sábado, 28 de junio de 2008

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martes, 24 de junio de 2008


¿QUÉ MANTIENE UNIDA A UNA PAREJA?
Juan E. Barrera
Si le hacemos esta pregunta a un enamorado nos responderá sin lugar a dudas que es el amor. Si le hacemos esta pregunta a una pareja de edad mediana y mal avenida nos responderá que la rutina, y para otras muchas parejas también mal avenidas la respuestas será fácil, ¡los hijos! Son estos los que nos mantienen unidos. Pero no hablemos de parejas mal avenidas, ni parejas extrañas o parejas patológicas. Hablemos de la pareja común, de la pareja que se casa con el deseo de ser feliz para toda la vida y está empeñada en cumplir su palabra. ¿Qué mantiene unidas a estas parejas? Podrán ser latinas, europeas, africanas u orientales, pero todas han desarrollado algo que las mantiene unidas ¿Qué es?
¿Es el amor? Al comienzo la pareja se siente enamorada y sus emociones están muy al cien por ciento. Están llenos de pasión, de deseo, de curiosidad, de ganas, deseos de aventuras y una pareja bien llevada encuentra eso, solo que este período dura un tiempo no muy largo y que puede ser variable, desde unos meses a uno o dos años y luego todo este estado emocional revuelto comienza a decantar y la pareja toma un ritmo de vida “normal”. Descubre que el amor no puede resolver algunas cosas que son muy prácticas, muy domésticas. Las cuentas, los arreglos en la casa, los horarios, etc.
¿El deseo sexual? Al hablar con parejas acerca de los primeros tiempos y de su vida sexual la gran mayoría sonríe y lo hace de manera maliciosa, lo que indica una vida sexual muy activa, pero este ritmo sexual también toma un ritmo más pausado. Entonces ¿Qué mantiene unida a las parejas? La respuesta es: La manera de resolver los conflictos. Esta es el área más importante en cualquier tipo de relación, sea de pareja o no. Donde haya dos personas habrá conflictos, jefe-empleado, profesor-alumno, compañeros de pieza, compañeros de trabajo, vecinos y con mayor razón en la pareja. Un buen matrimonio depende en gran manera de la forma como se resuelven los conflictos. Alguien ha escrito:[1]
“De hecho, la capacidad de atravesar y resolver los conflictos es un filtro que define en buena medida la continuidad o la ruptura de una relación.”
Existen varias formas de enfrentar los conflictos en una pareja y todos dejan huellas importantes en sus integrantes, voy a mencionar dos.
El conflicto como motivo de peleas constantes, impulsadas por el rencor y la falta de perdón. Estas son las parejas que por una u otra razón no son capaces de resolver sus conflictos y este se vuelve la piedra de tope donde tropiezan una y otra vez. Sus conflictos duran semanas, meses y hasta años. Viven culpándose y exculpándose mutuamente por años. Sus palabras se vuelven duras, su trato distante y defensivo. Viven en la desconfianza y en la rabia. No se escuchan y viven criticándose. Este tipo de pareja se pierde uno de los consejos más lindos en el libro de los proverbios:
“Sea bendito tu manantial,
Y alégrate con la mujer de tu juventud”
La vida en pareja es para ser gozada, el Señor encontró al hombre tan solito que le creó una compañera para calmar su soledad y ese sigue siendo el principal objetivo de la vida en pareja, ¡Ser feliz!. No se puede ser feliz sin resolver los conflictos.
Existe otro tipo de pareja para quienes los conflictos son la oportunidad para el crecimiento. Se requiere mayor madurez y autocontrol, pero las ganancias en la vida matrimonial vale este esfuerzo. Este tipo de pareja son aquellos que han desarrollado la capacidad de abstraerse de lo inmediato y lo pequeño y son capaces de ver el todo de la situación. Estos son los que logran controlar la ira, controlar la lengua, controlar la pena y dolor que un conflicto trae y buscan la oportunidad para el diálogo y el crecimiento. Es imposible hacer esto durante “la batalla” propiamente tal, pero si se busca la ocasión y la forma apropiada el conflicto se puede convertir en una nueva fuente de amor y comprensión. Estas son las parejas que no critican, que se guardan el sarcasmo, que si tienen que criticar son capaces de separar acción –persona. “Te amo, pero no puedo aceptar esta conducta tuya”, “Escúchame, quizás yo esté equivocado, pero siento que…”. Estas palabras abren la puerta al perdón y a la reconciliación.
No resolver los conflictos nos transforma en una pareja “histórica”; “¿recuerdas que hace tres años tú…?”, “No me he olvidado que hace un año atrás tú me .…”. Esta es una pareja que vive en función del pasado.
Resolver los conflictos nos transforma en una pareja madura, en una pareja que mira al futuro, en una pareja que se va “podando” para que florezca cada vez esa flor hermosa que llamamos amor.


[1] http://www.sitiosargentina.com.ar/notas/2006/febrero/secretos-pareja.htm. Bajado el 02/06/08