Blog dedicado a la reflexión psico-espiritual del escritor Juan E. Barrera
lunes, 13 de junio de 2022
El sentido en nuestra cultura
domingo, 12 de junio de 2022
lunes, 6 de junio de 2022
Sufrimiento y sentido de la vida
Sufrimiento y sentido de la vida
En las profundidades de un denso bosque vivía un lémur que se había apartado de los más porque consideraba que muchos lémures eran falsos, envidiosos y mentirosos. Esta situación le obligó a sentirse muy solo. Por ese motivo una mañana se despertó y salió de su casita a buscarle un sentido a la vida. Caminando por el bosque con la cabeza cabizbaja, el lémur escucha el canto de un pájaro y se acerca a preguntar: _ ¿Cuál es el sentido de la vida? y éste le responde: _ El sentido de la vida es expresar tus emociones a través del canto. Más adelante una oveja le dijo: _El sentido de la vida es ayudar a los demás. Luego un león continuó diciendo: _ El sentido de la vida es disfrutar de la comida y la bebida. Conforme iba avanzando un tigre exclamó: _ ¡El sentido de la vida es ser feliz y hacer feliz a los demás! En seguida un burro gritó: _ El sentido de la vida es disfrutar del trabajo. Más adelante un camaleón que llevaba varias horas aburrido en la rama de un árbol concluyó: ¡La vida no tiene sentido! Desconsolado, el lémur se arrimó al tronco de un árbol y en ese momento una mariposa que estaba bebiendo néctar sentada sobre los pétalos de una rosa se apresuró a decirle: _ ¡El sentido de la vida es el amor; porque el amor da sentido a todas las cosas! Desde ese momento el lémur decidió amar. Poco a poco comenzó a integrarse de tal manera que en los días de frío se acurrucaba junto a los demás formando una bola de lémures para conservar el calor.
María Abreu
El sentido de la vida y el sentido del sufrimiento son dos grandes preguntas que se relacionan y que han inquietado a filósofos y teólogos desde siempre. Hay que clarificar que se entiende por sentido y si este es realmente una necesidad para el hombre de hoy o fue una preocupación solo para los hombres en el pasado o solo para aquellos que enfrentan grandes adversidades. Si el sentido continúa sigue siendo importante para el hombre de hoy debemos preguntarnos ¿Se puede conseguir ese sentido, ese propósito? ¿Hay maneras de encontrar el sentido a la vida? Si la vida no tiene sentido, tampoco lo tiene el sufrimiento, pero si la vida tiene sentido, entonces el sufrimiento, como parte de la vida también debe tenerlo. Qué es el sentido Entendamos a que nos referimos cuando hablamos de sentido. Algunas connotaciones de la palabra sentido podrían arrojar un poco más de luz acerca de nuestro tema. Se entiende como sentido una finalidad o dirección. “Se habla así por ejemplo del “sentido” de la marcha de una carretera. Es, por tanto, la meta de un movimiento”. La vida debe tener una dirección, se debe dirigir a, su movimiento debe tener un propósito. También encierra la idea de significación. “se puede decir que el mundo se convierte en un “gran libro”, cuya lectura requiere conocer las significaciones o sentidos de cada cosa y de cada acontecimiento. Cuando la “lectura” se hace difícil, el mundo y la vida aparecen como “carentes de sentido”. Sentido también conlleva la idea de conexión. “las cosas y los acontecimientos constituyen una red de relaciones: esta red es justamente, lo que llamamos “mundo”. Y así, nada adquiere un pleno sentido si se lo aísla del resto. Es decir el sentido consiste también en el nexo de las cosas con otras. La falta de sentido entonces es una falta de conexión. Yo entiendo por sentido de vida, que esta tiene un significado, un propósito, un para qué, una razón y que esto se convierte en un cimiento básico para edificarla. Este significado puede permanecer implícito o se puede hacer explícito. Es el fundamento sobre el que se edifica la auto imagen, el sentido vocacional, las relaciones, la trascendencia, la espiritualidad y trae alegría o serenidad a la persona independiente de las circunstancias.
lunes, 30 de mayo de 2022
El sufrimiento y el arte II
La ópera
La ópera nació en Italia hace un poco más de cuatro siglos y es por excelencia una muestra de emociones. De acuerdo con Fierro[1] son 10 las óperas más famosas de la historia: La Traviata, Tosca, La flauta mágica, La bohème, Carmen, Las bodas de Fígaro, Rigoletto, Madame Butterfly, Don Giovanni, El barbero de Sevilla y en ellas se puede apreciar el sufrimiento causado por el amor, por las traiciones, crímenes, desamores, etc.
En la música popular
Goldsmiths, una escuela de la
Universidad de Londres especializada en enseñanza e investigación de
disciplinas creativas y culturales, investigó cuál es la canción más popular de
la historia. Después de revisar canciones
de listas de diferentes medios y ver qué tenían en común, realizaron un estudio
analítico tomando en cuenta la letra, los coros, los acordes y timbres,
concluyó que la canción más icónica es “Smells Like Teen Spirit” de la banda
Nirvana que habla de la rebelión juvenil, el segundo lugar lo ocupó Imagine de
Jhon Lennon que habla de cómo sería un mundo sin sufrimiento, otra canción
seleccionada es Bohemian Rhapsody, de la banda inglesa Queen que es un relato
dramático de un hombre a su madre acerca de cómo asesinó a otra persona y otra canción
aun habla de la constante insatisfacción de la vida. I Can’t Get No
Satisfaction, de los Rolling Stones
También son conocidas algunas bandas
de rock por sus temáticas depresivas pertenecientes al estilo Black Doom o Depressive Black metal.
En la música popular el sufrimiento ha estado
siempre presente, desde el tango, pasando por los boleros y las baladas de amor
y desamor que venden millones de copias.
La música urbana es otro reflejo de
música y sufrimiento con sus fuertes temáticas sociales de violencia, sexo,
drogas, injusticias, etc.
El sufrimiento siempre ha estado
presente en la literatura, y quiero destacar de manera especial la literatura
rusa y en ellas dos autores, Fedor Dostiesvsky
y Alexander Solzhenitsyn.
Fernández-Blanco (2028) escribe sobre
Crimen y castigo: “En ella, aborda la historia de un joven asesino que se ve
incapaz de superar los remordimientos, y en la que se muestran algunas de las
características que harán de Dostoievski un autor único. A través de su
protagonista, Raskolnikov, realiza una incisiva observación psicológica, en la
que desarrolla sus tesis religiosas y filosóficas, así como la idea de la
redención a través del sufrimiento.”
Es difícil no relacionar el tema de
su literatura con la vida misma de Dostoiesvsky, marcada por el dolor y el
sufrimiento, preso en el gulag rusa, el campo de concentración, rechazado, con
carencias emocionales y económicas.
Sus otras novelas, Los hermanos Karamasov,
El Príncipe idiota, El jugador, también abordan el tema del sufrimiento.
Alexander Solzhenitsyn
¿Dónde radica, exactamente, la
grandeza literaria de Solzhenitsyn? Esta pregunta se la hace Ernesto Hernández
Busto,[2] poeta cubano en el año 2018 y se responde a sí mismo.
“La clave hay que buscarla en el subtítulo del Archipiélago Gulag,
"ensayo de investigación literaria" y en la pequeña nota que le
sigue: "En este libro no hay personajes ni hechos imaginarios. Las
personas y los lugares aparecen con sus propios nombres (...)". El
proyecto de una novela sin ficción, una novela que obedece a la idea ortodoxa
de "dar testimonio" del sufrimiento, de dejar para los otros al menos
la huella del dolor padecido completa la maldición histórica del escritor ruso,
encadenado a esa encarnación rusa de la voluntad de poder que es el starets, el
Gran Inquisidor. Del Dostoievsky de Recuerdos de la casa de los muertos hasta
la Svetlana Aleksiévich de Voces de Chernóbil, la idea de explorar sin ficción
los polos de la crueldad humana reviste el aura de un renacimiento espiritual,
de un acto de purificación. En el caso de Solzhenitsyn, esta suerte de
expiación revistió también un espectacular trabajo con el idioma: rescató para
la lengua rusa miles de palabras que no estaban en los diccionarios.”
Como con Dostiesvky, con Solzhenitsyn tampoco se puede
separar el hombre de su obra. Preso en un gulag en Siberia por el gobierno
comunista ruso, abandonado, desacreditado, difamado, deshonrado, confinado,
pasando por tiempo de hambre y mucho frío sabe bien de lo que escribe cuando
habla del sufrimiento.
Podríamos agregar más movimientos y
nombres literarios, porque el tema no se agota aquí, pero eso escapa al
propósito de este capítulo aunque no se puede dejar de citar a la generación
maldita: Charles Baudelaire, Jean Rimbaud, Paul-Marie Verlaine, Stéphane
Mallarmé
El siglo XX aporta una herramienta
artística invaluable para reflejar el dolor, el cine. Nutriéndose de la dura
realidad y de la mejor literatura el cine ha realizado grandes aportes respecto
del sufrimiento con obras verdaderamente magistrales.
Rodriguez Paniso [3]escribió
“El cine ha dado expresión fílmica al fenómeno del dolor humano en todas sus
formas y en toda su hondura, pues junto con el amor, la verdad y el bien, es
una de esas dimensiones ineludibles de la existencia humana.”
-El dolor de la enfermedad y de la
muerte. “Wit y el soneto sagrado de
Donne” (2001)
-El dolor inherente a la experiencia moral.
“Roma, ciudad abierta” (1945) Roberto Rossellini.
-El dolor causado por la guerra. “Rescatando
al soldado Ryan” (1998).
-El dolor por la experiencia de la
maldad en cuanto tal. “La lista de Schindler” (1993) Steven Spielberg.
-El dolor de los diferentes. “El
hombre elefante” (1980) David Lynch.
Tampoco se pueden obviar filmes como:
1. El precio de la felicidad. (1983)-
Bruce Beresford
2. En búsqueda de la felicidad ( 2006 )- Gabriele Muccino
3. El color púrpura (1985)- Steven
Spielberg
4. Extraordinario (2017)-Stephen
Chbosky
5. Mi pie izquierdo: (1989)-Jim
Sheridan
[1] https://carteleradeteatro.mx/author/gina/
[3] La representación del dolor en el cine. ESCRITO POR: PEDRO RODRÍGUEZ
PANIZO
Septiembre - Octubre 2012. http://www.revista-critica.com/la-revista/monografico/enfoque/393-la-representacion-del-dolor-en-el-cine.
Bajado el 20/10/2021
lunes, 16 de mayo de 2022
El sufrimiento en las religiones y en el arte
El sufrimiento en las religiones y en el arte
Religiones animistas
En la gran variedad de religiones,
sin un corpus escrito o una teología específica, de trasfondo animista, el tema
del sufrimiento queda reducido al mundo de los espíritus. Esta visión de la vida
atribuye, como muchas otras situaciones, el origen del sufrimiento a los espíritus,
quienes son los causantes de las enfermedades y del sufrimiento. Para estos
pueblos la solución radicaba en la identificación de los espíritus ofendidos,
la intervención mágica del chamán y la expulsión si es necesario de los
espíritus causantes del dolor y sufrimiento, a través de rituales y pócimas
naturales.
Hinduismo. Lo primero que es
necesario decir es que el hinduismo no es una religión… es una auténtica
‘familia de religiones’, emparentadas entre sí y que se reconocen como parte de
una misma tradición nacida de la experiencia milenaria escrita en los vedas que
son “las escrituras con mayor autoridad y más antiguas en India. Proclamadas
como la VOZ del Señor, oídas por los reyes antiguos, son sagradas para millones
de personas alrededor del mundo, quienes las cantan con gran reverencia,
atención y detalle.”[2]
En el hinduismo, la causa del sufrimiento es el "karma", que
se origina como consecuencia de las acciones malas que se han cometido en la
vida presente o en anteriores reencarnaciones. Se libera alguien del
"karma" mediante el conocimiento de la verdad y el anuncio de la
palabra de Dios. Dios es el remedio. Paralelamente, se mencionan otras causas
del dolor, que son: los dioses, el
mundo, la ignorancia y el sufrimiento.[3]
Siddharta, el Buda, nace en el mundo de ideas del hinduismo y asume la cosmovisión propia de éste, incluyendo los conceptos de samsara y de karma, pero lo asume con características propias.
En el budismo, el problema del dolor se expresa en "las cuatro
nobles verdades":
1) Todo es sufrimiento. 2) Su causa es la pasión-ansiedad egoísta. 3)
Sólo el nirvana puede eliminar la causa, ya en esta vida, pero será plena en el
futuro. 4) El sendero que conduce al nirvana es "la óctuple rectitud":
esto es, la rectitud de visión, de pensamiento, de palabra, de acción, de vida,
de esfuerzo, de atención, y de meditación.[4]
Toda teología islámica aborda el concepto del Qadar, el ‘decreto eterno
de Dios’. Dios, en su omnipotencia suprema, ha decretado el destino del mundo,
de la historia y de cada ser humano concreto. Dios no ha creado el mundo y se
ha apartado de él, dejándole autonomía, sino que lo ‘recrea’ a cada segundo,
por lo que cada instante se fundamenta absolutamente en Dios. Todo
acontecimiento histórico y personal tiene, así, su raíz primera en Dios,
incluido el sufrimiento. Nada sucede si no es su voluntad y, por tanto, es
deber religioso acatar esta voluntad aunque incluya el sufrimiento.[5]
En el judaísmo antiguo el sufrimiento
se relaciona con lo que se ha llamado la doctrina de la Retribución. El bueno
recibe cosas buenas, el malo recibe cosas malas. El sufrimiento es el resultado
de las acciones de las personas. Esta doctrina queda de manifiesto en algunas
de las preguntas que los discípulos le hacen a Jesús respecto de un hombre
ciego: ¿Quién pecó, este o sus padres?, también lo vemos en la respuesta de
Jesús respecto de unos galileos de quienes Pilato había abusado.[6]
El Cristianismo
En el cristianismo el sufrimiento
abarca muchos aspectos, que de alguna forma voy a tocar en los próximos
capítulos. A modo de resumen podemos decir que:
Dios no es el autor del sufrimiento
sino que este es el resultado de la capacidad humana para elegir entre el bien
y el mal. En algunas ocasiones, de manera especial en su trato con Israel en el
Antiguo Testamento, Dios envía sufrimiento y lo usa para sus planes, otras
veces lo usa como un castigo buscando el arrepentimiento y la obediencia de
Israel. En el Nuevo Testamento Dios usa la adversidad para llevar a cabo sus
planes. Jesús de Nazaret es el siervo sufriente, “experimentado en quebranto”
quien carga en la cruz el dolor y el sufrimiento de quienes creen en él y
enseña al cristiano como enfrentar el sufrimiento. En el futuro, el sufrimiento
desaparecerá, Dios lo quitará “enjugará toda lágrima” de los hombres.
Un excelente resumen de la historia
humana está reflejado en el arte y sus diferentes disciplinas, por lo que hacer
un resumen a través de las distintas expresiones artísticas será una buena
manera de ver el sufrimiento desde
distintas perspectivas.
Lamprea Barragán y Pimentel Rivera [7]
escriben:
“Se puede
afirmar que en el arte se da lugar a la representación, permitiendo poner en la
obra creada las vivencias internas, y esto en palabras de Brainsky (1997),
evitaría la generación de síntomas de la enfermedad. El arte le permite al
sujeto entrar en contacto consigo mismo, le permite dialogar con su dolor y su
conflicto y por medio de la fantasía lo favorece para que minimice el displacer
generado por el principio de realidad. Justamente es esa fantasía la que
le permite al sujeto generar un vínculo
entre el mundo externo y el mundo interno. Pues bien, desde la fantasía se
acerca al mundo externo y lo captura pero de la misma manera logra poner en los
contenidos artísticos lo que sucede en el mundo interno, permitiéndole al
sujeto de una u otra manera recuperar algo de lo que ha perdido.”
Veamos un
ejemplo de lo que acabamos de leer:
Hambre y cebolla, /hielo negro y escarcha/grande y redonda.
En la cuna del hambre/mi niño estaba. /Con sangre de cebolla/se
amamantaba.
Pero tu sangre, /escarchada de azúcar, /cebolla y hambre.
Una mujer morena/resuelta en luna/se derrama hilo a hilo/sobre la cuna.
Ríete, niño, /que te traigo la luna/cuando es preciso.
(Nanas de la
cebolla, Miguel Hernández)
Esta es la primera estrofa del poema
Nanas de la cebolla escrito por Miguel Hernández, poeta español, amigo de
Neruda, pastor de cabras en su juventud, escrito desde la cárcel de Torrijos en
Madrid, preso del dictador Franco. La historia del poema es un buen ejemplo de
como la creatividad surge en medio del sufrimiento. Su esposa Josefina Manresa le
escribe una carta contándole que las cosas marchan tan mal que solo tienen para
comer ella y su hijo Manolín cebollas, y Hernández le responde con este poema
escrito en una servilleta.
En 1941, fue trasladado al
reformatorio de Adultos de Alicante, donde compartió celda con Buero Vallejo.
Allí enfermó. Padeció primero bronquitis y luego tifus, que se le complicó con
tuberculosis. Falleció en la enfermería de la prisión alicantina a las 5:32 de
la mañana del 28 de marzo de 1942, con tan sólo 31 años de edad.
Podemos encontrar en la historia
reciente muchos otros ejemplos acerca de lo mismo. El sufrimiento torna a la
persona más introspectiva, más sensible, más abierta a experiencias distintas
que canaliza a través del arte. Es imposible no recordar a Beethoven, de padre alcohólico,
madre enferma (quizás con retardo, piensan algunos) problema auditivos a los
treinta años, pobreza, o a Frida Kahlo con polio, su accidente, sus problemas
crónicos de dolor en su espalda o Hemingway y sus trastornos mentales y niñez
tortuosa.
El arte en general puede relacionarse
de dos maneras con el sufrimiento, en primer lugar lo ocupa la representación
del sufrimiento. López-maya, Lina-Manjarrez, Lina-López (2014) hacen un excelente resumen.[8]
El dolor en la mitología, representado
en el mito de Prometeo encadenado por haber entregado el fuego a los hombres y
es castigado por los dioses y es encadenado de por vida a una roca y es
expuesto de manera constante a un buitre que le come el hígado.
En la escultura se menciona la
estatua de Laconte, sacerdote de Apolo en la ciudad de Troya que es ahogado
junto a sus hijos por dos serpientes monstruosas. Otro ejemplo es el Fedón de
Platón acerca de la muerte de Sócrates, representación que intenta mostrar como
el dolor y el placer nacen el uno del otro.
En el teatro también está presente el
tema del dolor. El teatro nace como expresión de la tragedia. Las obras clásicas
de Eurípides abordan este tema. Un ejemplo es Medea y Electra.
Desde la cristiandad también se
aborda el tema del dolor. La expulsión de Adán y Eva de Masaccio, el martirio también
ha sido otro de los temas religiosos en la literatura y en las Artes Plásticas
cristiana, el martirio de Cristo, el martirio de los santos.
El dolor espiritual también está
presente en obras como La negación de Pedro. La representación del dolor como
instancia de dolor y castigo también está presente en el arte cristiano, baste
mencionar a Dante Alighieri.
El Apocalipsis y el dolor que él
representa también están presentes en el arte cristiano como en “El juicio
final”. “Las escenas que plasman este momento bíblico muestran los hombres
divididos claramente en dos grupos: los bienaventurados a un lado, los cuales
se dirigen ordenadamente hacia las puerta del cielo y los condenados, que en
medio del caos y el desorden son recibidos en el infierno por demonios que los
atormentan y les hacen sufrir severos castigos. De esta manera, la aflicción
moral que sufren por haber sido condenados al infierno se ve acrecentada por el
dolor físico al que son sometidos”
En el tiempo actual se puede destacar
la obra de Guayasamín, orientada hacia el humanismo y su obra El grito que
expresa el dolor de una parte de la humanidad. “Mi pintura es de dos
mundos-dijo Guayasamín. De piel para adentro es un grito contra el racismo y la
pobreza; de piel para fuera es la síntesis del tiempo que me ha tocado vivir”
La pintora mejicana Frida Khalo, a
quien ya mencioné, es otro ejemplo de la representación y elaboración del
sufrimiento. Sufrió poliomielitis, tuvo distintas enfermedades, lesiones e
intervenciones quirúrgicas. En 1917 sufre un accidente de tránsito que le deja
secuelas permanentes en la columna vertebral, además del cuello y pelvis. Parte
de la estructura metálica le perforó el vientre. Tuvo en total 32 operaciones y
tuvo que usar forzadamente diversos tipos de corsés y aparatos para estirar el
cuerpo. En los últimos años de su vida, producto de una gangrena le amputan una
de sus piernas a la altura de la rodilla y hace reiterados intentos de
suicidio. Al sufrimiento físico que experimentó se debe agregar además una
relación de pareja inestable y tóxica con el muralista Diego Rivera, llena de infidelidades
por ambas partes, un divorcio y un posterior nuevo matrimonio.
Alguien,( )[9]
hablando de la obra de Kahlo escribió «Es imposible separar la vida y obra de
esta persona... sus pinturas son su biografía».
Entre sus pinturas más renombradas y
en las que todas abordan el tema del dolor, soledad y sufrimiento se pueden
mencionar: “La columna rota”, “Ella juega sola”, “Cuatro habitantes de Ciudad
de México”.
María Elena Ruiz- Tagle es una pintora
chilena. Nacida en Papudo, pintó un cuadro que tituló “Los colores del dolor”.
Este cuadro representa el dolor de la artista que sufrió lesiones graves a la médula.
Piet Mondrian, pintor, nació el 7 de marzo de 1872 en Ámsterdam,
proviene de una familia calvinista. Este dato podría ser importante para
interpretar la búsqueda de espiritualidad y de lo absoluto en sus pinturas, a
las que él llamaba composiciones.
“El arte de Mondrian siempre estuvo
íntimamente relacionado con sus estudios espirituales y filosóficos. A partir
de 1908, se interesó por el movimiento teosófico fundado por Helena Petrovna
Blavatsky a finales del siglo XIX. Blavatsky creía que era posible lograr un
conocimiento de la naturaleza más profundo que el proporcionado únicamente por
los medios empíricos, y mucho del trabajo de Mondrian del resto de su vida
estuvo inspirado por la búsqueda de ese supuesto conocimiento esencial. Una
frase suya lo explica: «Solo cuando estemos en lo real absoluto el arte no será
ya más necesario».”([10]
)
Caso aparte lo constituye la obra de
Rembrandt. Por la empatía con que retrató la condición humana, ha sido
considerado «uno de los grandes profetas de la civilización».[11]
Sus auto retratos son una biografía del dolor que experimentó en vida. Se casó con una prima, su hijo Rombertus murió
a los dos meses de su nacimiento, en 1635, y luego su hija Cornelia murió a las
tres semanas de edad, en 1638. Para empeorar aún más su situación, en 1640 el
matrimonio tuvo una segunda hija, a la que también llamaron Cornelia, y que
falleció al mes. Solo su cuarto hijo, Titus van Rijn (nacido en 1641) llegó a
alcanzar la madurez. Saskia, su esposa como corolario a la pena de Rembrandt
fallece en 1642, al poco tiempo del parto de Titus, probablemente por una
tuberculosis.
En la música Ilich tchaikovsky también merece una mención, pues a pesar de experimentar
varios éxitos, recordemos el Lago de Los Cisnes, Cascanueces, y otras grandes
obras nunca tuvo mucha confianza en sí mismo y en su vida experimentó variadas
crisis y largos períodos de depresión. Era homosexual y no podía confesarlo por
las restricciones de la época en Rusia y tuvo un matrimonio que no resultó con
Antonina Miliukova en 1877, que no alcanzó
a durar un mes. Tuvo una agitada vida personal, y murió
repentinamente a los cincuenta y tres
años en el año 1893, muerte que se le atribuye al cólera, pero hay quienes
piensan que fue un suicidio.
Halina Olomucki pintora judía del
holocausto, fue enviada a Auschwitz-Birkenau como prisionera con el número
48652. Algunos de los prisioneros del campo trabajaban en la industria textil,
pero Olomucki no tenía talento para ello y le ordenaron que continuara
pintando. La enviaron a los alemanes,
que le encargaron diversas obras. En pago recibía alimentos más sustanciosos
--pan y queso-- y ella cree que eso le permitió sobrevivir. Las prisioneras
también le pedían, a veces hasta le rogaban, que las retratara, o que retratara
a sus hijas, con la idea de que ésta podría ser la última oportunidad de ser
recordadas. Estaban seguras de que, a diferencia de ellas, Olomucki
sobreviviría, ya que ella era artista. Le pidieron que sacara del campo las
obras de arte escondidas y las llevara al "mundo exterior" después de
su liberación.
Olomucki ha dicho que las caras de
las prisioneras estaban tan profundamente grabadas en su memoria que podía
dibujarlas aún años después. “Si alguna vez hago una muestra, siempre exhibiré
algunas pinturas, algunos retratos de estas mujeres [...] porque éste es el
compromiso que he asumido, que siempre las hijas de esas mujeres estarán allá,
como me lo pidieron cuando estábamos en Birkenau.” De Auschwitz fue forzada a
la Marcha de la Muerte, que comenzó el 18 de enero de 1945. El grupo llegó al
campo de Ravensbrück y de allí Olomucki fue transferida al campo de Neustadt,
de donde la liberaron los aliados.[12]
[1] El dolor y el sufrimiento en las grandes religiones ESCRITO POR: JOSÉ
MARÍA PÉREZ-SOBA DÍEZ DEL CORRAL Septiembre - Octubre 2012. Revista crítica.
Bajado de http://www.revista-critica.com/la-revista/monografico/analisis/389-el-dolor-y-el-sufrimiento-en-las-grandes-religiones#:~:text=Por%20ello%2C%20la%20realidad%20existencial%20del%20dolor%20y,pero%20el%20dolor%20y%20el%20sufrimiento%20siguen%20existiendo.el
17/10/2021
[2]https://www.lahiguerayoga.com/que-son-los-vedas/#:~:text=%C2%BFQu%C3%A9%20son%20los%20Vedas%3F%20Los%20Vedas%20son%20las,las%20cantan%20con%20gran%20reverencia%2C%20atenci%C3%B3n%20y%20detalle.
17/01/2022
[3] CONFERENCIA DEL CARDENAL JAVIER LOZANO BARRAGÁN PRONUNCIADA EN
AQUISGRÁN (ALEMANIA) El dolor, ¿enigma o misterio?. https://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/hlthwork/documents/rc_pc_hlthwork_doc_20050629_barragan-aachen_sp.html#:~:text=En%20el%20hinduismo%2C%20la%20causa%20del%20sufrimiento%20es,y%20el%20anuncio%20de%20la%20palabra%20de%20Dios.
17/01/2022
[4] Op Cit
[5] El dolor y el sufrimiento en las grandes religiones JOSÉ MARÍA
PÉREZ-SOBA DÍEZ DEL CORRAL Septiembre - Octubre 2012 en http://www.revista-critica.com/la-revista/monografico/analisis/389-el-dolor-y-el-sufrimiento-en-las-grandes-religiones.
17/01/2022
[6] Juan 9:2, Lucas
13: 1-2 Biblia RVR 1960
lunes, 9 de mayo de 2022
El sufrimiento en la cultura actual
El sufrimiento en la cultura actual
La negación de la muerte
Pierre Chaunu, un historiador de las
culturas en la Universidad de París, a quien cité en mi libro Tengo un hijo en
el cielo, escribe:
“Al no poder expulsar a la muerte de nuestra
vida, se ha decretado que es vergonzosa, que es indigna de nosotros, que
debemos arrojarla de nuestra mente. La han excomulgado porque pone en crisis
todas las culturas hegemónicas de nuestro tiempo. Como no han podido hacerle
sitio, la han ocultado, proscrito y prohibido.”[1]
La muerte se esconde y se niega. Se
esconde porque resulta muy incómodo hablar del tema y más aún participar de una
situación relacionada. Una vez hace ya varios años, entré a la UCI de un
hospital a despedirme de una compañera de trabajo aquejada de un cáncer
terminal. Tuve que pedir una autorización especial para verla. Estaba
inconsciente, me acerqué a ella y con mucho cariño le dirigí unas palabras.
Podía oír los latidos de mi corazón entre los ruidos de las máquinas. Reinaba
un silencio tremendo en la sala. Los pacientes estaban aislados, solos, el
personal médico hablaba casi en susurros. Era la presencia de la muerte lo que
sobrecogía. Mi colega partió de este mundo pocas horas después de mi visita.
En el pasado las personas morían rodeadas
de sus seres queridos en su hogar. Tenían tiempo para conversar, reconciliarse,
disfrutar del último tiempo con sus familiares. Los abuelos se despedían de sus
nietos y la muerte era vista con cierta naturalidad. Algunos pedían levantarse
de la cama, si podían hacerlo y recorrer por última vez su propia casa, se
despedían de todos y luego marchaban. Hoy muchísimas personas mueren solas en
la sala de un hospital. Recuerdo con mucho cariño a una señora muy agradable
cuya parte de su sufrimiento es no haber estado con su hija, su única y
adorable hija cuando esta partió aparentemente solita.
-Luego de tres meses, un atardecer, cuando ya
quedaba muy poca luz del día, nos llamó a los dos a su cuarto donde pasó el
último tiempo en cama. Partimos corriendo sin saber lo que pasaba y entramos
asustados a la pieza. La encontramos tranquila sentada en la cama, pero nos
hizo señas con la mano para que nos acercáramos y con voz muy suave, le dijo a
mi papá-mi amor, el tiempo ha llegado-comenzamos a llorar con mi papá. –No
lloren, mis amores-dijo ella. Tómenme del brazo, uno a cada lado y llévenme a
pasear por última vez a nuestra casa.-La tomamos como pudimos entre los dos
porque estaba muy débil y muy flaca. Le pusimos su bata favorita y la sacamos a
pasear por la casa. Entramos a la cocina, luego fuimos al comedor, observó el
sofá vacío del living. Quiso entrar al baño, después fuimos a mi pieza. Tocó
por última vez mis cosas, acarició mi cama con ambas manos y besó una foto
nuestra que yo tenía sobre mi velador y luego volvimos a su dormitorio.-Mi
amor, esto parece que fuera mentira, parece un sueño, mi niña, mi dulce niña,
no tengas miedo, sé fuerte. La acostamos en la cama con mucho cuidado y
acomodamos una almohada en su espalda. Respiraba con esfuerzo, pero estaba
tranquila. Miró a mi papá y le dijo:–Adiós, mi amor – siempre te voy a amar,
bésame por última vez-y lo miró a los ojos. Luego que mi papá la besó en los
labios, me miró y apenas susurró-Adiós, mi tesoro-siempre te voy a amar. Los
amo a los dos. Yo la besé en la frente y la abracé como pude, sin poder
contener las lágrimas.-
Se fue tranquilamente, levantó a penas la mano
derecha, nos dijo –adiós, los espero en el cielo- y se marchó. (De mi novela El
abandonado de Dios, aún no publicada)
Hoy muchas personas mueren totalmente
solas en las salas de un hospital o de una clínica. No hay nadie alrededor,
nadie para llorarlos, para abrazarlos por última vez. Algunos conectados a
máquinas, entubados, sedados, se van de este mundo en el anonimato. Un biombo
avisa que ya se ha ido, un llamado rutinario avisa a los parientes que vayan a
despedirse, cuando eso solo es posible.
Entre las culturas hegemónicas
mencionadas por Chaunu, podemos mencionar, sin lugar a dudas los regímenes
autoritarios, el consumismo, la cultura del bienestar, la felicidad, el
cientificismo, la cultura de la entretención, de la seguridad. A pesar del
esfuerzo por ocultar el dolor y sufrimiento que se hace, estos aparecen una y
otra vez.
Pearman [2]
agrega otras dos características del mundo moderno en relación con la muerte en
el mundo.
1. El mundo moderno le quita el rol
que el sufrimiento tenía en las antiguas civilizaciones antiguas. El que sufría
no se escondía, porque su sufrimiento formaba parte de un todo, no estaba de
más, cumplía una función.
En las sociedades primitivas, a las que
ciertamente no podemos retornar, pero a las que debemos referirnos como
sustrato de nuestras reflexiones, hay dos figuras relacionadas con el
sufrimiento, que nosotros hemos perdido. En ellas se cuenta con el sufrimiento
que desarrolla su rol, su función. Dicha función hace posible transformar,
hasta cierto punto, el propio sufrimiento en actividad, ya que cada rol exige
del que lo desempeña un cierto rendimiento.
El mendigo, por ejemplo, en las sociedades
primitivas, y aun hoy en bastantes sociedades islámicas, no es simplemente el
socialmente fracasado que debe estar siempre mirando dónde poder quedarse, sino
que desempeña un papel. Dicho papel pide una vestimenta adecuada, ciertas
formalidades que el mendigo debe decir, etc. Lo suyo no es sólo aceptar lo que
le dan, es decir, no ser sólo receptor de la beneficencia pública, sino que él
también tiene algo que dar: el mendigo promete rezar por aquel que le da algo.
De ese modo, la situación de sufrimiento no es para él una pura condena a la
pasividad, como ocurriría entre nosotros con un náufrago que es sólo objeto de
auxilios, sino que él también tiene que representar su papel con la dignidad
que le corresponde.
Algo semejante podríamos decir de la viuda.
Tras ella hay una catástrofe –más intensa aún en las sociedades primitivas–,
pero sobrelleva su nueva existencia, por así decir, como quien representa su
rol. A ese papel le corresponde un determinado ropaje, e incluso el llanto.
En estos casos, el sufrimiento no es
propiamente algo que no debe suceder, y que si sucede convierte al paciente en
víctima, en objeto pasivo de auxilios. El sufrimiento está allí previsto. Es
posible que alguien pudiera decir: «es mucho mejor una sociedad que no prevé el
sufrimiento, pero que se esfuerza por suprimirlo». De hecho, vivimos en una
sociedad dinámica que, a diferencia de las sociedades primitivas, tiende a la
abolición del sufrimiento. Pero la realidad es que una tal sociedad con su
creciente actividad, cuando llega al límite más allá del cual no puede
disminuir el sufrimiento, no tiene ya nada más que decir.
2. El mundo moderno vacía el
sufrimiento del ritual del que estaba revestido
Era propio del primitivo dominio del
sufrimiento una particular ritualización de las situaciones extremas. Nuestra
sociedad, sin embargo, es incapaz de hacer algo semejante con la muerte, que es
desviada hacia el anonimato de las clínicas. Cualquier hombre sabe que puede
caer en sus garras en cualquier momento, pero ¡no hablemos de eso! De hecho, en
ningún sitio se habla de ella y, desde luego, de ningún modo con los
moribundos. Pero, sobre todo, ya no se enseña a morir. Los niños ya no ven cómo
mueren los ancianos; no se enseña a morir, y así la mayor parte de la gente se
encuentra con la muerte por vez primera en la suya propia.
La sociedad primitiva rodeaba a la muerte de
un ceremonial. Morir no significaba en ella verse forzados a una actitud de
pura pasividad: el morir pertenecía a la plena realización de la sociedad. Allí
el curandero tenía, por su parte, la tarea de curar a los enfermos con hierbas
y conjuros, pero, al mismo tiempo, también tenían su finalidad los ritos
mágicos. Con ellos se realizaba algo. El paciente formaba parte con su
sufrimiento de una actitud dramática.
El contraste con el curandero lo representa
hoy el investigador médico, al que le interesa más la enfermedad como tal que
el enfermo. El médico se sitúa, por decirlo así, entre el investigador de la
Medicina y el curandero. Por una parte, cura de acuerdo con el nivel de su
ciencia y de su propia experiencia médica; por otra parte, establece con el
paciente un contacto personal que suaviza su situación y la integra en una
relación activa. Parece que algo sucede, y cuando parece que algo sucede, es
que realmente sucede algo.
La cultura actual no prepara a las personas para enfrentar el sufrimiento (Schweden ) citado en keller [3] dice que cada época de la historia ha preparado, a través de un discurso o una narrativa a las personas para enfrentar el sufrimiento. Algunos han puesto énfasis en lo moral pensando en el karma, la iluminación, la unidad con el todo y la propia tranquilidad. Otros han puesto el énfasis en vivir con honor, con virtud, pero la cultura presente no tiene un discurso para enfrentar el sufrimiento y por eso lo esconde, lo niega o lo evita.
[1] Citado en
Barrera J.E. Tengo un hijo en el cielo…
[2] https://www.austral.edu.ar/capellania/mas-info/textos-espirituales/el-sentido-del-sufrimiento-distintas-actitudes-ante-el-dolor-humano/
[3] keller
lunes, 2 de mayo de 2022
El sufrimiento en el mundo moderno
El sufrimiento en el mundo moderno
El dolor y el sufrimiento también han
estado presentes en la historia contemporánea y su tendencia ha sido negarlo o glorificarlo.
Han sido millones de personas, como veremos más adelante las que han sufrido de
muchas maneras. Si el dolor y sufrimiento es “por una buena causa” se tiende a
minimizar y a olvidar. Son muchos los genocidios,
en África, en Asia, en Europa y Oriente. Guerras ideológicas han traído dolor y
sufrimiento a muchísimas personas inocentes.
Genocidio Herero y Namaqua
La matanza de los pueblos Herero y Namaqua es
considerada por los historiadores como el primer genocidio del Siglo XX.
Sucedió en Namibia, territorio colonizado por Alemania entre 1907 y 1915, luego
de que los principales países europeos organizaran la repartición de la mayoría
de los territorios del continente.
Tras la llegada de los colonizadores, estos
pueblos indígenas decidieron rebelarse contra los invasores. La represalia fue
brutal: ambos pueblos fueron expulsados y perseguidos hacia el desierto, donde
más del 50% de sus habitantes murió de sed o envenenados al beber de las pocas
fuentes de agua que había.
Genocidio Armenio, Asirio y Griego
La Primera Guerra Mundial fue uno de los
conflictos más sangrientos del Siglo XX. Sin embargo, mientras en los libros de
historia el foco está normalmente centrado en Europa, las masacres perpetradas
por el Imperio Otomano y los Jóvenes Turcos en las regiones del Cáucaso son en
muchos casos ignoradas.
La mayoría de estos crímenes estaban apuntados
contra las minorías cristianas del Imperio, que habitaban en lo que hoy es
Armenia, Irak y Turquía. Se estima que entre estos 3 eventos murieron cerca de
tres millones de personas, en un período que va desde 1914 a 1922.
En las mismas, se deportó a millones de
personas, despojándolos de todas las posesiones y obligándolos a marchar a
través de territorios inhabitables. Esto expuso a los sobrevivientes a una
larga marcha en la cual la mayoría falleció producto del calor extremo, la
falta de agua y ataques de bandoleros, perpetrados con la ayuda de los
militares del Imperio Otomano.
Se denomina Holodomor al holocausto ucraniano,
una hambruna que tuvo lugar en la Unión Soviética entre 1932 y 1933. La misma
fue provocada por una mala cosecha y se vio agravada gracias a las políticas de
colectivización de Joseph Stalin, que provocaron la hambruna de más de 10
millones de personas.
Se estima que producto de esto fallecieron
cerca de 1.5 millones de personas. Sin embargo, si se tienen en cuenta otros
factores por fuera de la hambruna, como la represión sufrida por los
campesinos, la cifra entra en disputa y puede llegar (dependiendo la fuente) a
las 10 millones de personas.
La Gran Purga
En 1936, Iosif Stalin lanzaría una persecución
brutal contra miembros de su propio partido, en un intento por consolidar su
poder dentro de la Unión Soviética. El evento, conocido como «El Gran Terror»
en la Unión Soviética, no solo tuvo lugar en todos los escalafones del
gobierno, sino que también fue dirigido hacia la población civil. Si bien hasta
entonces el término «purga» se usaba para definir la expulsión masiva de
miembros del Partido Comunista, en esta oportunidad Stalin ordenó la ejecución
y detención en campos de concentración a cientos de miles de miembros del
partido y civiles que oponían resistencia al régimen. Se estima que entre 1937
y 1938 murieron cerca de 700 mil personas, mientras que otros 600 mil fueron
enviados a campos de trabajo.
Genocidio Romaní
Si bien comúnmente se asocia al Holocausto con
la persecución y muerte de más de 6 millones de judíos a manos de la Alemania
nazi, lo cierto es que el régimen de Adolf Hitler también descargó su furia
genocida contra otras minorías europeas como los gitanos, los homosexuales y
las personas con discapacidad. Su principal ideólogo fue el teórico racial
Robert Ritter, quien condujo todo tipo de investigaciones y experimentos contra
el pueblo romaní europeo y determinó que su linaje era un peligro para «la
pureza racial alemana». Esto sentó las bases para la persecución de los
romaníes, en la que fallecieron entre 220 y 500 mil personas.
Holocausto judío
El Holocausto fue la persecución y asesinato
de seis millones de judíos por parte del gobierno nazi. Todo esto se realizó
basado en la creencia que tenían los alemanes de que eran una raza superior, y
por tanto, los judíos eran una raza considerada inferior y merecían morir.
Además de judíos, los alemanes también consideraban
razas inferiores a los gitanos, los discapacitados y algunos grupos eslavos
como polacos y rusos. Por razones políticas otros grupos perseguidos fueron los
homosexuales, los testigos de Jehová, los comunistas y los socialistas.
Durante los últimos meses de guerra, muchos
prisioneros de guerra fueron trasladados en las llamadas “marchas de la muerte”
para evitar la liberación de éstos por parte de los aliados.
Los crímenes cometidos durante el Holocausto
devastaron la mayoría de las comunidades judías de Europa y perdieron la vida
seis millones de judíos.[1]
Genocidio Chino
La primera mitad del Siglo XX fue una
auténtica catástrofe en términos humanitarios para China. El país, en
principio, fue invadido en 1937 por el Imperio Japonés, que no solo cometió
todo tipo de atrocidades sino que además realizó crueles experimentos
bacteriológicos sobre la población. Se estima que durante esos años fallecieron
22 millones de personas.
La derrota japonesa en 1945 marcaría el final de la ocupación, pero no el final del conflicto. Las divisiones entre los comunistas y los nacionalistas desencadenarían una brutal guerra civil en la que en total, fallecerían cerca de 11 millones de personas.
De acuerdo con la página web Infobae[2] estos son los 10 dictadores más sanguinarios del siglo XX responsables de un inimaginable sufrimiento a millones de personas.
1. Mao
Zedong – 78 millones de personas asesinadas
2. Josef
Stalin – 23 millones de personas asesinadas
3. Adolf
Hitler – 17 millones de personas asesinadas
4. Leopoldo
II de Bélgica – 15 millones de personas asesinadas
5. Hideki
Tojo – 5 millones
6. Ismail
Enver Pasha – 2,5 millones
8.Kim Il
Sung – 1,6 millones
9.Mengistu
Haile Mariam – 1,5 millones
10. Yakubu
Gowon – 1,1 millones
En los últimos tiempos también ha sido fuente
de sufrimiento. Thorne Lay, del Departamento de Ciencias Terrestres y
Planetarias de la Universidad de California,[3]
en Santa Cruz, advierte en una investigación acerca del aumento en la
frecuencia de terremotos durante el siglo XXI.
Según Lay entre 1900 y 2014, se
registraron 89 eventos iguales o superiores a Mw 8.0.
De los 89 sismos, 18 megaterremotos se concentraron entre 2004 y 2014, es decir, 1,8 por año. Mientras que entre 1900 y 2004 se concentraron 71 eventos, pero con una frecuencia de 0,68 por año.