lunes, 21 de septiembre de 2009

Pan y Cebolla



PAN Y CEBOLLA
Juan E. Barrera
“Un matrimonio feliz es una larga
conversación que siempre parece
demasiado corta”
André Maurois



Esta es una importante tarea en el matrimonio, y consiste en Optar por decisiones responsables. Es necesario hacerlo en algunos aspectos bien específicos, tanto de carácter emocional como de carácter práctico. Una vez casados los cónyuges descubren que se les abre un mar de opciones en todo tipo de cosas y aspectos que cuando solteros ni siquiera imaginaron. Saber optar por lo correcto es una buena tarea a resolver en este período.
La primera opción correcta que se debe tomar es lo que algunos llaman El triángulo del amor. COES, (2006), Barrera J. A. (2007) Este triángulo está compuesto por tres conceptos que se deben desarrollar en una relación de pareja y que requieren una decisión u opción consciente. Estos conceptos son: INTIMIDAD-PASIÓN-COMPROMISO.
Estos tres conceptos fueron trastocados en la caída humana; el hombre perdió la intimidad con Dios y consigo mismo, se escindió. También perdió la intimidad con su cónyuge al permitir la participación de un tercero en la relación. Perdió la pasión, que es fruto o resultado de la intimidad y finalmente perdió el compromiso, al culpar al cónyuge por sus propios actos.
El matrimonio cristiano está llamado a recuperar estos tres conceptos. Las parejas que lo consigan vivirán vidas felices y con significado. Comencemos a armar este verdadero triángulo de amor.

La intimidad.
Este término se define como “Situación por la que dos personas se profesan cariño, comparten con la mayor libertad posible sentimientos, ideas y procederes” (Levinger y Raus,S/a citado por Coes 2006).

De acuerdo con Bravo, (2006), psicóloga del grupo Aparecer.
“Intimar es un proceso, no una meta. Es el proceso de compartir y disfrutar el mundo y la compañía del otro, no porque haya un asunto que tratar, sino por el simple placer o interés de gozar de un tranquilo intercambio de sensaciones, sentimientos, observaciones, ideas y emociones. Intimar es simplemente estar, ser con el otro”
Este es el propósito del matrimonio, alcanzar un nivel de intimidad que no se da en ninguna otra relación por estrecha que sea. Casarse para seguir viviendo como un soltero, con las mismas prioridades, con los mismos caprichos y con los mismos gastos, viviendo de manera egoísta no es optar por la intimidad. Para que exista intimidad debe haber dos personas dispuestas a crear este espacio, a construirlo. Este era el deseo de Dios con la primera pareja, recordemos los mandatos primeros
-“Por tanto dejará el hombre padre y madre”
-“y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”

En estos dos mandatos está toda la clave para construir la intimidad, abandonar un ambiente bueno o no bueno. Abandonar lazos afectivos y crear otros con alguien distinto a los padres, a los hermanos, a los familiares y en este ambiente nuevo, compartir juntos ideas, sentimientos.
En el trabajo de parejas sobre los factores protectores de la pareja llevado a cabo por la Universidad del Desarrollo que ya he citado, se menciona como primer factor protector el desarrollar un espacio de intimidad emocional.
“Sólo al estar íntimamente conectado al otro se conocen muchas sutilezas, importantes a la hora de solucionar conflictos. Por eso, un factor protector esencial es el desarrollo de esta intimidad emocional, que cada miembro de la pareja se sienta acogido por el otro, que exista un buen apego entre ambos” (Gianella Poulsen), psicóloga participante de la investigación.
La intimidad es variable de una pareja a otra. Cada cónyuge siente si tal ambiente de intimidad está presente o no. Cuando en la vida de pareja ocurren hechos significativos, como duelos, enfermedades, es fácil darse cuenta si la pareja está al lado, o si no lo está. Existen también otras circunstancias donde la pareja espera esta intimidad. En algunas situaciones espera complicidad, que le sigan el juego, saber que el otro está ahí, aunque no diga nada.
En la expresión bíblica “estaban desnudos y no se avergonzaban”, refiriéndose a Adán y Eva, podemos descubrir otro aspecto de la intimidad. Para que esta exista debe haber confianza absoluta, aceptación total, “desnudez del alma”. Si ambas características, la confianza y la aceptación no están presentes en una relación es imposible que exista intimidad. Donde hay recelo, donde solo existen monólogos y crítica constante, no puede florecer la rosa de la intimidad. Intentar cambiar al cónyuge, o presentar cualquier otra emoción negativa, aunque la intención sea correcta, no es la mejor forma de crear intimidad. Entonces ¿Cómo construir la intimidad?
Hay aspectos que construyen intimidad y todos se relacionan con uno mismo más que con el cónyuge, aunque se espera que en una pareja bien avenida el cónyuge haga lo mismo.

1. Un nivel apropiado de auto aceptación y de autoestima: Esto resulta fundamental, porque la autoestima apropiada eleva el nivel de intimidad. Al revés una baja autoestima crea bajos niveles de intimidad ¿Por qué? Porque si la persona no se valora, ni se estima así misma le resultará aún más difícil sentirse valorada por otra persona. Verá en cada situación una amenaza. Será presa de los celos, por ejemplo, tenderá al aislamiento social, evitará el contacto con otros, tendrá poco que aportar a la relación. Beatriz Zegers, otra de la psicólogas investigadoras de los factores protectores de la pareja dice:”…al cultivarla (la intimidad personal), siempre tenemos algo importante para el otro, no nos volvemos aburridos” (p.---)
2. Darse a conocer: Este punto es fundamental para crear intimidad. Abrirse, vencer los temores, atreverse a estar vulnerable con el otro, y al mismo tiempo sentirse comprendido por ese otro, ser tomado en serio por ese otro. Para que el otro responda, el cónyuge debe ser capaz de abrirse, de compartir, de comunicarse, de hablar, de soñar. Por último de reclamar, pero darse a conocer. ¡Es difícil tener intimidad con una ostra! Patricia Bravo, psicóloga del grupo Aparecer, a quien ya he citado dice:”(la intimidad)…implica un trabajo que hacer. Y antes que una persona pueda salir de sí misma hacia otra debe tener la disposición de llegar al interior de sí. Para poder contarle a otro quien soy tengo que darme cuenta de que me pasa, que siento, qué necesito, que me pone alegre o triste. Requiere entrenamiento”

3. Pasar tiempo juntos. Esto parece algo básico, pero con el tiempo deja de serlo. Al comienzo la pareja pasa mucho tiempo junta, conversando, construyendo sueños, riéndose, jugando. Sin embargo a medida que pasa el tiempo, esta sana práctica se va perdiendo, y son muchos los factores que van robando este precioso tiempo: el trabajo, los estudios, las preocupaciones, los quehaceres de la casa, etc.
En el caso de las mujeres, el conversar es el mejor medio para crear intimidad, conversar de todo, desde cosas triviales hasta cosas importantes. Que bueno sería apagar el televisor y conversar. Hablar hasta la madrugada los fines de semana, acostarse tarde después de haber arreglado el mundo entero. Cuantos sentimientos, gustos, opiniones, se expresan en cada una de estas tertulias. No debe haber nada más sano ni nada más alegre que aquellos eternos asados en familia hasta muy tarde en la noche, donde los hijos participan, se ríen, cuentan chistes, expresan sus opiniones. Hay que guardar estos momentos en el baúl emocional de la familia.
Las psicólogas del Coes, que ya he citado con anterioridad, también mencionan otros aspectos que construyen intimidad
Conservar una identidad personal.
Confianza, predisposición, compromiso, empatía, honradez y comunicación.
Capacidad de dar y recibir apoyo.
Capacidad de ir comprendiendo más que juzgando.
Ser capaces de ser niño, adulto y padre de acuerdo a la situación.
El miedo, la timidez extrema, la agresividad, el egoísmo, etc., dificultan el desarrollo de la intimidad.
Considerando los aspectos mencionados con anterioridad, me atrevo a considerar algunas cosas prácticas que crean intimidad en la pareja.

1. Conocerse a sí mismo, identificar cuál es el diálogo interior que se tiene.
2. Aceptarse a sí mismo, e intentar al mismo tiempo ser mejores.
3. Cultivar el humor, aprender a reírse de uno mismo, de sus errores, de
sus aciertos.
4. Cultivar el espíritu, con buena música, buena literatura
5. Ser honesto con uno mismo
6. Intentar ser comprensivo
7. Pensar que el matrimonio es para toda la vida y es mejor llevarse bien.
8. Reflexionar en que la vida es corta y el tiempo mal aprovechado con el
cónyuge, es un tiempo perdido, que no vuelve
9. Renunciar a los miedos, cualquiera sean estos, vivir serenamente
10.Agradecer a Dios a diario por el cónyuge.
11. No mantener pensamientos tóxicos contra el cónyuge después de una
pelea
12. Agradecer a Dios por las cosas buenas del cónyuge.
13. Estudiar algo juntos como pareja.
14. Salir juntos de manera habitual sin los hijos.
15. Ir al cine y disfrutar de una película.
16. Salir a comer solos a un lugar favorito de ambos.
17. Viajar solos y dormir abrazados en el asiento.
18 Cocinar juntos
19. Jugar juntos
20. Veranear juntos

Pasos hacia la intimidad

Conocerse. Durante el noviazgo se cree conocer bien al otro, escuchamos comentarios como “Humm…yo conozco bien a mi Danny”, “Yo conozco bien a mi flaca” Cuando la pareja se casa y comienzan a vivir juntos descubren que es muy poco lo que se sabe del cónyuge. Existe una broma machista que dice “después de la luna de miel me cambiaron a mi señora” o “¿Cuál es la diferencia entre una hada y una bruja?... ¡20 años de matrimonio!
Lo que implica que las personas van cambiando y no terminamos nunca de conocerlas.
-¿Sabes todo respecto a los gustos de tu cónyuge?
-¿Sabes que cosa son las que entristecen a tu cónyuge?
-¿Sabes que cosas alegran a tu cónyuge?
-¿Qué regalo haría feliz a tu cónyuge?
Conocerse forma parte de la opción por la intimidad, la pareja puede llevar años de convivencia y sin embargo ser unos desconocidos.

Comunicación. Mientras exista comunicación, existirá intimidad.

“Veo a la comunicación como una enorme sombrilla que cubre y
afecta todo lo que sucede entre los seres humanos.
Una vez que el individuo llega al planeta, la comunicación
es el factor determinante de las relaciones que establecerá
con los demás, y lo que suceda con cada una de ellas en el mundo”
Virginia Satir .
Para esta famosa terapeuta la comunicación tiene muchos aspectos:

Es el calibrador con el cual dos individuos miden la autoestima del otro.
Abarca transmitir información, la que se da y se recibe, como se utiliza y se le da significado.
Toda comunicación es aprendida.

Este último punto tiene mucha relevancia, pues la forma como aprendamos a comunicarnos tempranamente marcará nuestra forma de relacionarnos con otros. En la comunicación aportamos nuestros cuerpos, nuestros valores, expectativas, órganos de los sentidos, cerebro, capacidad para hablar, etc. Todo lo que somos está al servicio de la comunicación, nuestro auto concepto, nuestros miedos y por sobre todo el modelo familiar de comunicación, “Este cabro salió “amurrao” igual al papá” ¿Salió “amurrao” o es la forma que aprendió a expresar su disgusto observando al papá?
Sobre este tema recomiendo el libro del doctor Norman Wright Como hablar con su pareja.
En un primer nivel Francisco y Susana hablarán solo al nivel de información: ¿Qué haces? ¿Cuántos años tienes? ¿Dónde vives?
Luego esta comunicación entrará en un nivel más profundo, el de las emociones “Me siento bien hablando contigo”-“Yo también” “Es agradable conversar contigo”
Otro paso que crea intimidad y ya me referí a ello cuando hablé de la escucha empática es la comprensión. Comprender es más que conocer o entender “te entiendo, pero no te comprendo” solemos decir cuando entendemos las palabras pero no la lógica del argumento.
“-Hay veces que me siento cansado”-podría decir Francisco. Susana, guardando silencio y mirándolo con ternura podría responder:-“hay veces que yo también,” y darle un abrazo. Sin ellos saberlo han ido pasando de un nivel de comunicación a otro cada vez más profundo.
Las mujeres, dice Gray, (1994) “cometen el error de pensar que no tienen que pedir apoyo. Debido a que ellas sienten en forma intuitiva las necesidades de los demás…”. La comprensión es un aspecto frágil de la relación y se hace un poco más fácil si cada cónyuge dice abiertamente lo que le sucede o cuáles son las áreas donde el otro debe practicar la comprensión.
Para profundizar más en los impedimentos para la comprensión recomiendo la lectura de un libro con título raro, pero excelente que ya recomendé con anterioridad “Los hombres son de Marte las mujeres de Venus”.
La confianza. Los celos son normales hasta cierto punto porque es la defensa que opera y dice “eso es mío”, pero si estos son una conducta recurrente requiere trabajarse de manera especial, porque detrás de todo celoso, más aún en el patológico, existen serias carencias emocionales. Los celos no solo se desarrollan en relación con el cónyuge, sino que se extiende a otras situaciones: celos de los hermanos, de los hijos, de los amigos, etc.
Es mejor dejar toda situación que produzca celos en el otro, situaciones o personas. Si no existe confianza no hay intimidad porque la desconfianza crea un ambiente frágil, donde hay que tener mucho cuidado para no romper ese ambiente, justificar todo lo que se hace y “rendir cuentas” a diario. Hay que decir además que la confianza no solo se limita al aspecto sexual, a la infidelidad sino que abarca muchas otras áreas como son el dinero, las capacidades, los sentimientos, la palabra.

Santiago de Chile. Septiembre de 2009