lunes, 1 de septiembre de 2008

La autoridad: La joya perdida de la iglesia.



La autoridad: La joya perdida de la iglesia.
Juan E. Barrera
El evangelio de Marcos es tan breve, pero al mismo tiempo tan sintético, que en cortos capítulos abarca una serie de eventos importantes acerca del ministerio y la persona de Jesús. Estos días meditando en este libro he notado la cantidad de veces que la palabra AUTORIDAD aparece en estos relatos. El versículo , tal vez más importante, es el del capítulo 1 y el verso 27, que dice:”Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí diciendo:¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aún a los espíritus inmundos, y le obedecen?.
Se dice que una de las cosas inexistentes en Occidente es la capacidad de asombro. Que nuestros ojos han visto todo, que no hay cosa alguna que nos saque de la somnolencia existencial que se ha apropiado de nuestras vidas. El cine, la literatura, la televisión ya no saben que mostrar para asombrarnos y de ese modo ganar más dinero: sexo, violencia, animales, desastres, guerras, etc, ya lo han probado todo pero nada parece ya asombrarnos.
Al interior de la iglesia sucede lo mismo. Parece que nada nos asombra y muchos cultos –show hacen lo imposible para mantener contenta a una inmensa muchedumbre con ansia de asombro, de milagros, de experiencias límites, de riqueza, de éxito. Creo que esa es una de las razones del incesante movimiento que uno percibe en la iglesia de Cristo. Pareciera que movimiento es sinónimo de poder, moverse es igual a santidad, a vida cristiana, a cristianismo. No hay lugar para el “silbo apacible”. Pero aquí vemos al Señor, asombrando a todos sin otro recurso que su autoridad. Manifiesta su autoridad frente a sus pares, frente al mundo espiritual, frente a la enfermedad ¡Oh si pudiéramos hacer lo mismo! ¡Asombrar a este mundo con la autoridad que viene de lo alto!. Las vidas serían cambiadas, los enfermos sanados y el evangelio de Jesucristo se expandiría hasta lo último de la tierra. Donde hay autoridad no se necesita nada más. Dios manifiesta su poder y las cosas suceden. En este capítulo 1 podemos leer el origen de esta autoridad:
1. Autoridad luego del quebrantamiento y el desierto
2. Autoridad como resultado de una genuina experiencia con el Espíritu Santo
3. Autoridad como resultado de una vida de oración constante
Muchas de las cosas en nuestras iglesias son buenas y necesarias, pero ninguna como la autoridad. Necesitamos buena y sana doctrina, necesitamos actividades de crecimiento, necesitamos buena música, pero por sobre todo necesitamos autoridad. Hablar y predicar en nombre de Jesús y que lo que decimos sea hecho, para su única gloria.

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