lunes, 6 de octubre de 2008

Desprecio. El tercer jinete del apocalipsis en el matrimonio


Desprecio. El tercer jinete del apocalipsis en el matrimonio
Juan E. Barrera

Desprecio o desdén. Esta emoción surge con la ira, y es muy, pero muy destructiva. Cuando a la crítica áspera y la actitud defensiva se le agrega el mirar en menos al cónyuge se está armando una verdadera bomba de tiempo. El desdén es mirar al otro con indiferencia, con menosprecio.
El desdén se hace manifiesto de varias maneras.
En las palabras, burla o insulto: “Idiota”, “estúpido”, “bruja” (propio de los hombres)
En el lenguaje corporal, la sonrisa burlona, el labio torcido, poner los ojos en blanco como diciendo “¡ay Señor! (propio de las mujeres).
Cuando uno de los cónyuges acostumbra a hacer esto, la reacción en el otro es un “asalto emocional” en el que en cuestión de segundos se le acelera el ritmo cardíaco y en que todo el cuerpo se acelera y que siempre deja huellas emocionales.
Si el marido es el que hace uso del desdén en las discusiones habitualmente, se ha descubierto que el resultado en las esposas es una mayor propensión a una serie de problemas de salud, desde los frecuentes resfríos y gripes hasta enfermedades de vejiga, y síntomas gastrointestinales.
Cuando es la esposa la que usa el disgusto, que es el desdén en versión femenina, cuatro o más veces en una discusión de quince minutos es “una señal silenciosa de que la pareja se separará al cabo de cuatro años”, (Gottman).
Cuando en el modo de enfrentar los conflictos se ha instalado, tristemente la crítica, la defensa y el desdén se baja un peldaño más en esta escalera al divorcio o la desdicha matrimonial, porque quiere decir que los cónyuges han hecho un…