sábado, 21 de enero de 2012

EDIFICANDO ALGO PROPIO


EDIFICANDO ALGO PROPIO
Ps. Juan E. Barrera

Esta es la primera tarea que deben cumplir las parejas recién casadas. Convertirse en familia y debe ser una etapa totalmente alcanzada por las parejas con años de matrimonio. Esta es una tarea extensa y forma la base del matrimonio que se inicia. Convertirse en familia es una tarea que tiene varios pasos que se deben ir cumpliendo o edificando poco a poco. Existen parejas que llevan muchos años de casados y sin embargo aun no forman una familia. No hay queja más amarga y que duela tanto escuchar en las personas, que cuando dicen “jamás fuimos una familia”. Esa expresión siempre lleva dolor, reproche, amargura, por lo que hay algunas verdades que se deben ir aprendiendo para conformarse como una familia y entre más rápido se hagan mejor.

Dejar el yo por nosotros.
Convertirse en familia es un arduo trabajo y que comienza con una tarea nada fácil. Básicamente esto es abandonar la individualidad en la que se ha vivido por años y construir la unidad. La fórmula matemática básica 1+1=2, aplicada a las relaciones debe ser cambiada a 1+1=1. Esto habitualmente resulta más fácil decirlo que hacerlo y aunque suele escucharse a menudo, el testimonio de muchas parejas demuestra lo difícil que resulta empezar a vivir de este modo. La práctica muestra sin embargo, el alto nivel de satisfacción y felicidad de las parejas que logran vivir de esta manera.
Cuesta un buen tiempo edificar esta unidad, dejar de ser yo y tú y convertirse en nosotros, pero que bien suena a los oídos, cuando en los primeros meses de los recién casados, uno de los cónyuges lo dice en voz alta, en frente de otras personas, y con mucho orgullo, “nosotros”. En esa simple palabra hay intrínsecas muchas cosas: sentirse amado, valorado, respetado e indica el inicio de algo nuevo, un pensar ya no sólo en si mismo, sino en alguien más. En esta expresión hay una renuncia al egoísmo, al individualismo.
El egoísmo es el gran enemigo de las parejas que se inician y de las que llevan muchos años también. No se puede pensar en “nosotros” sin abandonar el egoísmo, esta doctrina del yo. Egoísmo es una palabra de origen latino y está conformada por Ego (yo, el ser individual) e ismo (la práctica de),así que egoísmo es la práctica del ego. Esta es una práctica nada difícil de realizar, se nace practicando.
Casacuberta y Franquesa, (s/f) son dos psicólogas españolas quienes en un estudio sobre las causas de separación de las parejas en España encontraron que una de ellas era precisamente el egoísmo.
Ellas dicen.” El sentimiento amoroso no es puramente altruista, cuando damos esperamos recibir lo mismo o al menos en similar proporción. El intercambio de afecto, de entrega, de comprensión, de cariño, de trabajo llevará al desencanto y a la frustración si no es compartido y logrará consumir a la relación”.
Seguir viviendo como un soltero, a pesar de estar casado es una manifestación de egoísmo. Vivir con los mismos caprichos, los mismos intereses, las mismas prioridades y el mismo egocentrismo es ser un cónyuge egoísta. Podría ser que ocurriera en los primeros meses de casado, pero si esta conducta continúa no tiene justificación. Se puede decir, sin temor a equivocarse, que entre más egoísmo, menos amor y viceversa, a menor egoísmo más amor. El amor es hacia fuera, el egoísmo es hacia dentro.
Una muestra de que se está amando en verdad al cónyuge es la capacidad de renuncia en todas las áreas de la vida. Renuncia al orgullo para perdonar, renuncia a los impulsos, al aceptar un no por respuesta, renuncia para preferir al otro.
El primer período del matrimonio, es contradictorio. Existe mucho amor, pero es un amor frágil, tal vez ni sea aun amor y esto se debe a que este tiempo la pareja vive, sin darse cuenta, una guerra abierta contra el egoísmo, contra el narcisismo. Existe una canción popular que ha llevado al extremo esta idea del egoísmo relacionándolo con el mismo enamoramiento, haciendo notar que en este período de encantamiento, la persona está más bien enamorada de sí misma, de sus fantasías hechas realidad, de las sensaciones, de las formas, de los aromas, de sus sueños encarnados en una persona. Los versos de esta canción popular dicen:

No te enamoraste de mí, sino de ti,
cuando estás conmigo…
No, no. no, no te enamoraste de mí
Así como yo de ti.

¿Cuándo se sabe que la persona renunció a su egoísmo y ha empezado a amar de verdad a su pareja? Cuando deja de pensar en si mismo en primer lugar y piensa primero en la otra persona. Cuando de manera voluntaria y como un acto de amor comienza a ocupar el segundo lugar en cosas pequeñas, pero importantes. Si el dinero es escaso, prefiere suplir las necesidades de su cónyuge antes que las propias. Sexualmente deja de pensar en la satisfacción propia y piensa en el placer y satisfacción de su cónyuge antes que el propio. Cuando no puede comer o comprar algo sin pensar en el otro primeramente.
El amor se construye de detalles. Pequeños grandes detalles que le muestran al cónyuge la renuncia al egoísmo y la entrada al amor verdadero. Cuando uno de los cónyuges se da cuenta que ha pasado años con deseos de realizar alguna actividad, pero siempre ha preferido a su pareja, la ha estado amando todos esos años.
Lo contrario del egoísmo es el desapego, es colocar al otro en primer lugar, al cónyuge, a los hijos. Criar a una familia con mucho esfuerzo, con dedicación y esperar el período de jubilación para recién comenzar a pensar en si mismo, ¡eso es amor! no muy rimbombante ni público, pero amor. Debemos aprender de estas personas.