martes, 9 de agosto de 2011

Funciones familiares III: Los servicios económicos


Funciones familiares III: Los servicios económicos
Juan E. Barrera
Por servicios económicos se entiende la apropiada provisión de básicamente dos cosas: la primera es la atención y el cuidado en la alimentación. Esto parece obvio, pero forma parte de las funciones familiares y no siempre se cumple. No todos los integrantes de una familia reciben de manera apropiada los alimentos que necesitan. Ni los niños ni otras personas de la familia. Ello se debe, entre otras cosas: a la falta de los recursos necesarios para alimentar a la familia. El trabajo es escaso, los ingresos son bajos, hay una mala distribución de estos y la familia se queda sin los alimentos necesarios. Otra razón puede ser la negligencia. Padres o adultos sustitutos que por irresponsabilidad no cumplen con esta función. Muchas veces involucrados en adicciones u otras conductas de riesgo, dejan a sus hijos y otros familiares en el abandono y son ellos solos quienes deben buscar la manera de alimentarse. Esto deja marcas emocionales en cualquier niño hasta la adultez.
El otro aspecto involucrado en el concepto de servicios económicos es otro tipo de servicios, por ejemplo, los servicios médicos. Una función de la familia es velar que todos sus miembros se encuentren sanos y no solamente en el aspecto físico sino que en todos los sentidos, corporalmente, emocionalmente y socialmente. La familia es la primera responsable en velar por el bienestar de cada uno de los integrantes de esta. No solamente los niños, sino también los adultos mayores. Este aspecto no se puede dejar al azar. Debe estar planificado. En el caso de Chile, la madre tiene atención gratuita desde el primer momento que se sabe embarazada hasta que el niño tiene cinco años, por lo que no existe razón por la que un niño no reciba la atención médica necesaria a tiempo, pero tal vez no sea así en otros lugares, por lo que esta función requerirá cierta planificación antes que os niños lleguen a la familia.
Otro servicio es la escuela. La familia debe preocuparse que sus hijos reciban la educación apropiada y acompañarlos en este proceso. La diversión es otro tipo de servicios. La familia debe tener tiempo para salir y entretenerse. ¡Los niños no deben trabajar!
Los niños tienen que tener tiempo para jugar, a través del juego ellos se desarrollan y maduran. La ropa es otro servicio. Que cada integrante de la familia se vista lo mejor que pueda dentro de sus recursos es muy importante. Personas bien abrigadas u holgadas según la estación, con el calzado apropiado, no solo ayudan a protegerlos, también construyen una autoestima positiva. Finalmente el dinero también es un servicio que la familia debe entregar, si esto es posible. Que cada miembro de la familia maneje su propio dinero y decida en que lo quiere gastar. En los niños esto les enseña a ser autónomos, responsables, a valorar las cosas que tiene y valorar además el esfuerzo que se hace para ganar ese dinero.
Proveer de servicios económicos, esta es otra función de la familia.

lunes, 8 de agosto de 2011

Trabajo y familia


Trabajo y familia.
Juan E. Barrera
Es una realidad, hay que trabajar, eso no es nuevo. Sin embargo pareciera que en el día de hoy el trabajo es algo más que ganar el sustento. El trabajo para muchos va asociado al éxito, al reconocimiento, al dinero, a las posesiones y ello no se logra sin dedicar muchas horas a la actividad laboral, descuidando el tiempo destinado a la familia. Esto trae consecuencias. Por una parte surge el estrés, que es el desequilibrio entre las demandas del ambiente y los recursos disponibles de la persona. Tanto el trabajo como la familia comienzan a hacer demandas y la persona comienza a sentirse mal, físicamente y emocionalmente, al punto de sentirse muchas veces sobrepasada, lo que le deja expuesta a serios problemas de salud. Con el estrés aparece también la culpa por abandonar la familia. Así que la persona se ve tironeada por las circunstancias, cansancio, estrés, y culpa, entre otros. ¿Cómo lograr el equilibrio entre trabajo y familia? No hay fórmulas, cada persona y cada familia es diferente, pero algunas sugerencias podrían ayudar:
1. Revisar el orden de prioridades en la vida ¿Qué es más importante, la familia o el trabajo? Si trabajamos afanosamente para la familia, pero nos quedamos sin ella ¿de qué sirve afanarse tanto?
2. Recordar que trabajo y familia se relacionan estrechamente. Si el ambiente familiar es el apropiado ¿No se desarrollará el trabajo de manera mejor y con mayor satisfacción?
3. Desconectarse del trabajo una vez que se llega a casa. Separar los mundos y dedicar a la familia el tiempo que les corresponde, sin quitárselo. No llevar trabajo a la casa.

domingo, 7 de agosto de 2011

Funciones de la familia II: Reproducción


Funciones de la familia II: Reproducción.
Juan E. Barrera
Una familia tiene cinco funciones, pero esta es la primordial, simplemente, porque si no se cumple no existe familia. Esta función es la reproducción. Tener hijos no es una obligación para todas las parejas que viven juntas, pero obviamente sí lo es si esa pareja desea formar una familia. Los hijos se tienen no solamente por el hecho de cumplir con esta función, sino que, en circunstancias normales, estos son el fruto del amor. Son esperados, son amados y son aceptados. No todas las parejas pueden tener hijos, por diversas razones. Algunas sufren bastante por ello y se someten a todo tipo de exámenes para conseguirlo. Muchas lo logran y esos niños son recibidos y amados como un verdadero tesoro. Otros no lo consiguen y dan un paso más en su amor y optan por adoptar un hijo o una hija. Hacer suyo el hijo de otro es una verdadera muestra de amor. Recordemos que adopción es un término bíblico que describe el amor de Dios al hombre. Otras parejas deciden entregar todo su amor a sobrinos o parientes cercanos y esa es también una muestra de amor. Son esos tíos y tías adorables que todos quisiéramos tener y de los cuales no nos olvidaremos jamás.
Tener hijos está en el deseo de prácticamente todas las personas. Todos desean tener hijos sanos y fuertes. La pareja se llena de fantasías desde mucho antes de conocerse. Hay niños que llevan un nombre que su madre ¡escogió cuando ella tenía 12 o 14 años! No siempre esas fantasías se cumplen, hay muchas circunstancias que pueden evitar que ello ocurra: enfermedades, impedimentos físicos o mentales y hasta la muerte del hijo o hija. Estos hijos deben ser amados y aceptados y no vivir las fantasías de los padres sino la de ellos. Crecer, madurar, hacerse fuertes y responsables, convertirse en niños autónomos y ciudadanos valiosos, que amen a Dios y a su prójimo, esa es una buena meta para los hijos.