miércoles, 26 de noviembre de 2014

Tu perfume

¿Cómo olvidar lo inolvidable? ¿Cómo dejar de amar lo adorable? ¿Cómo mirar lo invisible a través de lo visible? ¿Cómo fortalecer la esperanza en el sinsentido? ¿Cómo reír sin llorar?
Una sola respuesta J-E-S-U-S ¡Feliz cumpleaños Joaquín!
Un nuevo texto en honor a mi gato cósmico                            

Tu perfume

Querido Joaquín, hoy 25 de noviembre cumplirías 15 años en esta tierra, con nosotros, sería un día de fiesta, sin embargo no es más que un día sereno y caluroso en Santiago, me duele solo pensar en ello. Hace 5 años que no estás con nosotros. Yo estoy más viejo y más achacoso, tu Lupita, tu madre, está más guapa que antes y el cochino Larry ya tiene 19 años y no ha crecido mucho y como nosotros te extraña todavía.
En la repisa de tu hermano está el frasco de tu perfume, ese que me “robaste” y del que te apropiaste. Lleva cinco años allí, cerrado, con el envase a medias, como tù lo dejaste, aunque cerrado es solo un decir, porque tu aroma está en toda la casa. Está en tus juguetes, en tus fotografías, en los garabatos y palotes que escribiste en las paredes, está en tus declaraciones de amor “Lupita y Joaquín” y en tu saludo de cumpleaños para mi “Querido papito que seas muy feliz”, que entre mis libros no dejo nunca de mirar. Ha sido difícil hijo construir la felicidad sin ti. Lo ha sido para mí, para tu madre y para tu hermano. Tú eras un ladrillo importante en esta construcción y ya no estás.
¿Ha muerto el futuro con tu partida? De alguna manera sí, porque definitivamente la vida no es la misma sin ti, no quiero calificarla, decir si es mejor o peor, pero es distinta. Son muchas las situaciones que no viviremos, muchos planes que quedaron truncados, sueños que fueron solo eso sueños. Nos quedaron tantas cosas por hacer y decir que nueve años con nosotros fueron muy pocos. Los ángeles gordos debieran quedarse más tiempo antes de extender sus alas y volar y volver de vez en cuando para alegrar el corazón de los que quedamos y lloramos.
He querido soñar contigo, que me miras de frente y que me abrazas y que me sonríes, pero no lo consigo, supongo que no quieres venir porque estás bien, sin embargo algo de ti quedo en esa botellita, la abro e inmediatamente lloro porque tu aroma lo inunda todo: tus carreras por la escalera, tu disfraz de drácula, el tiburón en la piscina, tu polera blanca de educación física, tu polerón verde con el bolsillo del gato mágico y tus peleas sabatinas con el tata, los gritos de los números del loto, tus carcajadas al ver televisión, la dulce María y los rebeldes, tus eternos dibujos multicolores y tus abrazos. Escápate del cielo y ven a darme un abrazo, déjame oler tu perfume en tu cuello otra vez y reír contigo como un niño. Vamos a la playa, a la casa de San Antonio, déjate caer rodando por las plantas otra vez, vamos a comer empolvados y huevos duros a San Sebastián, quedémonos otra vez en al agua hasta que el sol se ponga y las gaviotas revoloteen sobre nosotros. Vamos al bulevar a escuchar la banda de jazz. La de la cantante gorda y afinada y comer empanadas. Ríete otra vez y con esa sonrisa de conejo sáname y abrázame.
Tomemos la liebre verde y vieja y vámonos mirando los barcos a lo lejos, mientras los payasos hacen reír a la gente a bordo y un niño más pequeño que tú se chorrea el brazo con el helado. Vamos a tomar el trencito por la playa, ríete fuerte otra vez y pelea con tu hermano y dime te amo papito. Llega a la casa en el pequeño cerro y colócate tu perfume, ese que dejaste a medias hace cinco años.