lunes, 17 de marzo de 2014

Cerrando la puerta por dentro




Cerrando la puerta por dentro
 (extracto de mi libro Ahora que nos casamos pronto a publicar)
                                                                          Ps. Juan E. Barrera
Cerrando la puerta por dentro significa que la pareja recién formada no deja entrar a nadie más en su relación. Lo que es conveniente para las parejas que recién se forman lo es también para aquellas que llevan años de casados o de convivencia. Poner límites apropiados para que nadie se inmiscuya en su relación. Esto es cerrar la puerta por dentro. Esto es relativamente fácil de percibir pero no es fácil la solución. Los terceros pueden ser la familia política, los amigos, el trabajo, etc, no obstante hay situaciones que no resultan sencillas de abordar y que sin embargo están allí presentes como un tercero en la relación. Una de esas situaciones son las tareasinconclusas de los padres.
Acabar con las tareas inconclusas de los padres.
Es una dura tarea, cargada de mucha energía emocional, mucha introspección y objetividad por parte de cada uno de los cónyuges en forma separada, mucha madurez. Esta permanece invisible en los primeros meses o años de una pareja para quien todo es nuevo, alegre, divertido, lleno de encanto, si es que la relación es buena. Cuando surjan los primeros conflictos y al parecer no tenga una explicación obvia o práctica entonces se comenzará a intuir que responden a situaciones que van más allá de la propia pareja. Esto puede llegar incluso a ser un proceso doloroso que amerite la asesoría profesional. Las tareas inconclusas de los padres son situaciones conflictivas, muy cargadas de emociones y que consisten en disputas que ellos no alcanzaron o no se atrevieron o no lograron a resolver o son aspiraciones que ellos tenían y no alcanzaron a realizar y que se las encargan, de manera consciente o inconsciente a la próxima generación.
Por ejemplo, padres que lucharon toda la vida para salir de la pobreza sin conseguirlo, pero están seguros que sus hijos sí saldrán y ponen todas las esperanzas en que así será. “Mi hijo es la salvación de la familia”, “todas las esperanzas están puestas en mi hija, cuando ella se case no pasaremos nunca más por esto”. Cuando los hijos no cumplen estas expectativas el conflicto explosa. Mujeres u hombres que nunca se sintieron amados o respetados en sus matrimonios, y que se hacen la firme promesa que a sus hijos no les sucederá lo mismo. Mujeres, cónyuges de hombres alcohólicos que hacen prometer al hijo que jamás beberá, o que hacen prometer a su hija que se debe casar con alguien que no beba ni una gota de alcohol. Mujeres que han sufrido carencias durante su matrimonio y hacen prometer a sus hijas que jamás se casarán con un hombre pobre, etc. Analizando esta situación aun someramente podemos deducir ¡qué importante es tener una relación de pareja y una familia sana! Esto trae consecuencias positivas que se reproducen en las futuras generaciones, se rompen ciertos hilos invisibles que atrapan a las parejas.
Minirth et al (1994) escribe:
“Tenemos para usted buenas y malas noticias. Las malas: Todas las cuestiones que generaciones anteriores no resolvieron, esas bombas de tiempo que se han ido acumulando a través de los años, se ciernen sobre usted…las buenas noticias: Aunque otros fracasaron y no resolvieron estas cuestiones en el pasado, casi siempre debido a que no se dieron cuenta de que estaban allí, usted puede retroceder y desenredarlas.”
Estas tareas inconclusas son más profundas que los patrones familiares, que son formas como accionan las familias. Estas tareas inconclusas se relacionan con aspectos que las familias de origen dejaron escondidas. Algunas de estas cosas pueden ser no tan complicadas, pero otras pueden ser de unas complicaciones increíbles. Estas cuestiones inconclusas son legadas por las familias al menos por dos razones:
Una para que la nueva pareja las termine y también para que esta nueva pareja sufra las consecuencias.

Tres fantasmas
Minirth et al (1994), menciona tres de estos fantasmas que podrían volcarse sobre la pareja o familia actual y la de los futuros hijos:
·         Sí, te atribuyo, a ti, mi cónyuge, todos los estereotipos negativos y no resueltos en cuanto a género, que propagaron mi madre y mi padre. (p.84)
Estos estereotipos incluyen creencias como “Hay que desconfiar de todos los hombres”, “las mujeres solo sirven para tener sexo y nada más”, “a los hombre hay que tenerlos cortitos o si no se aprovechan”, “el buen sexo siempre será con otra mujer no con la esposa”, “un buen hombre tiene que tener varias mujeres”, “Todos los hombres son iguales”, “los hombre son superiores a las mujeres”, “Jamás te dejes someter por un hombre”, “Tienes que golpear la mesa”,etc
Estas creencias, por ejemplo, se pudieron repetir en voz alta, o simplemente se llevaron a la práctica con actitudes, conductas, lenguaje no verbal y no solo por lo padres, sino por tíos, tías, abuelos, etc. Esto forma parte de la cultura familiar

·         Sí, me propongo continuar la batalla no resuelta de los sexos que había entre papá y mamá. Enarbolo la bandera de ellos para volver a revivir la contienda inconclusa. (p.85)
Estas tareas inconclusas en lo relacionado a las batallas de los sexos se libran frente a temas como la autoridad, el poder, el machismo, el feminismo, el matriarcado, el patriarcado, pero incluye también los aspectos financieros, la intimidad sexual y el tiempo que se pasa juntos, el uso del dinero, la comunicación, la participación, etc.
Este fantasma se refleja en que uno de los cónyuges se presenta como muy reactivo, muy combativo frente a ciertos temas, irascible, susceptibles. Existen temas que no se pueden tocar en la pareja sin que eto produzca una pelea seria y uno de los cónyuges se pregunte el por qué de esa reacción desmedida o inapropiada.

·         Sí, busco una zona de seguridad en este matrimonio al seleccionar un cónyuge que no será un reto o amenaza para el área que me parece la más vulnerable del matrimonio de mis padres. (p.88) .El poder de este “sí” es tan grande, que incluso lleva a personas a exagerar esta zona de seguridad:
La hija de un padre autoritario y tirano, escoge como cónyuge a quien considera pasivo y hasta cobarde. Su zona, “el sentirse avasallada u oprimida” está a salvo. Estas exageraciones pueden llevar a serios problemas conyugales. Tal vez el hombre de la ilustración sea pasivo, pero tan pasivo que por ello esto traiga más dificultades que las que ella quería evitar. Un cónyuge proveniente de una familia con violencia intrafamiliar, o de un ambiente disfuncional buscará una zona de seguridad que sea lo opuesto a estas situaciones. Otras áreas vulnerables podrían ser la falta de trabajo, el origen de clases sociales distintas, diferencias culturales, otras.

Este tercer “sí” bien se podría armonizar con las colusiones matrimoniales, que son un largo e interesante tema que no es posible desarrollar ahora, pero que básicamente significa que a un nivel inconsciente se escoge pareja basados en ciertas relaciones; padre-hija, madre-hijo, sumisa-opresor, sumiso-opresora, tímido-extrovertido, etc.