viernes, 10 de octubre de 2008

Indiferencia: El cuarto jinete del Apocalipsis en el matrimonio


Indiferencia: El Cuarto jinete del Apocalipsis en el matrimonio

Juan E. Barrera



Indiferencia o juicio mudo desfavorable respecto de su pareja. Este es la última actitud en el matrimonio que lleva a un quiebre total, o como hemos dicho, el último de los jinetes.
Al cónyuge se le mira con indiferencia y desprecio. “En sus pensamientos el cónyuge es el sujeto de una condena constante,” y es el receptor habitual de este pensamiento negativo y hostil y además lo coloca en un estado de alarma cada vez que se produce una discusión. Un juicio mudo desfavorable gatillará pensamientos automáticos como “que va entender este”, “a esta no se le ocurre nada”. Estos pensamientos van desvalorizando cada día al cónyuge, hasta que uno de ellos, o ambos, llegan a sentirse muy superiores al otro y se comienza además a comparar al cónyuge con otras personas, y claro está el juicio desfavorable siempre hará que el otro hombre o la otra mujer, aunque no se mencione, sea superior al cónyuge propio.
En este estado de alerta el cónyuge atacado puede reaccionar de dos maneras:
Atacar, estallar en ira con las consecuencias conocidas por todos, reproches, crítica, gritos. Si alguno de los cónyuges además de una estructura histérica presenta también una, como ha dicho alguien una estructura “histórica”, el asunto se vuelve peor, pues comenzará a recordar una serie de eventos pasados que el cónyuge ni siquiera recuerda.
Huir, esta reacción puede ser aún más peligrosa que la anterior si la huida es hacia el silencio total. El bloqueo en la conversación, no decir nada, no responder, guardar silencio total. El bloqueo envía un mensaje de superioridad, distancia, y aversión.
En un estudio de matrimonios con futuros problemas el 85% de los esposos se bloqueaban en respuesta a los ataques con crítica y desdén de la esposa. “como respuesta habitual, el bloqueo es devastador para la salud de una relación: anula toda posibilidad de resolver los desacuerdos”. (Gottman)
Una vez que la crítica áspera, la defensa, el desdén, el juicio desfavorable y la indiferencia se instala en el matrimonio, ya no hay dudas que esta pareja tiene problemas serios y se encamina al divorcio, más temprano que tarde. La pareja entra en un estado que Goleman llama de desbordamiento.

lunes, 6 de octubre de 2008

Desprecio. El tercer jinete del apocalipsis en el matrimonio


Desprecio. El tercer jinete del apocalipsis en el matrimonio
Juan E. Barrera

Desprecio o desdén. Esta emoción surge con la ira, y es muy, pero muy destructiva. Cuando a la crítica áspera y la actitud defensiva se le agrega el mirar en menos al cónyuge se está armando una verdadera bomba de tiempo. El desdén es mirar al otro con indiferencia, con menosprecio.
El desdén se hace manifiesto de varias maneras.
En las palabras, burla o insulto: “Idiota”, “estúpido”, “bruja” (propio de los hombres)
En el lenguaje corporal, la sonrisa burlona, el labio torcido, poner los ojos en blanco como diciendo “¡ay Señor! (propio de las mujeres).
Cuando uno de los cónyuges acostumbra a hacer esto, la reacción en el otro es un “asalto emocional” en el que en cuestión de segundos se le acelera el ritmo cardíaco y en que todo el cuerpo se acelera y que siempre deja huellas emocionales.
Si el marido es el que hace uso del desdén en las discusiones habitualmente, se ha descubierto que el resultado en las esposas es una mayor propensión a una serie de problemas de salud, desde los frecuentes resfríos y gripes hasta enfermedades de vejiga, y síntomas gastrointestinales.
Cuando es la esposa la que usa el disgusto, que es el desdén en versión femenina, cuatro o más veces en una discusión de quince minutos es “una señal silenciosa de que la pareja se separará al cabo de cuatro años”, (Gottman).
Cuando en el modo de enfrentar los conflictos se ha instalado, tristemente la crítica, la defensa y el desdén se baja un peldaño más en esta escalera al divorcio o la desdicha matrimonial, porque quiere decir que los cónyuges han hecho un…