiento no es para él una pura condena a la pasividad, como ocurriría entre nosotros con un náufrago que es sólo objeto de auxilios, sino que él también tiene que representar su papel con la dignidad que le corresponde.

Algo semejante podríamos decir de la viuda. Tras ella hay una catástrofe –más intensa aún en las sociedades primitivas–, pero sobrelleva su nueva existencia, por así decir, como quien representa su rol. A ese papel le corresponde un determinado ropaje, e incluso el llanto.

En estos casos, el sufrimiento no es propiamente algo que no debe suceder, y que si sucede convierte al paciente en víctima, en objeto pasivo de auxilios. El sufrimiento está allí previsto. Es posible que alguien pudiera decir: «es mucho mejor una sociedad que no prevé el sufrimiento, pero que se esfuerza por suprimirlo». De hecho, vivimos en una sociedad dinámica que, a diferencia de las sociedades primitivas, tiende a la abolición del sufrimiento. Pero la realidad es que una tal sociedad con su creciente actividad, cuando llega al límite más allá del cual no puede disminuir el sufrimiento, no tiene ya nada más que decir.

2. El mundo moderno vacía el sufrimiento del ritual del que estaba revestido

Era propio del primitivo dominio del sufrimiento una particular ritualización de las situaciones extremas. Nuestra sociedad, sin embargo, es incapaz de hacer algo semejante con la muerte, que es desviada hacia el anonimato de las clínicas. Cualquier hombre sabe que puede caer en sus garras en cualquier momento, pero ¡no hablemos de eso! De hecho, en ningún sitio se habla de ella y, desde luego, de ningún modo con los moribundos. Pero, sobre todo, ya no se enseña a morir. Los niños ya no ven cómo mueren los ancianos; no se enseña a morir, y así la mayor parte de la gente se encuentra con la muerte por vez primera en la suya propia.

La sociedad primitiva rodeaba a la muerte de un ceremonial. Morir no significaba en ella verse forzados a una actitud de pura pasividad: el morir pertenecía a la plena realización de la sociedad. Allí el curandero tenía, por su parte, la tarea de curar a los enfermos con hierbas y conjuros, pero, al mismo tiempo, también tenían su finalidad los ritos mágicos. Con ellos se realizaba algo. El paciente formaba parte con su sufrimiento de una actitud dramática.

El contraste con el curandero lo representa hoy el investigador médico, al que le interesa más la enfermedad como tal que el enfermo. El médico se sitúa, por decirlo así, entre el investigador de la Medicina y el curandero. Por una parte, cura de acuerdo con el nivel de su ciencia y de su propia experiencia médica; por otra parte, establece con el paciente un contacto personal que suaviza su situación y la integra en una relación activa. Parece que algo sucede, y cuando parece que algo sucede, es que realmente sucede algo.

La cultura actual no prepara a las personas para enfrentar el sufrimiento (Schweden ) citado en keller [3] dice que cada época de la historia ha preparado, a través de un discurso o una narrativa  a las personas para enfrentar el sufrimiento. Algunos han puesto énfasis en lo moral pensando  en el karma, la iluminación, la unidad con el todo y la propia tranquilidad. Otros han puesto el énfasis en vivir con honor, con virtud, pero la cultura presente no tiene un discurso para enfrentar el sufrimiento y por eso lo esconde, lo niega o lo evita.

 



[1] Citado en Barrera J.E. Tengo un hijo en el cielo…

[2] https://www.austral.edu.ar/capellania/mas-info/textos-espirituales/el-sentido-del-sufrimiento-distintas-actitudes-ante-el-dolor-humano/

[3] keller

lunes, 2 de mayo de 2022

El sufrimiento en el mundo moderno

 

El sufrimiento en el mundo moderno


El dolor y el sufrimiento también han estado presentes en la historia contemporánea y su tendencia ha sido negarlo o glorificarlo. Han sido millones de personas, como veremos más adelante las que han sufrido de muchas maneras. Si el dolor y sufrimiento es “por una buena causa” se tiende a minimizar y a olvidar.  Son muchos los genocidios, en África, en Asia, en Europa y Oriente. Guerras ideológicas han traído dolor y sufrimiento a muchísimas personas inocentes.

Genocidio Herero y Namaqua

La matanza de los pueblos Herero y Namaqua es considerada por los historiadores como el primer genocidio del Siglo XX. Sucedió en Namibia, territorio colonizado por Alemania entre 1907 y 1915, luego de que los principales países europeos organizaran la repartición de la mayoría de los territorios del continente.

Tras la llegada de los colonizadores, estos pueblos indígenas decidieron rebelarse contra los invasores. La represalia fue brutal: ambos pueblos fueron expulsados y perseguidos hacia el desierto, donde más del 50% de sus habitantes murió de sed o envenenados al beber de las pocas fuentes de agua que había.

 

Genocidio Armenio, Asirio y Griego

La Primera Guerra Mundial fue uno de los conflictos más sangrientos del Siglo XX. Sin embargo, mientras en los libros de historia el foco está normalmente centrado en Europa, las masacres perpetradas por el Imperio Otomano y los Jóvenes Turcos en las regiones del Cáucaso son en muchos casos ignoradas.

La mayoría de estos crímenes estaban apuntados contra las minorías cristianas del Imperio, que habitaban en lo que hoy es Armenia, Irak y Turquía. Se estima que entre estos 3 eventos murieron cerca de tres millones de personas, en un período que va desde 1914 a 1922.

En las mismas, se deportó a millones de personas, despojándolos de todas las posesiones y obligándolos a marchar a través de territorios inhabitables. Esto expuso a los sobrevivientes a una larga marcha en la cual la mayoría falleció producto del calor extremo, la falta de agua y ataques de bandoleros, perpetrados con la ayuda de los militares del Imperio Otomano.

 Holodomor

Se denomina Holodomor al holocausto ucraniano, una hambruna que tuvo lugar en la Unión Soviética entre 1932 y 1933. La misma fue provocada por una mala cosecha y se vio agravada gracias a las políticas de colectivización de Joseph Stalin, que provocaron la hambruna de más de 10 millones de personas.

Se estima que producto de esto fallecieron cerca de 1.5 millones de personas. Sin embargo, si se tienen en cuenta otros factores por fuera de la hambruna, como la represión sufrida por los campesinos, la cifra entra en disputa y puede llegar (dependiendo la fuente) a las 10 millones de personas.

La Gran Purga

En 1936, Iosif Stalin lanzaría una persecución brutal contra miembros de su propio partido, en un intento por consolidar su poder dentro de la Unión Soviética. El evento, conocido como «El Gran Terror» en la Unión Soviética, no solo tuvo lugar en todos los escalafones del gobierno, sino que también fue dirigido hacia la población civil. Si bien hasta entonces el término «purga» se usaba para definir la expulsión masiva de miembros del Partido Comunista, en esta oportunidad Stalin ordenó la ejecución y detención en campos de concentración a cientos de miles de miembros del partido y civiles que oponían resistencia al régimen. Se estima que entre 1937 y 1938 murieron cerca de 700 mil personas, mientras que otros 600 mil fueron enviados a campos de trabajo.

Genocidio Romaní

Si bien comúnmente se asocia al Holocausto con la persecución y muerte de más de 6 millones de judíos a manos de la Alemania nazi, lo cierto es que el régimen de Adolf Hitler también descargó su furia genocida contra otras minorías europeas como los gitanos, los homosexuales y las personas con discapacidad. Su principal ideólogo fue el teórico racial Robert Ritter, quien condujo todo tipo de investigaciones y experimentos contra el pueblo romaní europeo y determinó que su linaje era un peligro para «la pureza racial alemana». Esto sentó las bases para la persecución de los romaníes, en la que fallecieron entre 220 y 500 mil personas.

Holocausto judío

El Holocausto fue la persecución y asesinato de seis millones de judíos por parte del gobierno nazi. Todo esto se realizó basado en la creencia que tenían los alemanes de que eran una raza superior, y por tanto, los judíos eran una raza considerada inferior y merecían morir.

Además de judíos, los alemanes también consideraban razas inferiores a los gitanos, los discapacitados y algunos grupos eslavos como polacos y rusos. Por razones políticas otros grupos perseguidos fueron los homosexuales, los testigos de Jehová, los comunistas y los socialistas.

Durante los últimos meses de guerra, muchos prisioneros de guerra fueron trasladados en las llamadas “marchas de la muerte” para evitar la liberación de éstos por parte de los aliados.

Los crímenes cometidos durante el Holocausto devastaron la mayoría de las comunidades judías de Europa y perdieron la vida seis millones de judíos.[1]

Genocidio Chino

La primera mitad del Siglo XX fue una auténtica catástrofe en términos humanitarios para China. El país, en principio, fue invadido en 1937 por el Imperio Japonés, que no solo cometió todo tipo de atrocidades sino que además realizó crueles experimentos bacteriológicos sobre la población. Se estima que durante esos años fallecieron 22 millones de personas.

La derrota japonesa en 1945 marcaría el final de la ocupación, pero no el final del conflicto. Las divisiones entre los comunistas y los nacionalistas desencadenarían una brutal guerra civil en la que en total, fallecerían cerca de 11 millones de personas.


De acuerdo con la página web Infobae[2] estos son los 10 dictadores más sanguinarios del siglo XX responsables de un inimaginable sufrimiento a millones de personas.

1. Mao Zedong – 78 millones de personas asesinadas

2. Josef Stalin – 23 millones de personas asesinadas

3. Adolf Hitler – 17 millones de personas asesinadas

4. Leopoldo II de Bélgica – 15 millones de personas asesinadas

5. Hideki Tojo – 5 millones

6. Ismail Enver Pasha – 2,5 millones

8.Kim Il Sung – 1,6 millones

9.Mengistu Haile Mariam – 1,5 millones

10. Yakubu Gowon – 1,1 millones

 Los desastres naturales

 En los últimos tiempos también ha sido fuente de sufrimiento. Thorne Lay, del Departamento de Ciencias Terrestres y Planetarias de la Universidad de California,[3] en Santa Cruz, advierte en una investigación acerca del aumento en la frecuencia de terremotos durante el siglo XXI.

Según Lay entre 1900 y 2014, se registraron 89 eventos iguales o superiores a Mw 8.0.

De los 89 sismos, 18 megaterremotos se concentraron entre 2004 y 2014, es decir, 1,8 por año. Mientras que entre 1900 y 2004 se concentraron 71 eventos, pero con una frecuencia de 0,68 por año.



[1] https://sites.google.com/site/histlasegundaguerramundial/holocausto-judio

[2]   Los 10 dictadores más sanguinarios del siglo XX                         https://www.infobae.com/america/mundo/2018/09/29/los-10-dictadores-mas-sanguinarios-del-siglo-xx/

[3]