domingo, 3 de abril de 2011

Conociendo a Dios


Santiago-Chile

Iglesia: Iglesia Bíblica Independiente

Fecha: Domingo 04/04/2011

Texto: Daniel 11:32.

Título: Conociendo a Dios.

Juan E. Barrera

Introducción.

En el período de la historia conocido por nosotros como Edad media, era muy común el estudio de Dios. Dios era el motivo principal de estudio en la filosofía y en la teología. Lentamente fue saliendo de la escena, aunque hubo tiempos, llamados de avivamiento donde el estudio de Dios volvía a ocupar el primer lugar. En el día de hoy el estudio de Dios ya ha perdido mucho terreno. Vivimos el auge de la secularización empezada hace siglos y para las sociedad modernas Dios ya no tiene nada que decir. Los estados son laicos, la legitimación del conocimiento viene de la ciencia y es un mundo sin trascendencia, donde todo ocurre en el mundo natural, en la Tierra. Sin embargo, existe un grupo reducido de personas que sigue creyendo en la necesidad de volver al estudio de Dios y a Dios. No son muchos, son los verdaderos profetas del siglo XX-XXI. He aquí algunas de las razones para el estudio de Dios.

1. El estudio de Dios expande nuestra mente más que ninguna otra disciplina

2. Un sano estudio de Dios nos lleva a Dios mismo

3. Un estudio de Dios nos da una visión esperanzadora de la vida

4. Un estudio de Dios nos da una noción de sujeto, de identidad humana

5. Un estudio de Dios trae sanidad emocional y espiritual

Daniel 11:32

. 31Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora. 32Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará.

Este pequeño verso escondido en el AT nos da la justificación para comenzar un estudio acerca de Dios, aunque esta expresión ya nos desvía del propósito de estos mensajes. No es mi deseo escribir o hablar acerca de Dios, de eso la filosofía y la teología ya se ha preocupado por siglos. La idea de estos mensajes es desafiarnos mutuamente a buscar una experiencia con Dios. Esta sola palabra experiencia puede asustar a muchos, pues hemos sido enseñados erróneamente a desconfiar de las experiencias y con razón, puesto que tenemos miles de ejemplos de falsas experiencias o experiencias reales pero que no forman parte de un contexto cristiano.

Pero sea que se acepte o que se niegue el fenómeno, la experiencia está presente. Un grupo importante basa toda su teología en las experiencias que han tenido. Otro grupo importante de la cristiandad basa toda su teología discutiendo y negando experiencias que nunca han tenido. De un lado o de otro la experiencia es un punto fundamental en la vida cristiana. Jesús le dijo a Nicodemo “Tendrás que nacer de nuevo”. El nacimiento es una experiencia y una de mucho esfuerzo y dolor, pero de alegría sin límites.

En esta mañana quiero referirme, aunque solo sea de manera introductoria a la experiencia derivada del conocimiento personal de Dios.

Este tipo de experiencia aunque dejada de lado por nosotros, grupos más conservadores, tiene una sólida base bíblica.

Pablo escribe a los Efesios en el capítulo 1 de su epístola:

15Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, 16no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 17para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 19y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza

Los patriarcas

1. Abraham experimenta a Dios y recibe una promesa

2. Jacob experimenta a Dios y entonces cambia definitivamente su vida

Los apóstoles

3. Pedro tiene un encuentro con el Cristo resucitado y nunca más a vuelve a ser el mismo Pedro.

4. Pablo se encuentra con el Cristo resucitado y declara que después de eso todo lo demás en su vida es basura.

Los padres de la iglesia

1. Agustín era el enamorado de Dios

2. Thomas Merton dedicó su vid a buscar a Dios

3. Bernardo de Clairvoux escribió. “Comemos de ti vivo pan y no queremos dejar de hacerlo”

Los grandes hombres de Dios en el pasado.

1. Charles Finney

2. Charles Spurgeon

3. Jhon Wesley

4, David Brainerd

Los grandes hombres de Dios en el siglo XX

1. Oswald Smith

2. A.W.Tozer

3. Guillermo Strong padre.

La himnología cristiana

1. “Lugar hay donde descansar…”Cerca del corazón de Dios

2. hay un lugar do quiero estar

3. “Cerca de ti Señor”

La música cristiana actual:

Grupo vertical

1. “Cambiaré mi tristeza”. El gozo viene en la mañana, como metáfora del encuentro.

2. Abre mis ojos: Abre mis ojos Señor, yo quiero verte.

Jaime Murrel canta

“Maravillado estoy”

Jesús Adrián Romero

“Por un instante en tu presencia”

“Buscando refugio” El encuentro de un hombre cansado de la vida con Jesús.

En el texto de Daniel 11 el contexto nos muestra el ambiente político, social y espiritual del momento. El “hombre de iniquidad” profanará el templo de Dios, ridiculizará, se burlará y afrentará el nombre de Dios.

¿De donde vendrá la defensa de Dios? ¿Quiénes se esforzarán y actuarán? El mismo texto nos da la respuesta: EL PUEBLO QUE CONOCE A SU DIOS.

De acuerdo a este versículo la mejor defensa que los hombres pueden hacer de Dios es conocerlo. El contexto espiritual no ha cambiado, las condiciones espirituales han ido de mal en peor. La pregunta profética del Señor “Cuándo venga el hijo del hombre ¿Hallará fe en la Tierra? Adquiere mucha relevancia a la luz de las condiciones sociales y espirituales de nuestro tiempo:

1. Secularismo, una sociedad sin Dios

2. Humanismo, el hombre como medida de todo

3. Naturalismo, la explicación científica de todo pero sólo en el ámbito natural

4. Orientalismo, el regreso al antiguo paganismo

5. Una cultura del abuso, deshumanizada, de la muerte

¿Quiénes responderán y saldrán en defensa de Dios en estas situaciones?

EL PUEBLO QUE CONOCE A SU DIOS

En este texto hay tres verbos importantes: Conocer-esforzarse-actuar.

En esta mañana quiero dedicar mi atención al verbo conocer porque así comienza el verso, el pueblo que conoce a su Dios

El diccionario Vine dice:

“El significado básico del término tiene que ver con percepción mediante la vista, el

tacto o el oído. A veces la oscuridad hace imposible el reconocimiento (Rt 3.14). A menudo se reconocen a las personas por sus voces (Jue 18.3). Nakar a veces tiene la acepción de «prestar atención a»; es una forma especial de reconocimiento: «¡Bendito sea el que se haya fijado en ti!» Me resulta imposible no traer a mi mente las palabras de los apóstoles “no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”. De acuerdo a estas palabras, ellos habían conocido personalmente a Dios.

El mismo comentario continúa diciendo:

“Conocer a Dios» es tener un íntimo conocimiento práctico de Él. Es así que Faraón niega conocer a Jehová (Éx 5.2) y rehúsa reconocer su autoridad sobre él.

Conocer a Dios es el deber de cada creyente. Jesús dijo en Juan 17:3 “Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado”. Este es un privilegio que todos los creyentes pueden tener y no solamente unos pocos elegidos. Recordemos que el velo del templo fue rasgado cuando el Señor murió. Que el acceso al Padre quedó liberado.

La condición sine cuanon para conocer a Dios es Tener sed de Dios.

El salmista escribió en el Salmo 42:1 “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Oh Dios , el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo”

Y en el Salmo 63:1-2 escribe “Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carme te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas, par ver tu poder y tu gloria”.

En el Nuevo Testamento el Maestro dijo en una ocasión, en Juan 7:37 “…Si alguno tiene sed, venga a mi y beba. El que cree en mi, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”

¿Cómo se interpreta esta sed en el tiempo de hoy? En una sola palabra INSATISFACCIÓN. Recordemos que el autor de los versos del libro de los Salmos fue un rey y nada de las comodidades y del estilo de vida aristocrática había llenado su corazón.

A-W. Pink, escribió:

“Antes que estemos dispuestos a recibir el obsequio de Dios, (la salvación, que yo cambiaría sin temor a alterar el texto, su presencia) El tiene que revelar nuestra sed. Dios tiene que mostrarnos la vanidad y la insignificancia total de todo en este mundo, así que él nos hará experimentar una "sed" aguda por el Agua de la Vida. El hombre tiene que ser llevado hasta la desesperación, hasta que se pregunte si Dios puede salvar a un ser tan desgraciado como él. El hombre tiene que ser desnudado de los harapos mugrientos de su propio fariseísmo, y estar dispuesto a venir a Dios así como él es, como un mendigo desnudo y vacío y prepararse para recibir la caridad divina. Tiene que venir a la presencia de Cristo y tener los tratos personales con El.”

Para tener un encuentro con Dios se sebe tener sed, es decir experimentar una insatisfacción tal que nada, pero nada en la vida pueda reemplazar lo que ese encuentro garantiza.

Tener sed es el reconocimiento que todos los dones materiales y espirituales recibidos de Dios, no se comparar con el dador de todos ellos.

Es mirar alrededor nuestro y decir:

Dios te alabo y te bendigo por:

1. Mi historia

2. Mi familia

3. Mi profesión y mis títulos

4. Mi trabajo y el dinero que obtengo de él

5. Mis cosas materiales

6. Mi status

7. Mis amigos

Te bendigo por todo lo que me das, pero hay algo que todavía me tiene insatisfecho Conocerte a ti.

Señor gracias por todo lo recibido de ti, pero te busco con todo mi corazón y no voy a parar hasta que tu lo hagas, salgas a mi encuentro y te reveles a mi corazón, porque esta es la vida eterna CONOCERTE A TI.

La mayoría de nosotros no tenemos esa sed y si la tuvimos se apaga rápidamente. Esta sed es apagada por:

1. La cotidianeidad, “los afanes de este mundo”

2. Una enseñanza bíblica desequilibrada

3. El descuido en las prácticas espirituales

4. Las heridas y dolores propios de la vida

5. La comodidad

6. La religiosidad

7. El estilo de vida actual

Esta sed siempre está presente, pues hemos nacido para Dios, porque hemos sido creados para alabanza de la gloria de su gracia y porque por él y para él son todas las cosas. Sin embargo es muy fácil sentirnos satisfechos con cosas, sí con cosas desechables, perecibles corruptibles.

El satatus quo cristiano nos atrapa con grandes tentáculos: Ya eres salvo, quédate tranquilo, disfruta la vida, no te hagas problemas, con que leas tu Biblia y ores ya estás bien.

Salir de ese estado es muy difícil y se convierte en todo un trabajo espiritual intenso que comienza con:

1. Un auto análisis del tipo de vida cristiana que se está llevando: ¿Me siento contento como estoy? ¿Siento el gozo y la alegría de la vida cristiana? ¿Estoy creciendo espiritualmente o estoy estancado? ¿Adoro al Señor de corazón? ¿Estoy reconciliado con Dios, con la vida y con mis semejantes? ¿Es mi vida cristiana una aventura nueva cada día? ¿Siento y disfruto la presencia del Señor en mi vida y en mi hogar?

El Salmo 139: 23.24

23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;

Pruébame y conoce mis pensamientos;

24 Y ve si hay en mí camino de perversidad,

Y guíame en el camino eterno.

Si la respuesta a este análisis es que estás satisfecho(a) hay dos probabilidades:

-. Ya te encontraste y re encontraste con el Señor o ya te acostumbraste a vivir en la rutina cristiana.

-. Si tu respuesta es negativa, te sientes insatisfecho con tu estilo de vida cristiana, debes pasar al segundo punto.

2. Comenzar a orar por tener ganas de conocer a Dios. Sí porque estas ganas no vendrán solas, aunque el resultado del análisis sea negativo. ¿La razón? Estas ganas de conocer a Dios son anti natura. Son contrarias a la naturaleza humana caída. Nuestra humanidad tratará siempre de evitar que conozcamos a Dios en la intimidad. Así que debemos orar de acuerdo a Efesios 3: 20:

Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”

Y decir: Señor se que en conocerte a ti está el secreto de la vida y que en ti están todas las respuestas, pero no tengo ganas de buscarte. Estoy afanado, preocupado, ocupado. Crea en mi corazón las ganas de conocerte y de buscarte. En el nombre de Jesús amén.

Dios premia esta actitud, Dios premia a los que le buscan. Hebreos 11: 6 dice:

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”

Una vez que tengamos las ganas de conocer a Dios y de encontrarnos con él, ganas que de forma sobrenatural nos ha sido dada, pues todo viene de Dios, nada es resultado del esfuerzo humano, debemos pasar al tercer punto.

3. Dedicar el tiempo necesario a actividades que me lleven a un encuentro con Dios.

a. Una lectura meditativa de la Biblia. No una lectura apurada, tampoco una mirada intelectual, sino que con un espíritu de búsqueda.

Según el espíritu del salmista

“Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu ley”

b. Dedicar tiempo a la oración. Una oración dedicada, planificada. Una oración que no sea más que una expresión de :

-adoración. Adoración profunda, de exaltación

-Oración de rendición: Aquí estoy Señor, buscándote, sal a mi encuentro

c. Actividades de retiro: Para meditar en Dios, para esperar en Dios. Retiros espirituales sin comida, sin juegos. En silencio buscando a Dios como un cuerpo. Adorando juntos.

CONCLUSIONES

1. Relevancia del conocer a Dios

2. Lo que es conocer a Dios

3. Como empezar el conocer a Dios.